—¡Mamá, mamá! —doy voces por toda mi inmensa casa—. ¿Dónde estás?
Mi padre sale disparado de su habitación y sale corriendo a mis brazos a la vez que me acaricia el pelo y me susurra:
—Kath, mamá está bien, sólo necesita descansar...
—Pero ¿qué le ha pasado? —pregunto con ansia mientras me separo de él bruscamente.
Mi padre me mira a los ojos con un tono triste a la vez que sujeta mi rostro.
—Mamá se desmayó, pero ya está bien. Los galenos vinieron rápidamente y pudieron ayudarla. Todo parece ir bien, sólo hay que hacerle unas pruebas —trata de calmarme con su voz.
Finalmente consigo tranquilizarme y respiro hondo. Vuelto la cabeza y encuentro a mi hermano apoyado en la pared del pasillo contemplando la escena con el rostro apenado. Me dirijo a mi padre.
—¿Podemos ir a verla, por favor? —suplico con desesperación.
Mi padre mira hacia mi hermano pensativo hasta que asiente con la cabeza con una sonrisa entristecida.
Me dirijo a mi hermano y le tomo la mano para afrontar esta situación juntos, como siempre hemos hecho.
Al cruzar el marco de la puerta de la habitación de mis padres, observamos cómo mi madre descansa con el mismo ceño fruncido que siempre adorna su bella cara, esta vez, acompañada de una mascarilla de oxígeno. A su lado encontramos al galeno y a Josephine hablando con alteración hasta que percatan nuestra presencia.
—¿Ma-ma-dre está bien? —tartamudea mi mellizo apretando cada vez más mi mano mientras pregunta al galeno.
El galeno nos dirige un sonrisa de boca cerrada y nos dice:
—Ustedes serán los famosos mellizos de los Collins-Wood... —prosigue—. Sí, vuestra madre está estable. Ha sido un simple desmayo, pero, de todos modos, vamos a realizar una serie de pruebas por precaución, para asegurar que todo esté bien.
Asiento con la cabeza mientras noto el apretón más fuerte que me da mi hermano en la mano derecha.
Josephine se nos acerca y nos abraza con sus rechonchos brazos para aplacar nuestra preocupación.
—Tranquilos, todo irá bien. Todos la vamos a cuidar mucho —nos da dos besos y se marcha de la estancia.
—Bueno, creo que les voy a dejar a solas. Mi trabajo ha cumplido por hoy. Mañana volveré para realizarle las pruebas —se despide el galeno.
Al marcharse, mi hermano y yo nos acomodamos en la cama con nuestra madre, de manera que ambos la abrazamos a la vez y nos quedamos dormidos lentamente junto a ella.
***
Noto mis ojos pesados, pero entra tanta luz por mis ojos que me obliga a abrirlos de forma espontánea.
Sigo acostada en la cama con mi madre y con Keith. Levanto mi cuerpo para acomodarme y encuentro la razón por la que me he despertado, la deslumbrante luz de la lámpara para leer que tiene mi padre en su habitación. Mi padre se encuentra enfrente de la cama, sentado en su sillón de terciopelo negro con sus gafas de leer y su periódico, como siempre.
—Te desvelaste con la luz, ¿no? —pregunta mi padre aún sin apartar la vista de las palabras del periódico.
—Sí, la verdad —afirmo mientras me froto los ojos—. ¿He dormido mucho?
—No mucho, cariño. Sólo unas tres horitas... — responde con ironía.
Observo la hora de mi reloj y me percato de lo tarde que es.
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SIN SANGRE ©
VampireKatherine Collins-Wood, una vampira que desobedece las reglas de su comunidad, tiene que huir de su mundo para poder sobrevivir, pero no sabemos si esa es la palabra correcta porque en el mundo al que huye se encontrará con dos tentaciones que marca...