37# •"Dolida"•

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JULIANA

En los próximos días anduve insoportable, literalmente no soportaba nada ni a nadie. No quería hablar ni siquiera con mi hermano de lo que había pasado con Valentina, el simple hecho de oír su nombre me causaba un dolor y una bronca inexplicable.

Estaba tan dolida y enojada a la vez con su decisión, no me parecía el camino correcto. Pero lo que más me lastimaba era que a ella pareciera no importarle nada todo lo referido a nosotros, como si nuestra historia hubiera sido algo simple y pasajero, como si todo el amor que sentía por ella no valiera ni un poco la pena.

Los días pasaron con rapidez, o por lo menos para mí. Las fiestas por fin llegaron y esa noche pasando las doce seria navidad. Todos andaban alocados y apurados para que todo saliera perfecto mientras que yo los miraba desde lejos sin ánimo de nada.

—Juliana— Rompió el silencio mi hermano. Él se encargaba de la comida, ahora que se creía un gran chef nadie lo sacaba de ahí— Ya basta ¿Okey? — Me cruce de brazos y comencé a escuchar lo que tenía para decirme— No puedes estar con esa cara, es víspera de navidad.

—¿y? — Levante los hombros y le regale una mirada de "No me importa un carajo".

—Odio que seas así— Me contestó enojado— Aunque no quieras tendrás que ver a Valentina igual...— Su nombre otra vez— Entiendo que es un poco incómodo pero mamá los invitó para que vengan.

—No me importa que ella venga, me da igual— Mentí. En realidad me moría de ganas de verla, en esos días no había tenido la oportunidad de hacerlo.

—¿Tengo que creerte? — Dejo a un lado lo que estaba haciendo y me miró— Vamos Juli, no te mientas a ti misma— Agregó— Tienes ganas de verla, tienes ganas de hablar con ella y si no has ido a buscarla es porque eres demasiado orgullosa para hacerlo.

Odiaba que me conociera tanto.

—Cada minuto que pasa quiero pensar que mi celular va a sonar y que un mensaje suyo va a estar esperándome— Deje de lado la rudeza y me relaje, al fin y al cabo necesitaba hablar con alguien— Pero parece que para Valentina nada importa.

—No quiero defenderla— Seguramente iba a hacerlo— Pero...entiende que es su mamá, y que debe de ser feo que te rechace por lo que eres.

—Ni que fuera una asesina por dios— Gesticule molesta.

—Te juro que esta situación me hace enojarme demasiado conmigo misma— Thomas me miró confundido— Quiero decir que me odio por depender tanto de ella, nunca dependí de una persona y ahora quiero y necesito que Valentina venga y que aclaremos las cosas.

—Te enamoraste hermanita— Bromeó con una risita— Y el amor si es hermoso, pero también demasiado terco— Hizo una pausa— Digamos que...hace lo que él quiere.

—Entonces detesto el amor— Fue una mezcla entre lo real y el sarcasmo.

—Cambiando de tema...— Nuevamente volvió a cortar verduras— Estamos invitados a una fiesta de fin de año, tipo es después.

—Me gusta la idea— Necesitaba despejarme un poco.

—El 31 lo pasamos en familia, todo tranqui— Gesticuló— Y después ¡Fiesta! — Habló con emoción.

Nos quedamos charlando un largo rato, no hablábamos de nada en específico, pero me gustaba hablar de nada con él.

La hora de la cena llegó, más bien dicho, la hora en que Valentina llegó junto con mi tío. El timbre sonó, yo estaba arriba terminando de arreglarme cuando lo escuche, inmediatamente supuse que eran ellos y lo confirme cuando escuche el grito de emoción por parte de mi mamá.

Ella, no él ▪Juliantina▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora