Tomé su silla de ruedas y lo acerqué hacia donde estaba Erik. Saludó a sus amigos también y yo... me senté en el sofá, fingiendo estar haciendo algo importante para no sentirme tan... tan incómoda. La verdad es que podía ver que Erik era bastante popular, desde antes lo sabía pero ahora me daba cuenta. Entonces me pregunté cuántos de ellos eran verdaderos y cuantos solo venían al chisme. La chica que no dejaba de sonreírme se acercó al sofá donde estaba y rio bajito.
-¿Estudiarás en la misma escuela de Erik? -me preguntó, quizá entusiasmada.
-No lo sé... no sabría decirte, no me han dicho nada sobre mis estudios... pero alomejor así será -le contesté y sonreí, encogiéndome de hombros sin más que decir.
-¡Ojalá así sea! -gritó Parker desde donde estaba y reí algo fuerte, porque se suponía que no debería de escucharme.
- Será divertido tener a una amiga aquí en el club -sonrió y extendió su mano-. Soy Cope -se presentó.
-Dem... bueno, ya lo sabes -estreché su mano con la mía y él se sentó a mi lado-. ¿Tenía mucho dormida?Y es ahora cuando maldigo a Erik por no haberme despertado.
- Un par de horas, pero después de la tercera dejaste de babear –sonrió
-¡Oh! -llevé mis manos a mi rostro y comencé a reír, pero estaba segura que reía por mis nervios. La chica que estaba a mi lado y Cope reían también. Supongo que algunos de los amigos de Erik podrían llegar a ser mis amigos, pero en mi vida siempre existirá Riley... primero siempre. Suspiré y escuché perfectamente como sonó mi estómago-. ¿Erik ya comió? ¿Ustedes ya comieron algo?
- Todos...
- Yo no, malditos matreros -dijo Parker- ¿ya comiste Walker?
- No, la enfermera no ha venido -murmuró Erik bastante seguro.
- Sirvan de algo y váyanse... no vuelvan hasta que traigan comida sana en sus manos, anden -ordenó Parker la mayoría se retiró. La chica y Cope salieron también por aquella puerta. Apoyé mi barbilla en la palma de mi mano y veía minuciosamente a Erik, parecía estar bastante relajado para su situación... pero sé que es un hombre fuerte, más por la gran confesión que hizo en la madrugada. La buena relación entre Parker y él era tan sana que podrías distinguirlo del otro lado del hospital, hasta un poco más retirado. Me levanté y carraspeé un poco mi garganta para interrumpir lo menos maleducado que se podía.-Tengo hambre... ¿quieren algo de la cafetería? -pregunté refiriéndome a ambos.
- Lamentablemente aunque se me antoje una gran malteada de chocolate, la doctora me ha amenazado con dejarme otro día aquí si no como frutas y esas cosas -dijo Parker.
- Lo quieras traerme de contrabando –habló Erik.
-Traeré fruta entonces... -sonreí y asentí-. Fruta para todos, menos papaya porque no la soporto.
-Ve con cuidado -me dijo Parker y asentí, observando a Erik como sonreía. Salí de la habitación y bajé por el elevador para llegar a la cafetería de la planta baja... donde estoy segura, hay mucha fruta. Ahora comencé a maldecirme una y otra vez, no sabía que fruta le agradaba a los dos. Piensa... piensa, oh. Coctel de frutas, ¿por qué no? Me acerqué a la caja y la señorita me sonrió, esperando mi pedido.-Tres cocteles de frutas -sonreí y asintió, entregándome tres platitos con tapa de plástico-. Hmm y tres aguas naturales, por favor.
La chica me entregó lo que pedí y le entregué unos cuantos billetes. Amablemente me entregó una bolsa y subí nuevamente por el elevador. Cuando llegué a la habitación noté a Parker sentado en la camilla de Erik, una enfermera estaba a su lado junto con un doctor y ambos esperaban a que Parker terminara de quitar la venda que había en el rostro de Erik. Dejé la bolsa en el suelo y me acerqué hacia donde estaban. Junté mis manos y sonreí, con la esperanza de que todo resultara de la mejor manera. Quitó la venda cuidadosamente y Erik mantenía sus ojos cerrados.
-Abre los ojos cuidadosamente... -susurró el doctor y el chico terco frunció el ceño.
- ¿Ya no tendrán el color de siempre? ¿Estaré bizco? ¿Serán blancos? -preguntó- ¿Cómo...?
- Posiblemente tengan el color más claro, pero serán tus ojos Erik... nada cambiará -murmuró el doctor- de verdad.
-Yo pensé que se vería algo así como el undertaker -dijo Parker y reí bajito.
-Ábrelos, Len.Ta.Men.Te -recalcó el doctor y Erik asintió. Poco a poco abría sus ojos y pude notar que no estaban como aquel día en el que lo conocí. Sentí como mi estómago se hacía pequeño y mis ojos me ardían, debido a que quería llorar.
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Who's lovin' you? (Minna y Bere)
Novela JuvenilPor esas veces en las que amaste profundamente y no te arrepientes de nada.