JULIANA
Esa mañana fui a trabajar con toda la vergüenza del mundo, no debía, lo sé. Odiaba el tráfico pero justo ese día hubiera preferido llegar lo más tarde posible.
—Buen día— Salude como lo hacía todas las mañana.
—Buen día— Respondió Greta y volvió su vista a la computadora.
Seguí caminando hasta que llegue a la cocina en donde me di cuenta que Gabriel estaba de espaldas preparando un poco de ensalada de frutas.
—Hola— Aclare mi voz para que se diera cuenta que yo estaba ahí.
—Ah ya llegaste— Dio media vuelta pero no se atrevió a mirarme a los ojos— ¿Podemos hablar? — Se comenzó a sobar el cuello.
—Esperaba que dijeras eso— Me senté en una de las sillas.
—Primero que todo...— Seguía sin mirarme— Perdón...soy un desubicado total.
—Qué bueno que te des cuenta— Me apoye sobre el respaldo y le hice una seña para que siguiera hablando.
—No soy así...— Paso saliva— No siempre— Bajo la mirada.
Estaba extraño, parecía nervioso.
—No sé cómo seas fuera de este lugar— Respondí— Pero el Gabriel del viernes no es para nada el chico con el que hablo en la semana.
—Qué bueno que te des cuenta— Me miró. Uno de sus ojos estaba rojo y una mancha violeta lo rodeaba.
—¿Qué te paso? ¿Estás bien? — Intente pararme pero él me detuvo— Déjame ver...eso se ve que está muy mal— Dije sin sacar la vista del manchón.
—No es nada Juliana, de verdad lo digo— Sonrió brevemente— Volviendo a lo del viernes, sé que nunca debí obligarte o intentar hacer que tu consumas algo que no quieres— Se veía sincero— Y muchos menos besarte ¡Soy un estúpido! — Golpeó la mesa con su puño.
—Tranquilo— Su reacción me asusto un poco— Acepto tu disculpa— No tenía razón para seguir molesta cuando él se había disculpado— Pero nunca más intentes besarme, quiero dejarte claro que yo estoy con una persona a la cual amo mucho y por nada en el mundo tengo pensado dejarla.
—No era mi intención ocasionar problemas— Asentí.
—Deberías ir al médico para verte eso— Negó.
—Es solo un golpe— Se puso de pie— Ahora tengo que ir a entregar esto a la mesa seis— Rápidamente se fue.
No sé si era mi impresión o qué, pero toda la tarde me evito. Como si no quisiera hablar conmigo o como si no quisiera que yo me dé cuenta de algo.
—Tu— Me llamó Greta desde el mostrador. Mire hacia atrás para ver si estaba llamando a otra persona— Ven, Juliana.
—¿Qué pasa? — Pregunte— Tengo que terminar de lavar las tazas.
—Es solo un segundo— Contestó. La cafetería ya estaba vacía— Supongo que te diste cuenta de lo que Gabi tiene en el ojo— Asentí. Imposible no darse cuenta— Fue por ti— Abrí mis ojos. Lo que dijo me tomo de sorpresa.
—¡Que! ¿Cómo que por mí? — Pregunte bajito. No quería que Gabriel escuchara la conversación— ¿De qué hablas?
—Digamos que Gabi no es un chico del todo normal— La mire sin expresión alguna ¿De qué mierda hablaba? — Lo que quiero decir es que cuando el siente que hace algo mal...se autolesiona.
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Ella, no él ▪Juliantina▪
Fanfic"Quizás hasta ahora puse mis ojos en la persona equivocada"