Ella, no él ▪Juliantina▪

31# •"Si se lo que quiero"•

JULIANA

Me levante de la cama y me coloque un pijama liviano. Encendí mi celular y me di cuenta que tenía cuatro mensajes nuevos de Val y uno de Thomas en el que me decía que no volvería a casa esa noche. Luche con todas mis fuerzas para no entrar a leer los de Valentina, por suerte lo logre.

Me movía de un lado a otro sin poder dormirme, estaba incomoda, tenía calor o algo me sofocaba, pero no podía dormirme. Un ruido que provenía de abajo llamó mi atención ¿Alguien estaba tocando la puerta?. Mire la hora e iban a ser las dos de la mañana. Tome valor y baje las escaleras despacio, no encendí la luz hasta llegar a la puerta. No voy a negarlo, tenía mucho miedo y para colmo mi querido hermano no estaba ¿Algo peor que eso?.

—Juliana soy yo— Era la voz de Valentina, aunque estaba molesta con ella su voz me tranquilizó bastante— Sé que estás ahí— Por más molesta que estaba, no podía dejarla sola afuera— Por favor ábreme, tenemos que hablar— Apoye mi frente contra la puerta y suspire— No pienso irme hasta que me abras.

—Hace frio Val— Hable— Anda a tu casa.

—¿No me escuchaste? Dije que no— Mire por la ventana. Estaba parada, aun con la ropa de esa noche, y sus brazos estaban cruzados— No seas infantil y abrí la puerta.

—No pienso hacerte caso— Conteste— Si quieres congelarte por mi está bien.

—Perfecto— Caminó hasta los escalones y se sentó en uno.

—Hace frio Valentina— Repetí otra vez— Tenes que ir a tu casa.

—Solo si hablas conmigo.

—Eso se llama chantaje.

—No— Se puso de pie y caminó hasta la ventana— Es la única forma de hablar contigo y explicarte las cosas.

Nos quedamos mirándonos un par de segundos sin decir nada.

—Te escucho— Puse los ojos en blanco.

—Quiero que me abras la puerta, por favor— Por dios no pongas esos ojitos.

Cerré la cortina y abrí la puerta.

Al final termine haciendo lo que ella quería.

—¿Contenta? — Dije.

Me besó.

Si, así de la nada me besó.

—Tienes razón cuando dices que no debí inventarme un novio falso— Sus ojos recorrieron todo mis rostro y sus manos me tenían sujetada por la nuca— Pero estas muy equivocada si piensas que no sé lo que quiero.

—Valentina...— Intente hablar.

—A ti te quiero— Su respiración chocaba con la mía, la tenía demasiado cerca— Te quiero y te necesito conmigo— Susurró— Siempre...

Ni siquiera deje que terminara lo que iba a decirme. De un momento a otro todo el enojo que sentía desapareció, se esfumo con sus palabras. Atrape su boca con la mía, el golpe fue un poco brusco lo que causo un leve gemido de su parte.

No sé en qué momento paso, pero acto seguido tenía sus piernas rodeando mi cintura. Valentina se deshizo rápidamente de mi remera, la cual ni se dónde quedo. Subí las escaleras sin despegar mi boca de la suya hasta llegar a mi habitación, sin duda sus besos eran una adicción para mi. Las dos caímos sobre la cama y fue ahí cuando comencé a besar su cuello, su perfume era de lo mejor. Desabroche la camisa que llevaba puesta y comencé a dejar pequeños besos sobre su abdomen...

Valentina era perfecta en todo el sentido de la palabra, cada parte de su cuerpo lo era y esa noche lo descubrí. Nunca me había sentido así, sentía que mi alma y todo mi ser iba a explotar por todo el amor que Valentina me hacía sentir ¿de verdad se podía amar a alguien así? ¿De tal forma que te desesperas? ¿De una forma que no se puede explicar con palabras?. Esa noche entendí que la palabra "amor" no era suficiente para describir lo que sentía por esa chica, no era suficiente, no alcanzaba. Lo que yo sentía por Val no se podía definir, no aun.