Estaba sentada en una de las bancas del parque, jamás en mi vida había estado tan ansiosa por llegar a tiempo a una cita, así que hice que Adrián me trajera aquí unos diez minutos antes de lo acordado con Erik. Esperé el tiempo considerable, pero... él también llegó con unos minutos delante. Cuando lo miré llegar en un auto sonreí y me puse de pie, pero fue cuando noté a su conductor lo que me heló la sangre completamente. NI siquiera sabía que había un lugar cercano en el que pudieran estacionarse, pero lo hicieron. Ella bajó junto con él. Me quedé de pie con las manos en los bolsillos en mi chaqueta y me acerqué cuidadosa. Muy, muy confundida en realidad. Esa mujer era tan idéntica a su madre que… Dios. Él no sonreía, pero ella estaba sujetando su brazo.
-Hey... esteh... -Erik giró su rostro hacia donde estaba y tragué saliva-. Mmm...
- Sé que seguramente estás muy confundida -asentí, pero él no podía verme- ella... eh... es mi tía Gwen... es hermana de mi mamá... su... gemela.
-Oh... -la miré y ella sonrió ampliamente. Extendió su mano y la tomé sin dudarlo-. Demetria -le devolví la sonrisa y por la forma en la que me miraba quizá ya sabía quién era.
-Lo sé -contestó ella y yo sonreí a medias. Mis manos sudaban dentro de mi chaqueta y el estómago me daba vueltas.
No supe qué decir entonces, era como si todas las cosas que había imaginado se acabaran de un momento a otro.
- No te asustes, sé todo sobre ustedes dos -respondió- y también todo sobre tu familia y la forma en que echaron a mi sobrino -apreté los labios-. No hay nada qué temer, soy demasiado liberal para ser verdad. Sé que no soy mencionada en navidad y que tampoco te habían contado sobre mí... pero es mejor así -me moví incómoda- en fin, vendré por él en un par de horas, cuídalo, ¿quieres?
-Lo haré -Erik caminó hacia mí y yo lo tomé de su muñeca-. Y... espero que pronto volvamos a vernos -ella asintió y se despidió agitando su mano. Entonces suspiré y él lo notó, porque sonrió de lado-. Dios... en serio que es como si hubiera conocido a tu madre en persona... me sentí importante.
- Mi madre era mucho más amable y dulce que tía Gwen... -dijo sonriente mientras entrelazaba nuestros dedos- la tía Gwen es... más dura. No era así pero... ya sabes, la gente cambia.
-Realmente pensé que me habías mentido, no lo entendía -Erik negó mientras reía y él lucía apuesto. Tenía ese gorrito gris que logré verle algunas veces y sus gafas de sol. Una chaqueta de mezclilla y sus pantalones negros de costumbre con esos vans-. No falta mucho para llegar en realidad...
- No sé a dónde me llevas pero está bien... y... -hizo una mueca- jamás mentiría en cuanto a mi madre.Suspiré y apreté un poco su mano. No dejaba de mirar a todos lados, como si las personas que caminaban nos conocieran y supieran todo el historial que tenemos juntos. Pero estaba en una ciudad nueva, donde las personas no tenían ni la menor idea por lo que habíamos pasado hace unos meses. Divisé los departamentos a lo lejos, y estaba segura que Adrián se encontraba en la ventana vigilando que todo estuviera bien y yo llegara sana y salva.
-Lamento si adentro está más frío que afuera es solo que... necesito comprar un calentador y... no he podido salir a explorar las tiendas -susurré mientras lo miraba. No podía dejar de ver el vaho que salía de su boca debido al frío que hacía.
Él se estremeció un poco y luego se encogió de hombros-. Me han dicho que el calor humano es mejor para estas situaciones -dijo pasando un brazo por mis hombros y besando mi mejilla- ¿qué vas a estudiar?
-Psicología -sonreí de oreja a oreja y reí bajito debido a que su mano acariciaba mi cabello y eso me hacía sentir escalofríos y cosquillas en mi nuca. Apuesto a que no lo sabía. Solo papá sabía de aquel extraño cosquilleo en mi nuca-. No hagas eso, se te hará costumbre y yo tengo una rara sensación cuando hacen eso. Me dan cosquillas.
- ¿Qué tantas? -preguntó mientras continuaba haciendo eso- ¿Psicología? ¿Tan mal te dejé?
Solté una carcajada y él seguía con mi cabello, entonces me separé y piqué su estómago un par de veces, pero la chaqueta hacía que no sintiera ni el mínimo cosquilleo-. Tanto al punto que soy capaz de hacerme una coleta para que pares -él sonrió y negó a la vez, mientras estiraba su brazo y yo tomaba su mano-. Aparte, ya sabes. Siempre hay un chico que se queda marcado para siempre en tu vida -me encogí de hombros, pero continué-: Cuando estaba pequeña iba a uno. Me gusta la idea de ayudar y escuchar a las personas, porque en serio lo hago con esa intención.
- Eres buena escuchando, estoy seguro de que encontrarás la forma de hacer que las personas encuentren paz -murmuró besando mis nudillos- ¿sabes de que tengo ganas? -dijo mirándome- de un café... de esos que odias que yo pague.
Dejé escapar una risa e inmediatamente pensé en aquel lugar donde fui con Adrián. Justo donde lo encontré y justo donde comí aquellos panecitos de canela-. He ido a uno con un amigo y tienes suerte que yo recuerde como llegar, ¿quieres ir antes de congelarte en mi casa? -su sonrisa apareció y asintió. Entonces, giré mi rostro hacia atrás y un taxi venía justo hacia nosotros. Levanté mi mano y se detuvo.
Entramos al taxi y le dije por dónde llegar al taxista. Él sacó el teléfono y dijo-. Parker...
Lo miré inmediatamente-. ¿Le llamarás? Quiero hablar con él... lo extraño.
- ¿No le has llamado tú? -preguntó y después de varios timbres contestó.
- ¡OH POR DIOS! Señor de los Cielos, va a llover -escuché su voz y solté una carcajada-. ¡Amigo! ¡Amor de mi vida!
- ¡Yo también te extraño hombre! Los gemelos no me quieren tanto como tú...
- ¡Esos parecen robots, yo soy tu amor eterno!
ESTÁS LEYENDO
Who's lovin' you? (Minna y Bere)
Roman pour AdolescentsPor esas veces en las que amaste profundamente y no te arrepientes de nada.