El Ciclo Eterno

Capítulo 31: Orden de alejamiento

Organizaba un montón de papeles en la mesa sobre algunos casos no resueltos, los organizaba por colores y nombres por orden alfabético. Uno de ellos cayó al suelo y tuve que agacharme para recogerlo y la gran punzada de dolor en el vientre apreció haciendo que soltara un chillido de dolor.

—¿Te pasa algo?— preguntó Jhon sospechoso.

Negué con la cabeza y toqué la parte afectada, le había colocado vendas yo mismo al igual que suturado, no quería ir a un hospital y que hicieran preguntas sobre cómo había sucedido aquél muy visible puñalada. Lo menos que quería ahora mismo era pensar en denuncias y órdenes de alejamiento, sabía que Eloise cruzó la raya cuando recurrió a la violencia, pero no quería qur estuviera en problemas por mi culpa, ella simplemente no estaba bien, no había bebido sus medicamentos, estaba en una crisis nerviosa.

—Vamos hombre se nota que te duele algo, tienes cara de dolor— se puso de pié e intentó levantarme la camisa. Inmediatamente la retiré de manera brusca.

—¡No tengo nada!— dije a la defensiva.

Jhon no se lo tragó completamente y volvió a intentar levantar la camisa pero de nuevo lo evité.

—Si no tuvieras nada no te pusieras de esa forma cuando te pido que te alces la camisa— se cruzó de brazos Jhon con el ceño fruncido.—¿Te hizo algo ella?

—No, ella no me hizo nada, ahora dejame en paz y dedicate a buscarme las grabaciones de los interrogatorios, sino averiguamos quien orquesta lo de la trata de blancas nos cambian de caso y sabes que no me gusta dejar las cosas a medias.

—Permiteme ver si supuestamente no tienes nada.

Levanté mi camisa dándome por rendido sabiendo que el no renunciaría a la idea de que me había golpeado Eloise. Se horrorizó cuando vio una venda en mi abdomen e inmediatamente se acercó para levantarla y ver una herida profunda que aún no terminaba de sanar.

—¿Ella te hizo eso?— dijo molesto.

—Por favor no vayas a decir nada.

—¡¿Cómo qué no?... Lo que te hizo fue un crimen es maltrato intrafamiliar y no puedes permitir que siga sucediendo. Tienes que ponerle una orden de alejamiento.

—No le pondré nada de eso, ella sólo tuvo uno de sus ataques.

—No la justifiques debes ponerle una orden de alejamiento y aún más si es uno de sus ataques.

El celular empezó a vibrarme y apareció el nombre de Eloise en la pantalla, iba a contestar cuando Jhon me estaba artebatando el celular y contestando por mi. Intenté arrebatárselo pero fue en vano.

—No vuelvas a llamar a este número, Julian no quiere saber nada de ti y yo me encargaré que te denuncie— dijo y colgó el teléfono.

Le tiré el celular de un jalón totalmente molesto.  No quería que se entrometiera entre mi relación con Eloise, yo podía arreglar mis problemas sólo.

—¡¿Que mierda hiciste?!— exclamé completamente molesto por lo que había hecho.

—Lo correcto, Julian por Dios por tu bien que debes alejarte de ella. Mira lo que te hizo— señaló mi herida que empezaba a sangrar, se levantó de la silla preocupado—. Está peor debes ir al médico.

Jhon retiró la venda dejando ver una herida abierta que volvía a sangrar, fue hasta un botiquín de primeros auxilios con el que constaba la oficina y me hizo un cambio de vendas, luego de haberme limpiado la herida con alcohol.

—Insisto debes ir al médico — dijo apretando la herida.

No tenía el mínimo interés de ir al médico que me revisaran e hicieran un montón de preguntas. No lo quería.

...

Moví el brazo y un gran pinchazo me hizo abrir los ojos, estaba en un hospital y lo sabía por la destroza en mi brazo que me había causado el fuerte pinchazo. No recordaba el momento en que me había desmayado, sólo recordaba que estaba hablando con Jhon y ahora estaba en el lugar que menos quería estar en estos instantes. Inmediatamente revisé mis bolsillos en busca de mi celular, no estaba por ningún lugar, sabía perfectamente quien lo llevaba. Ahora harían un montón de preguntas que no estaba dispuesto a responder. Sé que Eloise cometió un error, pero ella no estaba en sus cinco sentidos, no era ella, no era justo que la alejaran de mí, lo íbamos a superar.

Un oficial de policía apareció en la habitación acompañado de Jhon. No podía sentirme más digistado con Jhon, había tomado decisiones sin mi permiso, al fin y al cabo era mi vida y no la suya, pero las personas tenían la gran capacidad de decidir por los demás.

— Estamos informado de que ha recibido una herida con arma blanca y como comprende tenemos que hacerle unas preguntas — habló el policía con voz grave y rasposa.

— Lo sé oficial pero no pienso responder ninguna de sus preguntas, porque fue un accidente fue algo me hice a mi mismo cocinado. Como verá soy muy malo cocinando — hice una sonrisa burlona.

El oficial se quedó observando a Jhon y estaba dispuesto a irse pero éste se interpuso.

— Julian di la verdad, por favor — me miró con suplica—. Tienes que hacerlo por ti y por ella. El oficial va a comprender la situación de ella, no la van a alejar de ti.

— Pero si ti habías dicho que...

— Si sé lo que dije pero he recapacitado Eloise es una buena chica, sólo que tiene demasiados problemas, esto es lo mejor para su relación.

Quizás lo que decía Jhon tenia sentido, Eloise y yo necesitamos arreglar nuestra relación, ella estaba teniendo constante recaídas y no accedía a ir con su psiquiatra quizás con esto ella se vería en la obligación de ir y estar mejor por los dos. Quería a la Eloise llena de sarcasmo, a la chica inteligente, perfeccionista, estricta pero también honesta, amorosa y leal. Me había enamorado completamente de ella y quería que escapara del infierno que se creaba en su cabeza y la transformaba en alguien que no era, alguien impulsivo y egoísta.

— Está bien— dije sentándome en la cama adolorido.

—Bueno le haré unas cuantas preguntas, comencemos — el oficial sacó una hoja de apuntes y su celular puesto en grabación — ¿Cómo y cuando ocurrió el hecho?

— Fue en el apartamento de mi novia, el día de hoy en la madrugada, yo acababa de venir del cumpleaños de mi mejor amiga y ella estaba molesta porque no había contestado mis llamadas, ella no había tomado sus pastillas.

—¿Es ella un paciente psiquiatrico?— dijo el hombre mientras apuntaba en su libreta.

— Yo prefería decir que es alguien con problemas que necesita ayuda, ella no estaba consciente, estaba cegada, estaba en una crisis, lo que me hizo no lo hizo en sus cinco sentidos.