Tara. 13

31 5 7
                                    

La idea de tener a alguien siempre cerca, y a sus espaldas, no termino por encajarle de buena manera, pues no podría bajar la guardia en ningún momento y cuidar de cada palabra o gesto, cosa que claramente no se le daba bien a su torpe forma de ser. 

Aun así, asintió con expresión seria, "No permitas que nadie sepa que es lo que estás pensando", atravesó por su mente un recuerdo fugaz de su entrenamiento con Alice, a quien no podía creer que ya comenzaba a extrañar. 

La joven escudera que le se asignó enseguida se presentó con una marcada reverencia que solo se vio empañada por su gesto de disconformidad. 

-Cabo Sofithia reportándose para labores de escudera- dijo con nervioso tono marcial. 

Aunque tenían una edad similar, la actitud de la pálida joven era como si tratase con un alto mando. Sus movimientos rígidos evidenciaban su falta de experiencia y poco cómoda que se sentía. 

Por otra parte, Tara ya no recordaba cómo debía dirigirse a los que se suponían por debajo de ella. Todo lo que tuviese que ver con jerarquía militar y protocolos se le escapaba, por mucho que Alice insistiese en su importancia para que su caracterización fuese lo más creíble posible. 

-Tienes algún apellido o procedencia? - pregunto a la joven poniéndose ambas manos a la cintura, intentando transmitir seguridad, acompañando el gesto con una rápida revisión de la moza. 

La joven cabo era una chica delgada, pero de espaldas un tanto anchas, o quizás solo era la impresión que daba su jubón acolchado, que al igual que los de sus compañeros, estaba teñido de un oscuro gris que ayudaba a resaltar los broches que se encontraban por el lado izquierdo del torso. Sus guantes eran largos y gruesos, como si fuesen de caballería, mientras sus perneras de lana se perdían al encontrarse con las largas botas que llegaban poco más arriba de la mitad de su pantorrilla. 

Su rostro era sencillo y humilde, de ojos grandes y nariz algo pequeña, aunque sus cejas tenían bastante "carácter" y se podía percibir el cuidado que daba la joven a su apariencia, además de lo entregada que era a la orden pues no era común ver mujeres con el cabello tan corto. Tanto que por un instante le recordó a Fer, hasta que se fijó en un mechón de color plateado. 

-S-soy oriunda de Manzares, un pueblo en el valle del rio Duno...- 

-Sofithia- La interrumpió el teniente Bastián –Lo que Lady Altais quiere saber es como llamarte- acoto sin perder su semblante frio, pero tranquilo. 

-Si señor, una disculpa- se inclinó enseguida la joven con gesto mecánico. 

-No te disculpes conmigo, ahora respondes ante ella- volvió a corregirla el teniente mirando de reojo a Tara. 

La pelirroja pudo ver como la chica apretaba los ojos al percatarse de su error y falta de tacto, con un movimiento igual de rígido se orientó hacia Tara sin levantar la mirada. 

-Una disculpa milady- espetó. 

-Procura no importunar y no tendremos problemas- respondió Tara antes de centrarse en el teniente -Alguna otra formalidad que nos retrase aún más?- 

-Lamento las molestias Lady Altais, pero es imperativo que al menos su escudera lleve un kit de supervivencia, el mapa y los pertrechos de emergencia... De haber venido preparada con su propia...- 

-A qué se debe tanta precaución? ¿No se supone que la mina está asegurada hasta el tercer o cuarto nivel? - interrumpió Tara de golpe. 

-Nunca se es demasiado precavido cuando se está allá abajo- Se apresuró a responder Sofithia, pero basto una rápida mirada de reprobación por parte del teniente para que se mordiese los labios mirando al suelo. 

Proyecto MikarkoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora