Mamá le mostraba el libro de modas a su madre y ella simplemente negaba una y otra vez, esto estaba traspasando los límites de mi paciencia. Saqué mi teléfono y respondí el mensaje pendiente que tenía con Parker.
"Esto es tan estresante... estoy histérica, no quisieran verme ahora. ¿Qué están haciendo?"
"Estamos desayunando pizza con doritos, el manjar de los reyes... ¿Qué está pasando contigo? -P"- Estoy cansada -murmuró Tamar mientras ponía ambas manos en la mesa-. Señora Chesset o Walker, o no sé -respondió- me gustaría trabajar con usted en el segundo vestido de novia que me mostró, con una sola condición -miró a su madre- que tú no lo toques, como está… así lo usaré -se levantó y me miró a mí- ¿te gustaría dar una vuelta?
Guardé mi teléfono y mordí mi labio inferior después. Me levanté de la mesa sin contestar caminé hacia la salida con ella detrás de mí. Ya fuera del lugar, ella suspiró y después, hizo una coleta con su cabello. Me encontré caminando a su lado segundos después, pero tenía mi teléfono en la mano pensando en la respuesta que le daría a Parker."Te hablo después, saldré a caminar con una chica. Espero que estén comiendo pizza por mí."
Me crucé de brazos y miré a Tamar. Ella me miraba con una sonrisa de lado.
-¿Qué? -le pregunté.
- Luces más relajada acá afuera, creí que colapsarías en la silla, así como una explosión instantánea o algo así -rió fuerte.
-No me gustan mucho los lugares cerrados donde hay mucho ruido... -susurré y le sonreí encogiéndome de hombros-. Un poco más y estallaría, ya comenzaba a ponerme histérica. No acostumbro a ser como lo fui hace rato... lo siento. Fui grosera.
- Lo fuiste -respondió- jamás me habían dicho anoréxica -respondió mientras se encogía de hombros- no soy tan delgada, me gsuta comer bien, ¿sabes las ganas que tengo de una pizza?
-Un amigo está desayunando eso -reí bajito y ella levantó ambas cejas-. Yo tengo ganas... hmm... quiero una malteada de fresa, oh... que delicia -acaricié mi barriga y escuché su risa.
- ¿Y si vamos a sonsacar a tu amigo de la pizza y yo te invito una malteada? -preguntó deteniéndose.
-Hmm... ¿De verdad? -ella asintió con sus manos entrelazadas y suspiré, sacando mi teléfono del bolsillo. Busqué el teléfono de Parker y él me contestó después, tan agradable como siempre.-Parker -no saludé, fue lo primero que dije-. ¿Qué están haciendo justo ahora? ¿Aún hay pizza?
- Quedan como cuatro rebanadas, las familiares nos dejan gorditos, ¿por qué? -preguntó sonriente-. ¿Te vienes?
-Tengo compañía, pónganse aún más guapos. Quizá llegue en menos de veinte minutos -no respondió y cortó con la llamada. Seguramente ahora mismo se encuentre buscando que ponerse y todo lo demás. Tamar me miró con una sonrisa y podía notar que estaba confundida, porque hablé en plural-. Son... dos personas. Ambos son agradables. ¿Taxi?
- Tengo una motocicleta, ¿para qué quieres taxi? -preguntó mientras caminábamos de vuelta al edificio. Subió a su motocicleta y me miró mientras yo dudaba un poco-. Anda, vamos... te vi, no creo que temas esta vez.
-Pero yo no... -ella me miró y levantó ambas cejas mientras subía a la motocicleta-. Bien. Ya, lo admito -rodé los ojos y me senté en la parte trasera con mucho cuidado. Estaba con la misma ropa del día de ayer, que vergüenza. Ahora me arrepiento de no haberme ido a cambiar.(…)
- Había escuchado de esta Universidad pero... no le conozco -respondió mientras caminábamos por el pasillo hacia el cuarto en el que se quedaban los chicos. Cuando llegamos toqué a la puerta y fue Erik quien nos recibió.
- Hola -murmuró con media sonrisa, llevaba sus lentes oscuros puestos.
- ¿Walker? -escuché que decía Tamar antes de que yo pudiera actuar.
Sentí un piquete en el estómago y ella caminó hacia él, abrazándolo por su cuello. Ignoré aquella escena y entré a la habitación sentándome en la cama al lado de Parker. Lo notó, porque me miraba sin ningún gesto en su rostro. Suavicé mi mirada y le sonreí, pero Erik seguía abrazado por Tamar. La conocía ya.
- ¡Hola! -dijo divertida mientras él reía también- Vaya, Tamar... hacía tanto tiempo. ¿Cómo es que tú…?
- Eh escuchado mucho tu apellido pero no sabía que te vería hoy, han pasado años -ella rió, parecía todo lo contrario a lo que conocí alguna vez en la junta con su madre-. ¿Cómo has estado?
- Ciego -murmuró y ella hizo una mueca- lo sé, eso es nuevo.
- Sabía que tus ojos eran delicados pero no tanto... -él se encogió de hombros- ¿larga historia?
- Algo así -murmuró él- ¿entonces tú eras la compañía de Dem?
- Oh sí -murmuró- lo siento -dijo avergonzada mientras él le daba el pase a entrar.
-Mamá llegó cinco minutos después de que me dejaste... sentía que ella sospechaba algo, pero solo fue mi paranoia -le dije a Parker y el rió mientras negaba.
-Si no te hubieras despertado... no estarías aquí. Probablemente estarías viendo por la ventana de tu casa, pensando en cómo saber mentir mejor -él se encogió de hombros y Erik se sentó en el borde de la cama. Estaba frente a mí y no lo había saludado aún. Estaba actuando como una idiota.
- Parker... ella es Tamar, no sé cómo se ve ahora pero cuando la conocí teníamos como unos diez años en un campamento de verano. Éramos los malvados del lugar, no sé cómo no nos expulsaron.
- Nos expulsaron pero tu madre y mi padre eran los dueños, no podían hacer nada -respondió- Les extraño -dijo ella un tanto melancólica-. ¿Quién es Parker?
- El chico guapo frente a ti, es un hombre que trabaja como stripper por las noches de viernes y de día es un estudiante común de una universidad común.
-Bueno... claramente lo último no es cierto -Parker sonó tan seguro de sí mismo que hacía creernos lo que dijo Erik. Tamar soltó una carcajada y yo reí bajito-. En realidad soy un chico normal de universidad... encantado de conocerle, Tamar. Qué bonito nombre.
- Gracias -respondió- Parker también es bonito -se encogió de hombros- bueno, a pesar de saber que verte es una gran noticia -murmuró- que saquen la pizza, estoy hambrienta y Dem me la prometió.
-Y tú me debes una malteada -le achiqué los ojos y tomé la caja de pizza que estaba a mi lado. Tal como había dicho Parker, solo había cuatro rebanadas. Tam dio una gran mordida a su primer triangulo y yo comía sin ganas. Me sentía raramente extraña, porque hace unos momentos yo me encontraba histérica y ahora no sé cómo me siento realmente. Miraba a Erik, el cual tenía la mirada baja y jugaba un poco con sus manos. Tampoco había preguntado por mí, ni yo por él. Era como si no estuviéramos en la misma habitación.
Me mantuve callada por lo que creo que el ambiente se tensionó un poco-. Muy bien... creí que esto sería más divertido pero... será mejor que me vaya. Todos aquí parecen incómodos por mi presencia.
-No, quédate. Está bien. Por algo te invité. Yo no acostumbro a hablar mucho cuando estoy comiendo... -susurré y ella se levantó de la cama. Agitó sus manos de un lado a otro para decirme de alguna manera que me detuviera y limpió la comisura de sus labios con su dedo índice.
- Venga ya, soy de confianza y no tienen por qué comportarse diferente, además... -se encogió de hombros- vi cómo te emocionaste cuando Erik abrió la puerta. ¿Por qué no se hablan?
- Bueno, porque tú estás aquí, si pudiera ya estaría encima de ella -murmuró Erik-. ¿Ya te casaste, eres modelo, tienes tres hijos? -preguntó.
- Modelo, lo demás aún soy muy joven.
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Who's lovin' you? (Minna y Bere)
Подростковая литератураPor esas veces en las que amaste profundamente y no te arrepientes de nada.