Capítulo 26: Zapatillas de ballet

6 2 0
                                    

Al día siguiente me dolía tan horrible la cabeza que fui en busca de unos analgésicos. Apenas los tomé fui en busca de mi celular para dejarle un mensaje a Eloise, no podia dejar de sonreír al recordar en la forma que se había comportado Eloise ayer, dejándome con las ganas.

Julian:

Hola amor

Eloise

Hola 😘😘

Julian

No puedo sacarme de la cabeza la noche anterior.😏😏😏😏

Eloise

Jjjja maldito pervertido necesitado. Lamento decirte que eso no va más.🙅

Julian

Eres una provocadora ¿nos podemos ver hoy?

Eloise

Si claro a que hora??

Julian

A la hora que tu desees mi reina.

Eloise

Bueno nos vemos por ahí como en una hora en el café de siempre. Chao.

Julian

¿Y mi beso?

Eloise

*lo besa* 😘 nos vemos

Julian

Nos vemos😘😘

Apagué el teléfono y me recosté con una sonrisa en el rostro.

...

Antes de llegar al café vi una joyería y decidí acercarme. Vi unos pendientes con piedras ónix y pensé que a Eloise le gustarían bastante. Una chica aparecío en el mostrador.

—¿Busca algo en especial? — preguntó al ver que me había quedado mirando el par de pendientes— ¿Busca un anillo de bodas?

—¡No!— dije un poco alto y luego bajé el tono de voz.— digo, no por ahora pero quizás más tarde.

Quizás más tarde, quizás en más tiempo lo pensaría, no me había detenido a hacerlo pero no me aterraba ni me parecía desagradable la idea de casarme con Eloise. Admiraba todo lo que conciernera a ella y sabia que no encontraría mujer más indicada para el resto de mi vida. Había pasado en varias relaciones fallidas, donde la mayoría sólo se basaban en costumbre y comodidad, no en algo más, nunca me había sentido de la manera que sentía con ella. Nunca me había prendado tanto de alguien, nadie me había enseñado lo que significaba amar y ser amado y si era lo que estábamos sintiendo querría vivirlo el resto de mi vida.

La mujer sacó los anillos de compromiso, porque al parecer no me escuchó o querías seguir insistiendo.

—Puede regalarle un anillo sin necesidad de comprometerse. Mire éste — levantó un anillo con forma de una serpiente que se tragaba a si misma.

Aquel símbolo lo había visto antes. Y luego de varias veces echando memoria logré recordar, aqueoe símbolo se llamaba uróboros y lo había visto en aquél libro que leía Eloise con tanta concentración. Sonreí ante el recuerdo y tomé el anillo en mis manos era de plata y llevaba piedritas rojas.

—¿Tiene otro igual a este?

Una idea se me había venido a mi cabeza.

—Si claro— . me sonrió la mujer y se agachó para sacar otro anillo.

El Ciclo EternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora