Daba golpes fuertes sin importar el dolor que causaba en mis nudillos, Camille me gritaba que me detuviera, pero tenia que seguir insistiendo. Ella tenía que darme la cara, no podía ser tan cobarde.
—¡Vamos Eloise abre esa maldita puerta! ¿Acaso eres demasiado cobarde?
La puerta se abrió mostrando a una Eloise totalmente descuidada, llevaba la ropa arrugada, tenía el aspecto de una persona que no había dormido en días. En su mano estaba una jeringa con un líquido color marrón.
—Eres una maldita soplona. Apuesto a que le fuiste con el cuento— la agarró por el brazo fuertemente. Su mirada escaseaba de lucidez. La falta de sueño y el mal estado mental, era una mala combinación.
—Sueltala, aún sino me fuera dicho nada. Estaría aquí de todos modos, te niegas como una cobarde a darme la cara.
Ella fijó la mirada en mí y soltó a Camille, esta se acarició su brazo adolorido.
—Deja de exagerar tu dolor, sólo medio te agarré.
Se adentró en el apartamento dejando la puerta abierta. Camille y yo entramos siguiéndole el paso, el apartamento estaba pulcramente limpio y olía a químicos. Más jeringas reposaban en una mesa acompañados de un microscopio.
Eloise se sentó y dejó la jeringa sobre la mesa. Tenia la mirada pérdida.
—Sólo quería averiguar si tenía na misma droga que hice— miró con desdén a Camille.
—Pero su dijiste que habías fallado en la droga y te gustaría poder lograrla.
¿Acaso ella había mentido? Y ¿Por qué?
—Mentí, si la terminé, pero se me extravío — le pegó con el puño a la mesa de madera.
—¿Por qué no me dijiste nada?
—¿Por qué más?, porque no quería que saldrieras involucrado, sabiendo que tenías tanta inssitencia en aquél caso.
— ¿Qué relación tienes con ello? ¿Acaso tú...— Camille se veía furiosa y estaba a punto de golpear a Eloise.
—No tengo nada que ver con lo que te pasó — dijo con amargura.
—Tiene razón, Camille creo que es mejor que te vayas.
Ella me miró herida. Era lo mejor, necesitaba estar a solas con Eloise.
—Pero....— ella balbuceó pero no terminó de decir nada y se fue del apartamento cerrado la puerta en un golpe seco.
Eloise se levantó y ya iba para su cuarto, sabía que iba a escapar de mi otra vez. La agarré por el brazo y ella intentó separarse pero no iba a ser tan fácil.
—No hemos terminado de hablar.
—Ya te dije lo que querías— se zafó de mi agarre.
—No, no lo dijiste — la tomé por las mejillas, ella me miraba fijamente, sentía su nerviosismo—. Tienes miedo.
—No— se volvió a zafar—. Ahora largate que necesito seguir con lo que estaba haciendo.
—¿Crees que te voy a dejar que termines lo que yo comencé?, es mi trabajo Eloise, por si no sabias y puedo denunciarte por ello. Así que vas a tener que hacerme parte de ello— Sonreí victorioso.
—Está bien, pero luego de que termine esto. Ya no tendré porque volverte a ver.
Me encogí de hombros. Eso era un tal vez, ella y yo nos seguiríamos viendo, porque no iba a renunciar tan fácil y había cierto encanto en su rechazo.
Eloise se sentó y empezó a ver a través del microscopio, duró un buen rato así y tomaba apuntes hasta que decidió darme lo que había escrito. Su expresión no era buena y sospeché que era el mismo químico.
Tomé la hoja y empecé a leerla. Lo que medio pude entender fue que ambos tenían los mismos componentes pero había algo que ella determinó como un inhibidor de dopamina que no estaba en el químico que ella había hecho.
—Lo hicieron muy bien, borraron aquello que le producía un gran impacto, pero hay una falla, porque cuando pierde el impacto sobre esa persona recupera la memoria. Eso fue lo que pasó con Camille.
—Asi que ya no le producía tanto impacto el hecho que pasó, pero no parecía así...
—A veces las personas aparentan una cosa— recogió las jeringas y las botó en la caneca— Ahora ya hemos terminado Julian.
—No, aún falta mucho Eloise. No puedes decir eso después de que me involucraras en esto. Y menos después de..
—No lo digas — negó con la cabeza.
—¿Por qué?
Eloise se desapareció en su cuarto antes de responder. Esta chica me iba a hacer perder toda la compostura.
—ERES UNA COBARDE ELOISE — grité y ella salió con una expresión furiosa. Me agarró fuertemente por el brazo.
—No me llames así, lo odio— me tomó por la camisa y yo estaba divertido con la situación.
—Entonces ¿Por qué no quieres hablarme?, al fin sólo fue un beso— mentí.
Ella me agarró por el cuello fuertemente hasta que sentí que el aire me faltaba, ella estaba con esa expresión ida.
—¿Quieres matar...— no pude terminar la pregunta por la falta de aire. Ella me soltó en respuesta.
—No puedes besar a alguien y decir que no significó nada— se veía herida—. Sólo te dejé besarme y eso es por algo no por nada. Eres un idiota Julian.
Me sentí mal por haber dicho lo que dije, si significó algo, había sentido miles de cosas cuando la besé, había significado demasiado. Tenia demasiado tiempo sin experimentar lo que sentí con ese beso, quizás nunca había sentido lo que sentí ese día.
—¿Cómo quieres que actúe?, me evitas sólo lo puedo tomar de ese modo— la agarré por la cintura y sonreí divertido — pero ahora que dices eso.
Ella estaba con una expresión furiosa. Y a pesar de tener esas feas ojeras y los ojos desorientados, había un brillo en sus ojos. La besé mientras la acercaba más a mí, ella no forcejeó y esta vez fue algo totalmente fluido, nuestras bocas delataban cada falsa cosa que habíamos dicho.
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El Ciclo Eterno
Romance"El uróboros simboliza el ciclo eterno o más bien el esfuerzo inútil de hacer que las cosas cambien, en un ciclo interminable, donde la serpiente se traga su cola eternamente" Un investigador obsesionado con un caso que no debería, llega a una mansi...