Lucas Conde
Hacía mucho tiempo que no dormía tan bien. Todas las noches me las pasaba en vela sin poder dormir ya sea por lo que me atormentara esa noche o por mi madre. Sin embargo, esta noche he dormido como nunca, sin desvelarme ni un momento. Con un profundo sueño idílico en donde todo era agradable y parsimonioso.
¿Todo por qué? Por el fantástico día que he podido disfrutar junto a la maravillosa Katherine Collins-Wood.
He de admitir que de no saber que ella y Marcos habían roto, información que finalmente resultó ser falsa; no habría dado el paso de ir a por ella. Todo este tiempo que Katherine ha estado en mi casa junto a mí, mi madre y Victoria ha sido una constante tentación de revelarle mis sentimientos, pero algo pesaba en mí que no era capaz de hacerlo.
No quería destrozar su relación con mi hermano, Marcos Sants.
Sinceramente, creo que le debo un gran favor a Vera, a parte de todos los que ya les debo; por otorgarme esa información y sin que ella lo supiera, alentarme a ir a por la chica despistada.
Ayer, el día en que Vera me lo contó al salir de clases a última hora, su rubia melena ondeaba por el viento que azotaba su cuerpo al ir a por mí a toda prisa. Al verla correr hacia mí me di media vuelta, evitándola a toda costa, pero entonces, su último reclamo hizo que me parase en seco y me volviera hacia ella.
—Para, ¡por favor! Es sobre Katherine —gritó ahogada por el esfuerzo del recorrido.
El nombre de la chica despistada hizo que pusiera toda mi atención en Vera. Ella, al ver que su estrategia finalmente dio resultado, avanzó con lentitud hacia mí, intentando recobrar un poco el aliento y se situó enfrente de mí.
—Menos mal que se me ocurrió mencionarla que sino no consigo dar contigo —dijo exhausta mientras se limpiaba un poco la frente empapada en sudor.
Puse los ojos en blanco, pero me quedé ahí parado, frente a ella y atento a lo que me iba a decir. Dudé en marcharme. Me intuía que iban a ser otras de sus mentiras o manipulaciones para poder hablar conmigo, pero de haberme ido, no habría pasado la tarde de ayer con Katherine.
Menos mal que la escuché.
—¿Qué querías decirme, Vera? —pregunté con dureza.
Vera resopló un poco y se amarró el pelo para dejar pasar el aire por su acalorada nuca.
—Llevo tiempo queriendo decirte algo sobre Marcos —anunció con cansancio.
Tensé mi mandíbula.
—Me dijiste que trataba de Katherine —le reproché con enojo.
—Oh, sí. Trata sobre Katherine —repite ella —. Quizás no sobre ella, pero si le repercute.
Me cruzo de brazos.
—¿Y?
Vera agacha sus hombros con rendición y su tono de voz cambia radicalmente de la soberbia a la neutral.
—Llevo mucho tiempo pensando en si contártelo o no porque sé que te vas a enfadar más de lo que ya lo estás conmigo, pero creo que debo decírtelo igualmente. Ya no por mí, sino por Katherine.
Enarqué una ceja.
—Vete al grano, Vera —exigí con molestia.
Ella exhaló hondo y me lo contó todo.
—Marcos y yo llevamos tiempo viéndonos —Puse cara de desconcierto—, es decir, que él la está engañando conmigo.
Esa noticia resultó darme más alivio que enfado. Pude haberme enfadado con Marcos por el daño que le causará a Katherine o pude haberme entristecido por ella, pero no pude pensar en ninguna de esas dos cosas más que en mi felicidad por ello.
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SIN SANGRE ©
VampirosKatherine Collins-Wood, una vampira que desobedece las reglas de su comunidad, tiene que huir de su mundo para poder sobrevivir, pero no sabemos si esa es la palabra correcta porque en el mundo al que huye se encontrará con dos tentaciones que marca...