Capítulo 21

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Di un corto beso después y se quedó de pie, mientras que yo caminé hacia la puerta para ir hacia donde estaba Parker esperándome. Él estaba recargado en la pared y al verme sacó sus llaves mostrándome una sonrisa. 

-Esta despedida fue la más rápida que han tenido -susurró y yo reí bajito, porque quizá tenía razón.
- ¿De verdad? -asintió-. Mañana será el domingo más aburrido de mi existencia.
- Te recuerdo que aún existe tu amiga Tamara con la que puedes ir a pasearte o también está tu amigo Riley a quien le debes explicaciones... -murmuró mientras caminábamos al elevador- ¿te digo algo?
-La tarea me va a impedir salir -hice un puchero y después le sonreí-. Dime.
Se me quedó mirando con esos ojitos algo rasgados que le caracterizaban y sonrió de lado-. Me alegra tenerte de vuelta.
-¡Owwww! -Sonreí de oreja a oreja y lo abracé por su cuello. Escuché su risa en mi oído y di palmaditas en su espalda-. Yo también. Aunque no se me va a olvidar cuando me dijiste patética.
- Estaba molesto, y lo eras -murmuró aún en mi abrazo.
Cuando me separé de él di un leve golpecito en su hombro y eché un vistazo a mi tatuaje-. Realmente me gusta como se ve. Puede que me arrepienta después, pero por ahora está bien. 
-Pensé que gritarías histéricamente mientras lo hacían, pero fue todo lo contrario. Eres una mujer pecho peluda que se respeta -me guiñó un ojo y me entregó un casco para subirme a la motocicleta-. Será mejor que lo uses.

Subí primero y cuando se encontraba sentado delante de mí, lo abracé por su estómago. El aire fresco chocó en mi rostro en cuanto aceleró y di un vistazo hacia atrás por última vez. Me dejó en casa quizá en menos de veinte minutos y cuando aparcó la motocicleta para bajarme, las luces de la planta baja se encendieron de inmediato. Mamá abrió la puerta y se paró con sus brazos cruzados. Oh.

-Solo espero no estar en problemas -le susurré a Parker en su oído-. Vete antes de que diga algo, estaré bien. Gracias por traerme.
- De acuerdo... -murmuró mientras saludaba a mi mamá a penas con una mano levantada y aceleraba antes de que pudiera preguntarle o aventarle un zapato.

Me volví hacia mi madre y medio sonreí cuando ella negó-. ¿Dónde estabas? -dijo cuándo di un paso dentro de la casa.
-Fui con Riley -le contesté.
- ¿Ah sí? -Parecía altanera.
-Sí, Parker estaba con nosotros.
-¿Y desde cuando eres tan amiga de Parker? -preguntó-. ¿Qué tienes en la mano?
-Desde que lo conocí en una tocada a la que fui -le dije lo más segura de mi misma. Tragué saliva y le enseñé mi mano-. Es un tatuaje con la inicial de papá. Todos estuvimos de acuerdo, hasta Riley -su ceño se frunció y soltó un suspiro cansado, parecía enfadada a pesar de eso. 
-Riley llamó. 
-¿Y qué? -estaba nerviosa, no podía negarlo. Pero, tenía que actuar de tal manera en la que le diera a entender que realmente estaba con Riley.
- Ha preguntado cuando podría verte, porque tenía mucho sin salir contigo -me miró-. ¿Algo que tenga que saber? -preguntó mirándome fijamente-. Hija, ¿estás de novia con Parker?
-Ogh... mamá... no. Es uno de mis mejores amigos, solo he estado saliendo un poco más, estoy divirtiéndome y él es divertido. Puede que no haya estado con Riley... pero, ¿cuál es el problema? Ya estoy aquí, sana y salva sin ningún rasguño. 
-Eso lo sé, pero no me gusta el hecho de que sales todo el día y no vuelves hasta la noche. Y, cuando vuelves, tienes un tatuaje. Dem...
-No es cualquier tatuaje para mí -le contesté enfadada y caminé escaleras arriba lo más rápido que pude, consciente de que quizá estaba siguiéndome por detrás.
- No me des la espalda, señorita -me giré para verla, pero estaba frente a mi puerta en la habitación-. Necesito que me escuches. No quiero más mentiras y tampoco que te largues solo así. Pedirás permiso porque sigues siendo mi hija y son mis reglas, ¿entendido?
-Ya lo entendí -le contesté. Seguía de pie frente a mí sin decir nada y yo realmente quería cerrar la puerta, recostarme un momento y comenzar con mi tarea para quitarme gran peso mañana.
- ¿Cuándo compré esa camisa? 

Ay maldición... eres una estúpida Dios mío. ¡Demetria! 

-Ensucié la mía y Parker me prestó una.
Mamá se me quedó mirando y luego negó con la cabeza-. ¿Has visto a Erik hoy? -preguntó.
-Sí -apenas lo dije cerró sus ojos con fuerza y torció la boca soltando un suspiro.
-Demetria...
-Me dijiste que no querías más mentiras. Sí, lo vi hoy porque tenía muchísimo que no lo veía... no tiene nada de malo. ¿No te agrada acaso?
- Claro que me agrada -murmuró- Pero detesto que me mientas, especialmente si se trata de tu hermano -negó con la cabeza-. No tiene nada de malo que lo veas, últimamente ambos han estado tan distantes. Pero sé que te cuida -murmuró-. Él ya ni siquiera se aparece aquí en casa y no es como si Scott o Christian no lo extrañen.
-Le diré que venga mañana, si quieren... -ella asintió y me sonrió de lado.
-Le avisaré a Christian. Mañana en la mañana me confirmas, tengo que irme a dormir. Hasta mañana -se acercó a mí y dio un beso en mi mejilla-. Y me alegra mucho que quieras tener a tu padre en tu piel por el resto de tu vida. 

Caminó hacia su habitación y yo cerré la puerta de la mía, quitándome mis zapatos y suspirando frustrada. Cuantas mentiras podían decirse en tan solo diez minutos... Dios mío. Saqué mi teléfono del bolsillo y busqué el número de Erik en mi agenda. No contestaba y colgué. Llamé una vez más y al cuarto timbrado contestó.

- ¿Castigada por el resto de tu vida, amen?
-No, por suerte no -reí bajito-. Te tengo una propuesta de parte de mamá.
- ¿De parte de tu madre? -preguntó-. Comienzo a sospechar, ¿segura que estás en tu casa?
-Sí... Parker me trajo sana y salva -solté una risita ante su comentario y escuché un suspiro del otro lado de la línea-. Por cierto, ¿ya llegó?
- No -murmuró mientras carraspeaba- pero espero que llegue pronto.
-Bueno... cuando llegue favor avísame. Mamá me pidió que te dijera que si mañana podías... venir a comer.
- ¿Me ha invitado a comer? -asentí de nuevo- Uh... ¿estás de acuerdo con ello?
-Sí, quisiera que vinieras. Christian, Jess y Scott deben extrañarte. ¿Vienes?
- ¿Qué hora está bien? -preguntó y antes de que pudiera responderle su teléfono comenzó a mostrar un sonido raro-. Espera... tengo otra llamada -apreté los labios y luego comencé a mover las almohadas- Dem, te llamo mañana -dicho esto, terminó la llamada.
Suspiré y conecté mi teléfono, tenía poca batería. Me recosté en mi cama y me quedé en silencio, clavando mi mirada hacia el techo completamente blanco. Este había sido un día agitado, entretenido, lleno de cosas nuevas. Me recosté de lado y apagué la lamparita de mi recamara. La tarea podría esperar para mañana.

...

-¡Dem! -abrí los ojos de golpe y Scott reía sobre mi cama-. Hola -dijo emocionado- tu mamá me dijo que tal vez veríamos a Erik hoy.
-¡Scott me asustaste! -lo tumbé en la cama y comencé a hacerle cosquillas. Mi hermano se retorcía y escuchaba su risa que alegraría a cualquiera-. Así es, lo llamé ayer. Quizá venga hoy. ¿Lo extrañas mucho?
- No lo he visto en... como... mil ochocientos cuatro mil trescientos veinticuatro millones de miles de uhhh mucho -dijo riendo- en realidad, creo que desde el viernes.
-Vaya, creo que ya estás listo para verlo. Estás muy guapo -me enderecé y él bajó de la cama-. ¿Sabes si mamá está en la casa?
- Sí, estaba en la cocina haciendo la comida -murmuró sonriente- Jess también está vestida. Solo faltabas tú.
-Bueno, me bañaré. ¿Me esperas afuera tantito? -asintió y salió corriendo de la habitación, cerrando la puerta detrás de sí. Busqué en mi armario que ponerme el día de hoy y al verme al espejo, dormí con la camisa de Erik puesta. Ni siquiera coloqué mi pijama, simplemente caí rendida la noche anterior de nuestra llamada. Eché un vistazo a mi teléfono y no tenía alguna llamada perdida.
Me encogí de hombros y terminé por entrar a mi baño y nivelar la temperatura del baño. En mi mano aún veía el rojizo color de la piel alrededor de mi tatuaje. La verdad es que me sentía orgullosa de él, quería que de verdad supieran que había dos personas importantes y que siempre estarían marcadas para mí. Me sonreí y me metí a la ducha.
Salí lo más rápido que pude ya que quizá estaba algo retrasada y comencé a cepillar mi cabello. Me maquillé simplemente con máscara de pestañas y mi labial rojo preferido que me hacía ver un poco más arreglada. Bajé y el olor a comida llegó a mi nariz. Sabía que estaba haciendo lasaña, porque es la receta que mejor sabe hacer mamá. Christian se encontraba en el sofá leyendo el periódico y al verme, me sonrió ampliamente. Le devolví la sonrisa y me acerqué al área de entretenimiento. Estaba dispuesta a encontrar un canal que me entretuviera un momento mientras Erik llegaba.
Esperamos durante un buen par de minutos, hasta que Christian se desesperó y le llamó por teléfono. Al poco tiempo comenzó a hablar-. Hijo... uh... te estamos esperando, ¿vas a venir? -preguntó dudando un poco, desde que se había ido a los dormitorios de la Universidad su relación con él se había deteriorado de tal forma en que ninguno de los dos ahora se hablaba bien-. ¿Qué pasó? -preguntó bajando la mano que estaba en su nuca-. Pero, ¿él está bien? -siguió- de acuerdo, no, no te preocupes, podemos pasar esto para otro día.
Bajé mi mirada y hubiera querido que viniera. Me levanté y cuando Christian colgó lo miré lo más tranquila posible. Realmente quería saber que había ocurrido... porque algo pasó.
Se me quedó mirando y guardó su teléfono en el bolsillo de su camisa-. No va a venir a comer hoy -murmuró-. Ocurrió algo en la familia de Parker.
Comencé a caminar lentamente hacia atrás y subí las escaleras algo inquieta. Ay Dios mío, solo esperaba que no sea nada grave. Revisé mi teléfono y tenía dos llamadas perdidas de Erik, mi estómago se revolvió y le devolví la llamada en cuanto lo vi. Algo andaba mal, y no sabía que era.
Cuando por fin contesté intenté mantener mis nervios calmados. Por favor nada tan grave-. Ey... –me contestó. 
- ¿Todo está bien por allá?
- Hmn -tragué saliva- No realmente, sucedió algo anoche cuando Parker venía de camino acá. Sus padres uh... tuvieron un accidente automovilístico, su hermano pequeño venía con ellos.
-Dios mío... ¿Cómo está él? Si está contigo dile que aquí estoy para lo que sea. ¿Cómo están ellos?
- Dem... -susurró mientras yo daba vueltas en la habitación- estamos en la funeraria arreglando los papeles del seguro... -murmuró en un susurro- ¿puedes venir por favor? Te necesito aquí.
-Voy para allá -bajé casi corriendo las escaleras y mamá me miró extrañada-. No me cuelgues, espérame por favor -no contestó, pero seguía en la línea-. Mamá, ¿podrías darme dinero? Tengo que salir -por el tono en el que me escuchó estaba segura que entendía que era una emergencia. Buscó en su bolso rápidamente y me entregó unos cuantos billetes-. Volveré pronto, te explicaré después -no me dijo nada, simplemente salí por la puerta en busca de algún taxi y volví con Erik al teléfono-. ¿Cuál es? ¿Está por el campus acaso?
- No, está en el centro a unas ocho cuadras del hospital St. Greg Allen -murmuró con voz algo ronca- ¿puedes traer botellas de agua y ropa para Parker? Le llamaré al portero de los dormitorios que te den la llave.
-Sí, llegaré lo más rápido que pueda. Lo prometo. Te quiero mucho -colgué y al subirme al taxi, le pedí que me llevara hacia el campus. Fueron los minutos más largos de toda mi vida, pero logré llegar. El oficial me reconoció y me entregó aquellas llaves. Me encontraba agitada y sentía que la habitación estaba bastante lejos, pero no era así. Realmente estaba cerca. Entré y busqué rápidamente alguna maleta en donde podría guardar algo de ropa.

Who's lovin' you? (Minna y Bere)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora