VALENTINA
—¿Alguna noticia? — Recién había llegado a la casa de Thomas. Horas y horas recorriendo el centro de la ciudad sin pista alguna— ¿Alguien llamó o algo?.
—Nada, hija— Respondió mi tío con el semblante triste— Nadie llama, ningún policía se comunica y el hospital ni siquiera se responsabiliza.
—En cuanto Juliana aparezca...— Thomas tenía la mirada desafiante. Los ojos de chico dulce habían desaparecido. — Voy a hacer que todo el poder de la justicia caiga en ese hospital, lo que sucedió es algo realmente vergonzoso— Todos los músculos de su rostro se endurecieron— ¿Justicia? — Una risita, supongo que sarcástica, salió de su boca— No sé de qué justicia hablo— Negó— Si en este momento la justicia no está haciendo nada por encontrar a mi hermana.
Luz se incorporó al lado suyo y lo abrazó.
—Hay que ser positivos hijo— Respondió mi tío— Juliana va aparecer.
—¿Quién lo garantiza? — Inclinó un poco la cabeza para poder mirarlo— ¿Tu?.
Mi tío no contestó.
La puerta sonó. Me puse de pie inmediatamente, con la esperanza de que fuera la policía. Pero eso se desvaneció cuando vi al chico de la cafetería del otro lado de la puerta.
—¿Tu? — No lo salude— ¿Qué haces aquí?
—Gabriel— Thomas se ubicó detrás de mí y lo invito a pasar.
—Me entere lo que paso en el hospital— Se lamentó y tomó asiento en uno de los sillones— Es una locura lo que está pasando.
No sé por qué, pero algo tenía que hacía que dudara constantemente de sus palabras. Aunque seguramente era porque él jamás me había caído bien.
—¿Los secuestradores se comunicaron con ustedes? — Volvió a hablar.
Puse mis ojos en blanco y me fui a la cocina. Me senté en una de las sillas y mire para afuera desde la ventana, ya estaba oscureciendo y nosotros no sabíamos en donde estaba Juliana. ¿Quién la tenía o quienes la tenían? ¿Estaría bien? ¿Para qué se la llevarían? Tantas preguntas y ninguna maldita respuesta.
Pase uno de mis dedos por la comisura de mis ojos para disimular que estaba llorando. Me sentía inútil y estúpida estando sentada ahí sin poder hacer nada. Necesitaba que alguien llamara o que nos dieran aunque sea una pista para saber algo de ella antes de que me volviera loca.
(...)
—Ay Val— Me abrazó durante unos segundos mi mejor amiga— Te juro que no creo lo que me cuentas.
—Ni yo me lo creo— Levante los hombros y me deje caer sobre la cama de Juliana. Había preferido subir a su habitación para poder hablar con Cotí— Si alguien me contara esto....créeme que me resultaría difícil de creer— Me abrace a una de sus almohadas y me acurruque.
—No sé si ayude pero el mejor amigo de papá es jefe del departamento de policías— Me cruce de piernas y tome atención a lo que decía— Lo conocemos desde hace muchos años y estoy segura de que va a querer ayudar.
—Te lo agradecería...mucho— Forcé una sonrisa.
Cotí abrió sus brazos y me atrajo hasta ella.
—Sé que no hay palabras que te conforten en este momento...— Acaricio mi espalda— Pero todos los que te rodeamos, todos los que conocemos a Juliana e incluso los que no...— Levanto mi mentón y sus ojos se pusieron sobre mi rostro— Te vamos...los vamos a ayudar a encontrarla— Asentí— La tierra no se la pudo haber tragado.
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Ella, no él ▪Juliantina▪
Fanfic"Quizás hasta ahora puse mis ojos en la persona equivocada"