Ferran. 11

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Después de que Vaylor aclarase con el resto de supervivientes que no estaba siendo atacado por Fer, todos brindaron divertidos por el destino y cause de los acontecimientos. Ferran solo quería sentarse a hablar con su hermano por horas, que le contase de todos los años que pasó lejos y como había llegado hasta allí. Pero no podía negarle a los jóvenes gladiadores el festejar a su querido líder.

Entre lágrimas cantaron canciones del pueblo de cada uno, bebieron por cada uno de los caídos y luego simplemente se quedaron en silencio. El precio de volverse gladiadores había sido excesivo y no pronosticaba mejorar demasiado. El público disfrutaba esos espectáculos y de ahora en adelante solo podían esperar lo inesperado.

El espadero, Milo, entretuvo al grupo animándolos a imaginar sus vidas como grandes campeones de la arena, sus sueños y hazañas. Todos se abrieron, deseosos de alejar ese lúgubre silencio que tanto los amenazaba tras cada oración.

-Y tú? Que harás cuando seas un campeón de la arena?- preguntó el mismo Milo a Fer, quien se había mantenido al margen.

-No deseo ser campeón- respondió con frialdad –Solo me quedare hasta poder encargarme de ciertas personas, luego... me uniré a la academia imperial, escuche que dependiendo de tus logros aquí partes con cierto grado, no como un simple raso-

Aquello tomó a todos por sorpresa, para un gladiador no había mayor honor que la arena y los soldados carecían de honor. El ambiente volvió a ponerse sombrío, algunos de los hombres parecían hasta ofendidos por la forma en que Fer veía aquel oficio.

-Yo tampoco deseo ser campeón- confesó Vaylor, consternando a todos.

-De todos nosotros, eres el único que quizás si pueda llegar a eso- Le reclamo Tulio, el disidente de antes.

-Pero quizás muera en esa empresa, no quiero eso- Se defendió Vay con una sonrisa –Me gustaría ganar unas cuantas batallas, poner algunas monedas en mi bolsa y comprar unas tierras que poder trabajar tranquilo-

-Es cierto lo que decía Doctore- dijo Travis, el escudero –Las mujeres solo debilitan a los guerreros-

-Es justo por ella que fui capaz de hacer todo eso, solo por volver a sus brazos- reconoció algo avergonzado ante la burla de sus camaradas.

-Tienes novia?- preguntó Fer tremendamente interesado.

-Novia?- Milo tomo de la muñeca a Vay y levanto su mano para enseñarla –Está casado!- declaró señalando el casi imperceptible anillo negro en su dedo anular.

La noticia tomó a Fer completamente por sorpresa, aunque nadie se fijó en su rostro desencajado pues enseguida comenzaron a pinchar a Vay.

-Yo también estaría casado con una mujer como la suya- bromeo Travis –Con todo respeto, es una cosita bien hecha, así muy ri...-

-Suficiente- Lo interrumpió Vay sin perder la sonrisa –Debo presentártela Fer, vas a adorarla y ella a ti- Le dijo entusiasmado al chico.

-Y... nuestra hermana? Donde esta ella?- preguntó Fer consternado, confundiendo al resto del grupo que recién se percataban del parecido entre los jóvenes y su parentesco.

-Hermana?- Vaylor parecía confundido aunque recordó en un instante –Tara debe estar bien, la encontramos algo magullada, pero era de esperarse tras pelear con un príncipe del bosque-

-Tara?- Los ojos de Fer casi se salen de sus orbitas –Cuando? Cómo? Dónde?- se apresuró a preguntar.

-Si Vay, no nos dijiste que tenías una hermana. Cuando? Cómo? Dónde?- bromeo Milo parodiando a Fer.

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