Han pasado las semanas desde nuestro último encuentro y aún no nos llevamos como antes.
Anteriormente, después de que Lucas se enfadara conmigo, nuestra relación era nula. Sin embargo, desde que me pidió ayuda, no hice otra cosa que tenderle la mano y ayudarlo.
Hubo un principio en que no entendí qué tipo de ayuda necesitaba. No sabía si se refería a la compañía, al cuidado de su madre o en algún aspecto económico, pero aquella noche en la que nos quedamos en vela hablando durante horas, comprendí que necesitaba ayuda con su madre, pero eso no quitaba que la compañía lo aliviara un poco de todo el estrés que mantenía dentro de sí mismo.
Aquella noche, tras hablar sobre el abandono de su padre, supe que, en ese preciso momento, lo único que Conde pedía a gritos era mi presencia, así que, en silencio, se la otorgué.
Durante toda la madrugada estuvimos hablando sobre nuestras clases. Él está en el segundo curso y yo en primero, pero coincidimos porque tuvo que repetir una asignatura. También hablamos sobre algunos alumnos que Conde los llamaba "esos ricos de turno", vanidosos por el poder económico. Me estuvo contando que, a pesar de estar minados de dinero, una vez Lucas le pidió un par de monedas a alguien para coger el transporte público y se negó. Un egoísta que fingiópena, pero la hipocresía inundaba su personalidad.
A medida que nos íbamos relajando, nos acostábamos sobre su enorme cama y nos mirábamos de vez en cuando. En esos instantes, la inexplicable conexión que sentimos siempre emergía como si fuera algo natural entre nosotros. No obstante, siempre que me daba cuenta de que nuestras miradas estaban totalmente conectadas, apartaba sus ojos de mí rápidamente para romper de lleno cualquier conexión que llegaba a un fin que todavía no hemos descubierto.
A pesar de nuestras repentinas miradas, seguíamos hablando cómodamente sobre otros asuntos que nos rodeaban. Por ejemplo, hablamos sobre Adela. Me acuerdo de que él me preguntó sobre mi actual relación con ella. Me quedé mirándole y le dije:
—¿Por qué me preguntas eso?
Él se encogió de hombros y contestó como si nada.
—Como al final no se lo conté yo, me suponía que se lo habías contado tú...
Resoplé con un pequeño rastro de mi sonrisa y le informé de un dato que él seguramente desconocía.
—No se lo conté yo. Vera se ocupó de ello.
Recuerdo que Conde se quedó boquiabierto, asombrado por lo que le acababa de decir y luego negó con la cabeza diciendo en voz baja
—¡Qué le gusta hacer daño y llamar la atención!
Ambos nos reímos y seguimos hablando de la chica que nos ofreció a mí y a mi familia un hogar sin pedir nada a cambio.
Le conté sobre las consecuencias posteriores a la confesión de Vera y pude ver la lamentación en su rostro. Me pidió miles de disculpas y al final le tuve que advertir de que Adela quiere hablar con él. Eso lo puso un poco nervioso, pero lo comprendió perfectamente.
Continuamos hablando el chico de los susurros y yo sobre Vera. No nos adentramos en su relación con ella, sólo tocábamos temas puntuales. Conde me contó que ella es la hija del director -cosa que yo ya sabía- y, por lo tanto, el mejor amigo de su padre es Lucas Sants, además de su padre, el vicedirector de la Universidad "Las Infantas".
Según parece, la relación que había entre los mejores amigos sólo lo sabían los padres de Vera, pero el día en que se encontraron todos en la mansión de ella, el padre de Lucas descubrió que, de alguna forma, la familia de Vera lo había defraudado.
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SIN SANGRE ©
VampireKatherine Collins-Wood, una vampira que desobedece las reglas de su comunidad, tiene que huir de su mundo para poder sobrevivir, pero no sabemos si esa es la palabra correcta porque en el mundo al que huye se encontrará con dos tentaciones que marca...