Capítulo 22

516 32 0
                                    

Me encontraba agitada y sentía que la habitación estaba bastante lejos, pero no era así. Realmente estaba cerca. Entré y busqué rápidamente alguna maleta en donde podría guardar algo de ropa. Tomé unos pantalones y varias camisas oscuras. No sabía si eran de Erik, pero las tomé de todas formas. Luego recordé que quizá él también haya estado ahí desde ayer, así que metí un poco más de cambios. Hice un pequeño inventario en mi cabeza y al tener todo listo, salí corriendo hacia la calle principal para poder tomar un taxi, encontré una tienda en la que compré algunas botellas de agua y cualquier cosa que pudieran comer. Aunque no creía que ninguno de los dos lo hiciera. Estaba asustada pero más que nada preocupada por Parker. Esta sería la primera situación difícil que pasaría con él... y vaya que era difícil. Estaba atenta sobre aquella funeraria, porque no sabía cómo era. Pero al notar aquellas enormes letras en los vidrios polarizados entendí que había llegado. -Muchas gracias -le dije al conductor y le entregué mis últimos billetes. El hombre asintió en forma de despedida y bajé lo más rápido que pude. Suspiré antes de entrar y cuando abrí la puerta, docenas de miradas se dirigieron hacia mí. Entre ellas, la de Parker. Erik estaba sentado en una esquina con Parker a su lado y un montón de chicas a su al rededor. Estaba serio, solo observándome. No había lágrimas en sus ojos, tampoco había algo que pudiera indicarme cuan dolido estaba pero sabía que lo estaba. Se levantó y yo caminé directamente hacia él. Erik un momento después se puso de pie algo distraído y luego siguió a Parker de cerca. Los tres sin decir nada nos alejamos hacia un lugar que parecía ser una pequeña sala lunch. - Hola Dem -saludó Parker sonriendo a medias- gracias por venir. -Para eso somos los amigos -lo abracé por encima de sus hombros y me sonrió-. Les traje ropa, agua y comida -le entregué la bolsa con la comida dentro y le hizo un nudo-. Es para que se lo coman, no para que lo guarden -rio bajito ante mi comentario y le sonreí de lado-. Lo lamento mucho. - Sí -dijo mientras tomaba la maleta y caminaba hacia lo que parecía ser un baño. Miré a Erik y él me abrazó fuerte a mí. - Es un robot ahora -murmuró- no hay que presionarle, pero sé que en algún momento se romperá y la última vez que lo vi hacerlo no fue bonito. -No importa, estaremos ahí para él. ¿Tú ya comiste? - Sí, estuve mordiendo una pequeña dona esta mañana -murmuró y la puerta del baño se abrió nuevamente. Miré hacia donde estaba Parker y sus ojos ahora sí estaban enrojecidos. Tenía puesta la camisa negra de botones que había traído aún abierta y caían lágrimas rápidas por sus mejillas, él no trataba de detenerlas -. ¿Parker? - No puedo... no... -susurró e intentó abrocharse un botón- ¡No puedo abrocharlos! -gritó mientras caía de rodillas y comenzaba a golpear el suelo con ambos puños-. ¡Papá! ¡Mamá! Me acerqué hacia él y tomé a Erik de la mano para atraerlo hacia él. Ambos lo abrazamos y él tomaba fuertemente nuestros brazos. Sé lo que se siente perder a un familiar... y de la misma manera. Ambos lo sabemos. Sé que el camino que sigue para él no será fácil, pero no está solo. -Llora mucho si es necesario... -le dije y fue lo que hizo, porque estaba sollozando fuertemente-. Recuerda que aquí estamos nosotros, no estás solo. Parker siguió llorando sin parar durante más de una hora continua y cuando por fin pudo detenerse, se quedó en el suelo abrazado a mi pierna. Erik había puesto una chaqueta sobre su cuerpo y le había cubierto la cabeza con la gorra de la misma, luego tomó mi mano y besó mis nudillos-. Gracias por estar aquí -susurró mirando a su mejor amigo, quien había dejado de hablar o moverse, solo... estaba ahí. (...) Como en eso de las doce de la madrugada, la gente comenzaba a irse y alguna que otra se quedaba. Según tenía entendido, se llevarían a sus familiares a las dos de la mañana. No me importaba mucho la hora, porque realmente quería quedarme. No podía simplemente regresar y pretender que nada estuviera pasando, porque si eso quisiera creerme, no podría dormir. Estaba sentada junto a Erik mientras que Parker despedía algunos de sus familiares. Me sentía cansada y mis ojos me pesaban, pero hacía todo lo posible por mantenerme despierta. Erik me miró y me hizo media sonrisa-. Puedes dormir... Parker entenderá. Me recargué en su hombro y cerré los ojos, al menos tratando de descansar. Pasó su mano por detrás de mis hombros y posiblemente esta sea la mejor manera almohada. Y, a pesar de eso, no podía dormir. Escuché como uno de los sillones se sumía debido al peso y supe de inmediato que Parker estaba aquí ahora. Ambos comenzaron a hablar y yo pretendía estar dormida. -Hasta se ve inocente dormida -murmuró Parker sin ganas y el pecho de Erik subió un poco, quizá reía. - Solo dormida -murmuró Erik a cambio-. ¿Has comido algo? - La abuela me obligó -susurró mientras lo escuchaba acomodarse en el sillón- estoy cansado amigo, veo gente que jamás conocí y que dicen ser amigos de mis papás y de Nick -murmuró- jamás había sentido tanto coraje en mi vida como lo siento ahora. - Así es... -susurró Erik- ¿recuerdas cuando mamá? -preguntó-. Todos llegaron aquí. Gente que jamás nos habló de repente se condolía. - Lo sé -susurró después- Quiero desaparecer amigo. Quiero irme de este mundo. ¿A qué me quedo? - Bueno... ¿quieres irte? -preguntó Erik- entonces vete, pero no esperes que no te siga. -Oye, ¿hasta terco eres en estos momentos? -rio bajito y no pude evitar no sonreír-. Por primera vez agradezco que lo seas. Sé que si fueras alguien más, no estarías aquí. Y Dem tampoco. Y ya cerraré la boca, porque estoy sentimental y todos sabemos que eso no es bueno. - Aunque no me opongo a que sigas chillando... te advierto que no tengo más pañuelos y que posiblemente usemos mi camisa para limpiar tus mocos, solo por ser tú... te dejaré -murmuró haciéndome sonreír y reír sin ganas a Parker-. Te quiero cabrón, hasta eso soy capaz de hacer por ti. - Gracias -susurró a cambio- dormiré un rato, mañana será un día largo. Después, simplemente no se escuchó ruido alguno y luego de unos minutos, caí en un profundo sueño. (...) Habían pasado tres meses desde lo que había pasado. Debía decir que las cosas habían mejorado que él estaba bien y que las cosas estaban iguales a como estaban antes, pero no era así. Parker tenía en su rostro esa mirada cansada de haber llorado todas las noches por semanas y no parecía detenerse, en sus clases iba terriblemente mal y aunque Erik le ayudaba a estudiar, él no podía concentrarse de ninguna forma. Simplemente se enojaba y se iba. A veces yo intentaba ayudar, pero seamos honestos... eran más grandes que yo y sinceramente sabían mucho más que yo. Dudo seriamente que mis conocimientos en cálculo les ayudaran en algo. Una noche Erik me llamó tan enojado que tuve que ir a recogerlo del campus en un taxi puesto que había peleado con Parker y lo había dejado fuera del dormitorio. Nos quedamos juntos en casa de Riley. Las cosas entre nosotros no habían cambiado en nada, hablábamos lo suficiente y aunque quería siempre tener un rato a solas con él, no podía porque Parker que antes no era un problema, ahora no dejaba tranquilo a Erik, siempre se metía en problemas y éramos nosotros quien teníamos que sacarlo de eso. Parker se apagaba y nosotros éramos quienes sufríamos a cambio. Sabía que algún día de estos yo terminaría a sincerándome con él y quién sabe cómo resultaría todo. Me encontraba en el sofá, esperando a que Erik llegara. Después de tres meses, justo ahora habíamos podido estar de acuerdo para la comida pendiente que habíamos planeado. El claxon de un auto sonó fuera de la casa y me levanté para abrir la puerta. En el lado del volante estaba Parker y al verme, agitó su mano de un lado a otro. Caminé hacia el auto y Erik bajó con su bastón en mano. Cerró la puerta y Parker salió de ahí segundos después. -Bienvenido extraño -le dije y me sonrió dándome un beso en la mejilla. - Hola -saludó mientras soltaba un suspiro- vaya, hace mucho que no vengo a casa, esos rosales son nuevos. -Y te presumiría que yo los planté... pero no, no fui yo. Fue mamá -reí y al mirar hacia la puerta, Scott estaba de pie con una gran sonrisa. Corrió hacia nosotros y abrazó la cintura de Erik con fuerza. -¡Hermano! -le gritó con felicidad-. ¿Creciste? - No realmente, tú eres el que estás más chaparro cada vez- murmuró mientras se encogió de hombros- y estás más feo. - ¿Cómo sabes? - No sé, lo imagino. Apenas Erik colocó un pie en la puerta, Christian lo tomó por la mano y lo abrazó... aquel saludo que los hombres generalmente se dan. Pude ver en el rostro de Erik una sonrisa y mamá se acercó para saludarlo. La comida ya estaba en la mesa y nuevamente, hizo lasaña. Parecía que no sabía hacer nada más. Nos sentamos como el primer día en el que llegué aquí y fue casi imposible no sentir nostalgia. - ¿Y bien? ¿Cómo te va hijo? -le preguntó Christian. - He tenido unos meses bastante complicados... -murmuró en un suspiro- Parker no es el mismo -todos asentimos- pero en la escuela me va bien, aunque odio estos últimos remediales. -Sí bueno, creo que yo también los odio -habló Jess-. Ahora que no estoy saliendo con alguien todo se me complica mucho más. Antes me distraía y fingía no tener tareas, pero ahora no dejan de encargármelas y es un martirio horrible... ya no salgo -hizo un puchero y llevó un pedazo de lasaña a su boca. - ¿Y qué dice la novia? -preguntó su padre y yo tragué saliva, cortando un pedazo de lasaña para llevármela a la boca. Había olvidado aquella molesta pregunta que los padres hacían generalmente a sus hijos, y las cuales eran sumamente incómodas. - Ahí anda -respondió mientras se encogía de hombros-. Es una buena chica -respondió mientras comenzaba a comer con lentitud-. ¿Por qué? - ¿Cómo se llama? -preguntó Scott de repente, Erik tosió levemente y rió un poco. -Se llama Tamar, ¿no es así? -le contesté a Scott y Erik asintió con una sonrisa al igual-. Yo la conozco, es una buena persona. -¿Tienes mucho con ella? -le preguntó mamá. - No realmente, pero es una gran amiga y novia -murmuró él con tranquilidad- de... ¿la recuerdas pa? - ¿Espera, la del campamento de...? -Erik asintió y él sonrió-. Wow, no puedo creer que salgas con ella. -Yo tampoco -dijo Jess-. ¿Por qué no nos lo dijiste? -Sí, Erik. ¿Por qué? -le pregunté de igual manera y él sonrió negando a la vez. - Porque son demasiado... metiches y luego lo arruinarían -murmuró-. Además, ¿que no son ustedes las mujeres más celosas del planeta? -preguntó divertido-. Papá, además... siempre me has advertido de las mujeres que traigo a casa. - ¿Tiene una buena relación con tus hermanas? -le preguntó. Y yo ya quería terminar con este interrogatorio. Yo debería de estar en ese lugar. Y ahora me doy cuenta que quizá, Erik tenga razón. Quizá sea celosa, porque estoy sintiendo ahora mismo un piquete en el estómago. Me mantuve en silencio y seguían aquellas preguntas que parecían no tener fin. - Bueno, basta, no vine a ser interrogado -murmuró bajito mientras se encogía de hombros- ¿Puedo lavar los trastos? - ¿Que no odiabas lavarlos? -le pregunté y carraspeó su garganta-. ¿Necesitas ayuda? - Si quieres -murmuró mientras se levantaba, lo hice también y comencé a levantar la mesa mientras él iba hacia la cocina. Acomodé los platos y los vasos con dificultad en mis brazos y los llevé hacia la cocina con cuidado. Dejé todo en el fregadero y me mantenía callada, por si alguien decidía entrar de repente. Abrí la llave y le entregué la esponja en su mano. -Puedes empezar -murmuré. - Gracias -murmuró mientras la tomaba y comenzaba a tallar los vasos- necesitaré ayuda para que alguien los seque... ¿te quedas? -Si es que insistes... -solté una risita nerviosa y él me sonrió de lado. Comenzó con el primer plato, lo enjuagó y me lo entregó. Comencé a secarlo y a acomodarlo en su lugar. Parecía estar concentrado en lo que hacía, y yo pretendía estar concentrada también-. Con que Tamar eh... -susurré bajito y reí. - Fue lo primero que se me ocurrió, además... te conoce, en caso de que la quieran traer a la casa, estoy seguro de que hará un gran papel -murmuró mientras me entregaba el plato-. ¿Te molesta? -No, porque sé que no es real -continué secando lo que él me entregaba y tragué saliva-. Pero cuando venga yo me encerraré en mi habitación y fingiré estar ocupada -rio burlón y me encogí de hombros riendo también-. Será incómodo, y mi cara lo demostrará si no tengo comida en mi boca. - Sabía que eras celosa -murmuró con cierta tranquilidad. -Algún día sabré si tú también lo eres, Erik "me ofrezco a lavar trastos" Walker. - Posiblemente no lo sepas, porque nunca te veré: Dem "yo te ayudo" Chesset.

Who's lovin' you? (Minna y Bere)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora