- ¿Qué crees que estamos haciendo? -preguntó.
-No lo sé realmente... -susurré-. Pero estoy feliz. ¿Tú que crees que estamos haciendo? -tragué saliva y pestañeé lentamente esperando a su respuesta que significaba mucho para mí. Bajó su mirada y extendió la palma de su mano. Coloqué mis dedos ahí y él los apretó.
- No tengo ni la más remota idea -susurró- pero me gustas y te quiero y no me gusta repetirlo seguido porque me siento estúpido, pero... solo espero que esto no salga mal.
- ¿Sabes algo? -bajé mi mirada y observé nuestras manos-. Lo único que me preocupa es Christian y mamá. Eso es lo que me da miedo.
- A mí también, todos los demás me dan igual, pero sé que si alguien nos ve, estaremos en problemas con nuestros padres. Por cierto -susurró-. Lucías preciosa en la boda, no pude decírtelo.
- ¿Y cómo sabes que no llevaba un short roto y zapatos sucios? -le pregunté divertida y me acerqué a él para darle un beso en la mejilla-. Gracias. ¿Mañana querrás acompañarme a casa o quieres quedarte aquí? -carraspeé mi garganta y quizá esta conversación ya se había vuelto seria.
- Porque te conozco y además sé que tu madre no lo hubiera permitido -murmuró bajando la voz- posiblemente me quede aquí. Aún seguimos con eso de no hablarnos frente a nuestros padres. No quiero traerte más problemas de los que hay.
-Está bien -me recosté en la cama y bostecé, porque a pesar de querer aguantar el sueño... estaba muriéndome. Erik notó mi cansancio y se recostó a mi lado. Colocó sus manos en su nuca y lo miré con cariño-. Tengo mucho sueño... -susurré.
- Duerme entonces -susurró- te cuidaré, no te preocupes.
Me enderecé un poco y di un beso en su mejilla. Vi como sonrió de lado y me recosté una vez más. Cerré mis ojos y no pasó mucho tiempo para quedarme completamente dormida.(...)
El timbrado de mi teléfono me despertó. Por primera vez odio tener el sueño ligero, porque cualquier mínimo ruido puede despertarme. Miré a mí alrededor y Erik tanto como Parker seguían durmiendo. Me levanté cuidadosamente de la cama y tomé mi teléfono. En la pantalla me indicaba que mamá estaba esperando a que contestara.
- ¿Hola? -susurré y no podía ocultar el sueño en mi voz. Eran las nueve de la mañana.
- Hola nena, ¿aún dormida? -solo gemí en respuesta-. Bueno vístete, estoy a diez minutos de la casa de Riley. Iré por ti, quiero que me acompañes a hacer unas compras.Abri mis ojos y corrí hacia al baño cortando la llamada. Vi como Parker se enderezó y talló sus ojos con pesadez. Até mi cabello a una coleta rápida y él me miraba extrañado, mientras que yo buscaba mi ropa en la habitación.
- ¿Ya te vas? -me preguntó y lo miré incrédula.
- ¡Mamá pasará por mí en casa de Riley! -susurré mientras gritaba bajito y él abrió sus ojos al igual-. Va a descubrirme, oh no... No puedo.
- Sht sht sht.... -dijo poniéndose de pie de inmediato y corriendo al armario para sacar unos jeans de donde quiera que estuvieran. Erik se sentó en la cama y talló un poco sus ojos.
- ¿Qué pasa?
- ¿Dónde están tus llaves? -preguntó Parker de inmediato.
- ¿De qué hablas? -preguntó Erik tosiendo levemente-. ¿Cuáles llaves?
- Sabes perfectamente de cuales llaves hablo, ¿dónde están? -preguntó Parker corriendo hacia un costado de la cama y levantando su antigua camisa.
- En la caja al lado de la computadora -respondió Erik.
-Tengo que irme... mamá va a recogerme en casa de Riley -caminé hacia él y di un beso rápido en sus labios-. Prometo que llamaré cuando llegue a casa.
-¡No las encuentro! -gritó Parker-. ¿Estás seguro que están ahí?
- ¡Nunca movemos nada Parker, ahí están! -gritó Erik-. Sí, Dem... espero tu llamada.
- ¡Las tengo! -dijo mientras tomaba unas llaves y corríamos ambos a la puerta. Le seguía de cerca mientras íbamos por el pasillo pero al llegar al estacionamiento comencé a correr a donde se encontraba el antiguo auto de Erik, mi sorpresa fue que Parker no iba para allá, sino al estacionamiento donde se encontraban las motocicletas.
ESTÁS LEYENDO
Who's lovin' you? (Minna y Bere)
Ficção AdolescentePor esas veces en las que amaste profundamente y no te arrepientes de nada.