A un día de cumplir los dieciocho trienios, es decir, llevo viviendo en el Mundo Luminoso durante seis siglos, lo que sería para los humanos, unos dieciocho años.
Qué día más feo es el veintisiete de octubre. ¿Por qué tuvimos que nacer ese día?
Es una día bastante horrible. No está ni cerca de la Sombra ni cerca de la Penumbra, peor aún, está cerca del Fulgor y a su vez, está en el mes del Gran Octubre, el mejor mes para los vampiros y el peor para mí.
El día de la Sombra celebramos la vida del Padre Drácula. Consiste en regalar a nuestro vampiro más preciado un objeto que tú más estimes. Diría que es algo similar a las Navidades de los humanos, pero en el Mundo Luminoso no lo festejamos con luces ni con canciones, sino bebiendo, en honor al Padre Drácula, sangre en conserva de algún animal. De un humano nunca.
El día de la Penumbra cambia cada siglo, dependiendo de la posición del Ojo del Gran Octubre o también nombrado el Ojo Lunático, lo que para los humanos sería La Luna. Justo en ese día, el Ojo Lunático se oscurece y no reluce ningún resplandor por las regiones del Mundo Luminoso, por lo cual, los vampiros nos quedamos durante todo ese día confinados en casa porque no sabemos con exactitud qué nos depara en el exterior y, por tanto, preferimos quedarnos sanos y salvos dentro de casa que descubrir el secreto de la penumbra.
El mes de octubre es el mes sanguinario de los vampiros. Es un poco irónico porque los vampiros del Mundo Luminoso somos ne-krovis, que quiere decir que no consumimos sangre de humanos ya que, en su día, el Padre Drácula pactó con el rey Ludovic Krakovitz II, procedente del Mundo Distinto, hace muchos siglos atrás, que no consumiríamos sangre humana de manera permanente, pero se descubrió poco después que los vampiros tenemos que saciar nuestra sed de sangre humana una vez al año a partir de los dieciocho trienios porque la necesitamos para sobrevivir y permanecer inmortales, de lo contrario, nos consumimos y nos dispersamos en el Mundo Distinto convirtiéndonos en "materia lumínica".
Durante el mes del Gran Octubre tenemos que beber litros de sangre de cualquier ser vivo para mantenernos fuertes y efectivos con nuestros poderes, y cuando llega el día del Fulgor, el uno de noviembre, tenemos que saciar la sed humana. En cambio, estas leyes a la región de los Red les importa poco, con lo cual, son los más zu-krovis que te puedes encontrar en el Mundo Luminoso.
¿Que por qué lo odio? Porque me da asco la sangre.
¿Que por qué a los demás les chifla? No lo sé, son estúpidos o algo.
En fin, pensando en mi cama los dieciocho trienios que voy a cumplir al día siguiente, desgraciadamente; me exijo a mí misma levantarme de la cama para así dirigirme a la cocina a desayunar.
—Mmm, qué bien huele... —digo al entrar y captar el delicioso olor del desayuno.
—Buenos días, señorita Collins-Wood. Aquí te he hecho los sergof que tanto te gustan, con sabor a chocolate —me informa Josephine, nuestra criada regordeta y bajita, con la cara más amable que he visto, acompañada por sus pequeños rulos ennegrecidos.
—Muchas gracias, doña. Se lo agradezco mucho, como todas las mañanas —y la abrazo.
Josephine intenta apartarme.
—¡Señorita Collins-Wood! Que tus padres nos pueden ver...
—¡Ay, doña! ¡Qué más da! Lo único que les puede molestar es que vean que soy más cariñosa con usted que con mis queridos padres —la sonrío con diversión—. Se pondrían celosos.
Josephine no me responde, pero me sonríe a la vez que niega con la cabeza. De repente, entra a la cocina mi maravilloso mellizo pelirrojo con un periódico.
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SIN SANGRE ©
VampirosKatherine Collins-Wood, una vampira que desobedece las reglas de su comunidad, tiene que huir de su mundo para poder sobrevivir, pero no sabemos si esa es la palabra correcta porque en el mundo al que huye se encontrará con dos tentaciones que marca...