9# •Sentimientos extraños•

4.5K 451 10
                                    

JULIANA

Tome aire, me estire un poco y abrí los ojos. Inmediatamente me di cuenta del dolor de cabeza que tenía, para colmo la luz de mi cuarto me molestaba mucho. ¿Mi cuarto? Comencé a recorrer el lugar en donde estaba con mis ojos. Este no era mi cuarto, era el de Valentina.

Gire mi cabeza hacia la izquierda. Valentina dormía tranquilamente a mi lado. Volví a acomodarme sobre mi lugar y quede enfrente de ella, su rostro era tan tierno, sus fracciones perfectas y su silencio, su silencio era música para mis oídos. Era hermosa, más hermosa que cualquier otra mujer que haya visto en mi vida. Sin siquiera mirarme fijamente, logro que me perdiera fácilmente en ella, era como si ella fuera un imán para mí, algo a lo que no podía sacarle la vista de encima.

¿Qué me sucedía? Me pregunté durante varios segundos. No entendía porque no solo no podía dejar de mirarla, sino que también ahora sentía el inmenso impulso de abrazarla, de acariciar sus mejillas, incluso de...no Juliana.

Después de unos minutos comenzó a estirarse, hizo un par de ruidos y finalmente abrió sus ojos.

Eran perfectos.

—¡No me mires! — Se cubrió debajo de las sabanas.

Su acción me hizo reír.

—¿Por qué no? — Pregunté confundida— ¿Qué tiene de malo?

—Nada— Su voz se oía rara, seguramente se estaba quedando sin oxígeno— Solo que mi rostro es un completo desastre a esta hora y súmale que ayer me dormí súper tarde.

—Demasiado tarde, señorita— Tomé las sabanas y las desprendí— Hace mucho que estoy despierta, por lo tanto ya te vi— Me burle.

—Tramposa— Hizo pucherito.

—¿Te dijo algo? — Asintió— Eres una maldita mentirosa.

Inmediatamente se puso seria.

—¿Por qué lo dices? — Su voz se oía preocupante.

—Porque no es verdad que eres espantosa cuando te levantas— Suspiró y embozó una sonrisa— Eres muy linda...como siempre.

Un silencio incomodo volvió a invadirnos.

Debía dejar de decir esos estúpidos comentarios.

—¿Te sientes mejor? — Preguntó para romper el silencio— Digo, ayer estabas un poco....

—Borracha— Susurre.

—Bastante— Comenzó a reírse.

—Lo siento, te juro que no soy de beber mucho...

—No te preocupes— Se sentó en la cama— Pero para la próxima no pienso invitarte ninguna bebida alcohólica.

—Lo siento, otra vez— Val negó con una sonrisa— ¿Me recuerdas por que ayer no volví a mi casa? — Pregunté avergonzada.

—Porque tu papá iba a matarte y el mío me iba a matar a mi— Asentí— Espero que la estadía haya sido de su agrado— Dijo en broma.

—Hace mucho que no dormía tan bien— Le seguí el juego— Me imagino que debo pagar por todo lo que usted hizo por mi— Sonrió— Mire que salvarme de que mi padre me asesinara, es gran cosa.

—Si hay algo— Respondió— Si usted acepta ir conmigo y otros amigos al parque, la cuenta estará saldada.

—Con gusto— Ambas reímos— Espera ¿Lo del parque es verdad?

—Obvio— Asintió— Es de lo mejor.

—No soy muy buena para esas cosas, soy de marearme muy rápido.

Ella, no él ▪Juliantina▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora