Ella, no él ▪Juliantina▪

38# •"Ella"•

JULIANA

—Peter— Grite y comencé acelerar mi paso entre la gente.

El pareció escucharme y se giró junto con la Valentina. No se le veía nada bien.

—Ya vuelvo— Intentó irse.

—¡No para! — Lo detuve y baje mi vista hacia Val. Parecía estar entre despierta y dormida— ¿Le pasa algo? — Me preocupaba verla en ese estado.

—Sí, le pasa que bebió demás— Respondió.

—¿Y dónde la vas a dejar? — Cuestione.

—En el auto— Contestó y levantó los hombros.

Espero que este bromeando.

—¿En el auto? — Volví a insistir— ¿Cómo en el auto?

—Si, en el auto— Habló de lo más tranquilo.

—¡¿Estas loco?! — Como iba a dejarla en auto con tanta gente enferma por ahí— No podes.

—¿Y que queres haga? — Preguntó— No puedo volver, la casa de ella esta súper lejos de acá.

—No hagas nada— Lo mire con cara de pocos amigos— Yo me hago cargo.

No sería capaz de dejar a Val tirada en un auto y mucho menos en esas condiciones.

—¿En serio? — ¿Acaso tenia cara de chiste?. La actitud de Peter me había molestado, Val era su amiga ¿Cómo se le paso por la cabeza dejarla por ahí?

—Ya dije que si— Le conteste de mala gana— Déjala en mi auto que yo voy a buscar a Thomas para decirle que me voy— Me cruce de brazos y suspire mirando a la gente de mi alrededor— De todas formas esta fiesta me estaba aburriendo.

Me queje y salí rumbo a buscar a mi hermano.

No me despedí de nadie más, todos estaban en la suya de un lado para otro. Busque mi auto con los ojos y camine en dirección al mismo.

—¿Quién sos? — Habló Val con los ojos achinados como cuando te recién te despertas de una larga siesta. — Para ¿A dónde me llevas?

—Primero...— No pude detener mi impulso de recorrer su cuerpo nuevamente con mis ojos. ¿Por qué se veía tan ASI esta noche?, en ese momento le hubiera arrancado el vestido sin pensarlo dos veces— Soy la conductora y tu mi copiloto— Mire al frente y encendí el auto— Y te voy a llevar a tu casa.

—¿Juliana? — Apoyo su espalda sobre la puerta y me miró fijamente— ¿Por qué me llevas?

—Porque estas borracha—Se veía confundida— No me veas así— Si bien no tenía la mirada fijamente puesta en ella, de vez en cuando la miraba de reojo— Estas que no te puedes.

—Nada que ver— Negó con cabeza incorporándose correctamente sobre su asiento— Estoy bien ¿Acaso no me ves? — Su voz se escuchaba distorsionada.

—Sí, claro— Me burle.

—No te rías Juliana— Habló fuerte y claro— Quiero volver a la fiesta— Reclamó— Ahora.

—No señorita— Le asegure con la vista puesta en la ruta— Lo único que vas a hacer ahora es callarte y esperar a que lleguemos a tu casa.

—Juliana no puedes hacer esto...— Ya lo estaba haciendo— Es en contra de mi voluntad— Su voz chillona me iba a volver loca.

—Vuélvete a dormir— Le ordene— El camino va a ser más corto.

—Odio que seas tan así— Se cruzó de brazos y acomodo su cabeza sobre la ventanilla.