Capítulo 26

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Ambas nos sentamos allí, esto ya no era tan incómodo, pero si comenzaba a hacer preguntas, lo sería.
- Eres adolescente, harás muchas cosas que te provocarán castigos, solo no te mates, te metas cosas, ni te embaraces tan joven... vive tus etapas -me miró.
-Nunca en la vida... -le sonreí-. De hecho, nunca les doy problemas. Bueno... solo al principio, pero se entiende. Estaba acoplándome -me encogí de hombros y ella asintió. Recuerdo las veces que discutía con todos por cualquier cosa insignificante. No había ruido alguno cerca de nosotras y comenzaba a pensar que Jess tanto como Scott... 1. Estaban dormidos o 2. Habían salido. Pero no concuerda mucho la segunda opción. Vi como Scott me decía con su dedo que me matarían. Quizá dormían.

- Entonces solo diviértete -dijo ella como si nada- ¿cómo te sientes aquí?
-Muy, muy bien -susurré-. Logré acostumbrarme. Tengo una bonita relación con mis hermanos.
- ¿Con todos? -preguntó- ¿También con Adrien? 

Fruncí el ceño.

-¿Hay alguien más al que no he conocido? 
- ¿No te sabes el segundo nombre de Erik? -preguntó la abuela alzando una ceja.
Y ahora me sentía una chica ridícula. Estar enamorada de alguien y ni siquiera saber su segundo nombre. Podría agregar un punto más a mi estupidez.

-Oh... no, nunca me lo había dicho -me encogí de hombros y ella asintió como si dijera: era de esperarse-. No sé porque presiento que no le gusta.
- ¿Quién? -preguntó tranquila.
-Erik -le contesté-. ¿No le gusta su segundo nombre?
- Mi hija le llamaba de esa forma -respondió- ¿tú tienes algún segundo nombre?
-No. Mi papá me decía que si me agregaba un nombre más, terminaría llamándome de esa manera y a él le gustaba Demetria -le sonreí y clavé mi mirada justo en la ventana. Sabía que desde algún lugar estaba espiándome y posiblemente esté riendo en este momento. La melodía de mi celular comenzó a sonar y la fotografía de Erik junto a mí apareció en el teléfono. Esa fotografía aparecía cada que recibía una llamada de él. Miré a su abuela y me sonrió, quizá para acceder a contestar. Posiblemente no sabía quién era. 
- Hola -contesté y no dejé de ver a su abuela mientras lo hacía.
- ¿Castigada por el resto de tu vida, amen? -preguntó divertido mientras yo sentía que me sonrojaba.
-Sí, y es tu culpa -rio del otro lado de la línea y sonreí-. Es lo más seguro. Mamá hablará conmigo más tarde... tenemos visitas, adivina quién es.
- ¿Se supone que sepa quién está ahí? -preguntó y yo reí-. ¿Quién?
-Tu abuela está junto a mí en la ventana de pensar. ¿Quieres hablar con ella?
- ¿Mi abuela? Espera, la abuela Hilda, ¡Pásamela!
Sonreí ante su emoción y le entregué mi teléfono a la razón de su entusiasmo. Ella reía alegremente mientras hablaba con él y yo lo imaginaba desde su habitación con una gran sonrisa en el rostro. Desde lejos podrías notar lo bien que se llevan. Y luego, escuché como ella le hacía la propuesta de la playa.
- Vamos pequeño, sé cuánto quieres ir allí, has rogado desde niño que quieres visitar esa playa... Sí, lo sé -murmuró divertida- ¿entonces? Claro, yo le digo.
Me entregó mi teléfono y carraspeé mi garganta para contestar.

-¿Que le dijiste y porque me está viendo de esa manera? -solté una risita nerviosa y escuché una risa burlona del otro lado.
- Le dije que te convencería de ir con nosotros, ¿verdad que vienes?
-Erik -él imitó el llanto de un perrito regañado y rodé los ojos. Sabía que iría-. Bien. Y esta vez tuviste suerte, por eso accedí.
- Mentira, quieres estar en una playa paradisiaca conmigo -susurró- ¿no?
-Erik... -susurré y mis mejillas ardían-. Ya cállate, deberías de entretenerte en algo. ¿Dónde está Parker?
- Dormido.
-Pues despiértalo -ambos reímos y suspiré-. Te veo luego, en la noche te digo como me fue con mamá. Te quiero, Adrien.
- Hmn... bueno, espero la llamada. 

Cuando colgué al teléfono la abuela me observaba con media sonrisa y luego negó-. ¿Irás?
-Pues...

(...)

Who's lovin' you? (Minna y Bere)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora