Who's lovin' you? (Minna y Bere)

Capítulo 20

Para cuando salí del baño, ahora sintiéndome más limpia y segura, él estaba aún en la misma posición, solo que parecía estar un poco dormido. Me acerqué y subí a él a cuatro patas y me senté sobre su cadera delicadamente. Él abrió los ojos y noté cómo entreabrió sus labios. Me incliné y mi cabello cayó a los costados de su rostro, mi nariz rozaba a penas la suya y la exhalación de sus labios no la podría olvidar jamás. Me tomó por los hombros y me hizo girar de manera que quedé abajo de él. Me sostenía con sus manos y mi pecho subía y bajaba. Se acercó a mí y lo besé en menos de dos segundos. Tomé su nuca y lo pegaba más a mí, porque nunca había estado tan cerca de él, de esta manera. Él tomaba el control, y yo lo guiaba de alguna manera. Sentí los labios de Erik en mi boca, siendo exigentes y a la vez tan dulces, su mano tirando levemente de mi cabello, y la forma en que paseó lentamente por mi mejilla hasta mi oído me hizo estremecer, jamás había estado con nadie de esta forma y la verdad estaba perdiendo la razón. Y justo cuando estaba besándolo, recordé a ese chico en el sofá de la sala escuchando música. Aquel muchacho que era distante... y ahora era el muchacho que yo quería. 

-Te quiero... -susurré pero me calló con un beso nuevamente. Yo debería de aprender a no hablar en un momento como este. Mis brazos rodearon su cuello y se detuvo de repente, simplemente me miraba con sus puños en la cama a mí alrededor. Estaba en silencio y agitado.
- Creo que debemos de llamar a los chicos -susurró levantándose de mí. No le dije nada, simplemente me enderecé y me levanté de la cama. Coloqué mis zapatos rápidamente y él estaba recargado en la pared esperándome, pero no hablaba.
-Ya podemos irnos, si quieres.
- ¿Puedes darme mi teléfono? -preguntó y yo asentí algo incómoda, tomé el teléfono y después de entregárselo, él oprimió el botón para desbloquear-. Llamar a Parker -murmuró y un segundo después se pegó el teléfono al oído-. Hey amigo, lamento la interrupción... ¿podemos acompañarle?
Me recargué en la pared de igual manera y observé mis zapatos cuidadosa, tratando de encontrarles algún defecto, pero no tenía ninguno. Abrí la puerta de la habitación y la dejé abierta. No quería estar ahí dentro, la incomodidad era demasiado notoria por lo que había pasado hace unos momentos. Erik salió por la puerta minutos después y ambos continuábamos en silencio, serios y distantes.
- Lo siento -susurró suavemente- no quise acorralarte de esa forma...
-Ajá... -susurré y continué en silencio. Caminaba a su lado y mi brazo estaba entrelazado con el suyo, pero nada más. Presioné el botón del ascensor y al estar dentro, fue el sentimiento más extraño que sentí en mi vida. Era ese sentimiento donde el tiempo se detiene y va sumamente lento, cuando tú quieres que sea todo lo contrario. Solamente se escuchaban nuestras respiraciones y el ascensor descendiendo. Lo miré por encima de mi hombro y tenía la mirada baja con sus gafas puestas mientras sostenía su muñeca con su mano derecha.
Erik tragó saliva y tomó mi mano para luego ponerse delante de mí y abrazarme fuerte. Comenzó a tararear una canción que no reconocía y susurrarla suavemente en mi oído-. I'm gonna master every ounce of confidence I have... and cannonball into the watter.. I'm gonna master every ounce of confidence I have.. for you I will... you always want what you can't have... but I gotta try...

Lo apreté más a mí y hundí mi rostro en su hombro mientras sonreía. No estaba triste, pero llegué a sentirme incomoda y eso era algo que nunca me había pasado. La puerta del ascensor se abrió y se separó de mí, tomándome por los hombros y sonriéndome de oreja a oreja. Me coloqué de puntitas y difícilmente logré alcanzar su nariz. Deposité un beso en ella y arrugó la nariz un poco mientras reía bajito.

-No es justo que siempre sepas una manera de hacerme sonreír.
- Bueno, se lo debo a un análisis conciso de actitudes, volumen de voz y demás -murmuró encogiéndose de hombros- me gusta ponerte atención y además, me volví bastante bueno escuchando.

Le sonreí y apreté su brazo con mi mano acurrucándome en él. Cuando miré hacia el frente Parker se encontraba con Tamar en una de las mesas que había afuera. Ambos sonrieron al vernos y nos acercamos hacia ellos.