El Ciclo Eterno

Capitulo 35: Alma errante

Llegué puntual a la comisaría, estaba Jhon con esa expresión típica de frustración, llevaba media taza de café vacía y un montón de notas esparciadas en la mesa.

- Tengo una pista, pero no va a ser tan fácil. Sabes muy bien que a veces en este oficio es necesario tener un poco de amnesia.

Me senté y me crucé de brazos, sabía a lo que se refería, hombres y mujeres poderosas que ocultaban todo con dinero, pero nunca el dinero pudo comprarme no después de haber vivido por mucho tiempo con personas que me amenazaron de muerte por deudas de mis padres.

- Dime lo que tengas que decirme.

- Eres un testarudo Julián, te vas a meter en un lío muy grande. No me sorprende, duermes con el mismo demonio.

- ¡Habla de una maldita vez!

Estaba apretando el puño reteniendo las ganas de romperle la cara por aquél comentario. Eloise era lo más lejano a un demonio.

- Mira estas fotos.

Me entregó un sombre con el sello de confidencial y yo abrí este para sacar unas 5 fotos en donde aparecía en todas el padre de Eloise en un barco entregando lo que se veía como una bolsa de dinero a hombres que ya habíamos capturado por trata de blancas. Luego se veía subiendo en un carro con una máscara pintada en la ventana. Entonces lo supe todo lo que había sospechado era real.

- Tenemos que mostrar esto a la fiscalía.

- No podemos. Vamos a perder.

- ¿Por qué?

- Él tiene mucho poder podrían archivar la investigación y yo perdería mi trabajo, tengo a hijos que sostener.

- Eres un pusilánime, lo haré yo mismo, no me importan las consecuencias.

- No sabes lo que haces Julián.

Salí disparado de la oficina llevando el sobre en mi saco. Conduje a toda velocidad, con la carretera resbalosa y la niebla dificultando mi visión dr hacia donde me dirigía. Lo primero que sentí fue que mi carro rechino contra el pavimento resbaloso y luego un fuerte golpe contra un poste de luz. Metí la mano para cubrir mi cabeza y terminé con ella repleta de vidrios. Era sangre y esquirlas.

Se me empezó a nublar la vista y sentí como si fuera a perder la vida justo aquí.

Los paramédicos llegaron y yo podía oír sus voces pero no podía decir algo para indicarles que estaba bien. En la ambulancia iba Eloise con los ojos repletos de lágrimas y soltaba gritos de vez en cuando. Intentaba moverme pero no lo lograba. Estuve consciente de todo hasta que la luz se escapó de mis ojos cuando la ambulancia se detuvo.

Cuando tuve consciencia de nuevo, poco sabía de cuanto tiempo había transcurrido desde que mi auto chocó. Ella estaba justo al lado en una camilla durmiendo plácidamente con una manta. Se veía en paz, y pocas veces tenía el privilegio de verla así.

De repente abrió sus ojos y se dio cuenta de que la observaba, saltó de la cama y comenzó a llamar a las enfermeras. Me quitaron los tubos y pude sentir mi garganta descansar. Me prohibieron hablar demasiado y hacer algún tipo de esfuerzo que dañara el proceso.

— ¿Cuanto tiempo llevo así?

— Una semana.

— ¿Sabes donde está mi chaqueta?, necesito tomar algo de ella.

— Le pedí a Jhon que la llevara hasta tu casa y te traje ropa diferente.

— Neceisto que la traigas, por Dios necesito esa chaqueta. ¡Como pudiste enviarla con Jhon!— alcé la voz con preocupación y algo irritado.

— No sabía que tenía algo importante.

Hacía ese gesto en su rostro que siempre hacía cuando mentía, era como si apretara la boca tratando de retener las palabras que iban a escapar de su boca.

— Me estás mintiendo.

— Está bien Julián, te lo diré joder. Tomé lo que tanto quieres y me encargué de ello.

— Era mi problema Eloise, ¿por qué tienes esa obsesiva manera de controlar todo?

Lanzó el periódico al suelo y luego pasó una mano por su cabello tratando de mantener la calma.

— Lo hago por tu bien, te estoy protegiendo.

— ¿Y qué hay de ti?

— Estaré bien, soy su hija, además ya me ha hecho demasiadas cosas no es como que pueda hacerme algo peor.

De nuevo estaba mintiendo, estaba haciendo eso de nuevo y me preocupaba mucho. Acomodó el florero como 5 veces repetidas, lo supe estaba ansiosa. Besó mi frente y luego se encargó de cerrar la puerta como 10 veces.

Necesitaba lo más pronto salir de aquí y poder arreglar las cosas. Encendí la televisión sabiendo que al menos eso podría distraerme por lo pronto.

Salió una noticia de última hora. Me quedé atónito cuando vi al padre de Eloise salir esposado con su abogado y siendo interrogado por periodistas desesperados por cubrir algo interesante para mostrar en el noticiero. Él negaba todos sus nexos con la trata de blancas, en su cinismo absoluto. Eloise había hecho algo bueno, pero me preocupaba el riesgo que corría ahora.

Escuché unos gritos fuera del cuarto, parecían provenir del pasillo, puse en silencio el televisor y pude oír la voz de Camille.

"YA TE DIJE SOLO VENGO A VISITARLO, ADEMAS NO ES COMO QUE TE LO VAYA A ROBAR. AL FIN Y AL CABO EL TE AMA, A PESAR DE TUS INSEGURIDADES DE LOCA PARANOICA"

"SE QUE VIENES POR OTRA COSA MALADITA"

"Si quieres que Julian vea un cambio en ti, muéstrate más segura y confiada en él"

Había un silencio y luego Camille entraba por la puerta con un ramo de flores, vestida con un corto vestido rojo que dejaba poco a la imaginación. Traté de mirar su rostro en vez de su cuerpo curvilíneo poco cubierto.

— Hola Camille.

Se lanzó sobre mí con los ojos llenos de lágrimas y pintó mi camisón de maquillaje. Besó mi mejilla y luego intentó besarme en los labios pero volteé la cara antes de que pudiera.

— Estoy bien, no tienes de que preocuparte.

— Claro que sí Juli, desde que estás con esa chica estás constantemente al borde del peligro. No sé cómo no te das cuenta.

— Por favor Camille si vas a venir a hablar mal de Eloise te tendré que pedir que te vayas.

— Está bien, no lo haré— me entregó las flores y yo las recibí con agrado.

El hecho de que Eloise la hubiera dejado entrar era un pequeño paso de que sus celos estaban empezando a detenerse y que tal vez estaba dejando de lado aquella paranoia. En el fondo guardaba la esperanza de que ella mejorara.