dieseiete

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Por la mañana la muchacha se preparaba para ir a dar sus clases. Se metió al baño y al salir de la ducha, cayó sobre sus rodillas al resbalar tirando varias cosas. Daishinkan fue a verla porque penso que podría haberse lástimado. Los reflejos de la muchacha estaban bastante atolondrados. Para un hombre normal ver a una mujer envuelta en una toalla le causaría todo tipo de sensaciones,pero para Daishinkan, no tenía nada de especial a diferencia de la pequeña herida que Sayen se hizo en la palma de la mano a raíz de la caída.Pero claro que ella,no se tomó muy bien su presencia ahí,aunque le tocó dejar que él le quitara los trozos cristal de la mano.

-no lo hago a propósito-le dijo Sayen.

-lo sé...No estoy enojado-le dijo mientras le extrai el último pedazo de vidrio.

-¿estás triste entonces?-le pregunto.

-no...

Sayen lo miro con atención mientras él,limpiaba su herida.

-extrañas tu hogar,tu familia,tu rutina...Eso es nostalgia,Dai

¿Nostalgia? La tristeza de la lejanía. Si,Daishinkan se sentía algo nostálgico. Extrañaba un poco su rutina,a los Zen oh sama y todo lo demás; pero a la vez se sentía más holgado y tranquilo. Era una especie de dicotomía absolutamente nueva para él.

-demonos prisa o llegará tarde -le dijo para evitar que ella, le hiciera preguntas.

La acompañaria a la escuela,pues temia que le pasará algo por el camino. Poco antes de salir de casa Sayen, contestó una llamada a la que colgó con enfado y se despidió del osito de peluche llamado Rayen. Tenía unas actitudes especiales con ese muñeco,lo trataba similar a su hija y Daishinkan no hacía comentarios,pues veía algo positivo en eso. Llegaron a la escuela en taxi y durante el trayecto,la muchacha estuvo especialmente callada. Aquella llamada le cambio el ánimo por alguna razón. El Gran Sacerdote, no quiso indagar para no indisponer su ánimo de ninguna forma y ,al dejarla en la escuela, se despidió de ella cordial,pero Sayen le dió un beso en la mejilla.

Daishinkan volvió en el mismo taxi y su conductor le hizo algunos comentarios, respecto a la linda novia que se había conseguido pese a su estatura;le bastó una sola  declaración de Daishinkan para callarse. Abrió la tienda de libros ya que necesitaba generar dinero,pues sin el no podia sostener a la muchacha y ella no era muy conciente de eso ahora,pero apenas lo hizo, Eluney entró en el lugar con una actitud algo agresiva. Fue directo al mesón y golpeó allí el puño izquierdo.

-¿quien eres tú y que intenciones tienes con Sayen?-le pregunto directamente y como si tuviera derecho a reclamarle algo.

-buenos días-le dijo Daishinkan inmutable.

Eluney lo miro desconcertado un momento,sacudió la cabeza y recuperó los bríos que traía.

-dime quien eres y porqué vives con Sayen-le exigió.

-asi que el que ha enviado a esos hombres a seguirnos es usted-señalo Daishinkan y Eluney se apartó-no se como funciona todo en esta tierra,pero espiar a otros jamás es por un buen motivo o con buena intención,señor Eluney.

-no tengo porque darte explicaciones-le dijo Eluney.

-comprendo y le pido que usted entienda que yo tampoco tengo porque hacerlo-le señaló el Gran Sacerdote -ahora si no va a comprar algún libro, le suplicó que haga el favor de retirarse.

El hombre lo miro y fue a los estantes tomo unos quince libros y volvió al mesón.

-supongo que está es la forma en que cree que ayuda a Sayen-le dijo Daishinkan-pero se equívoca Ella necesita otro tipo de atenciones y si a usted realmente le importara se aproximaria a ella,para ayudarla a lidiar con su dolor. Cualquiera da riquezas si las tiene,no hay mérito en un acto semejante,señor Eluney

-¿tú que sabes...?

-me doy cuenta de que Sayen le interesa,pero como usted la separo de su hija no se atreve a acercarse de la forma correcta y en lugar de eso,viene a comprar libros que no leé para ayudarla financieramente; cobarde,en mi opinión.

Eluney lo miro como una fiera herida y luego puso varios billetes en la mesa,se dió la vuelta para irse,mas volvió sobre sus pasos.

-no se quien seas,pero alejarte de ella.

-no lo haré,ella me necesita. Soy el único que se preocupa por Sayen.

Como si se hubiera propuesto poner el dedo en la herida,Eluney reaccióno de forma bastante exacerbada,pero su intención de golpear a Daishinkan se vio frustrada por este. Un dedo le bastó para detener el puño de Eluney.

-si no es capaz de ayudarla como ella lo requiere entonces no me moleste-le dijo el Gran Sacerdote -y mucho menos a ella,lo que menos necesita en este momento son problemas.

-no se quien seas,pero no me agradas en nada-le dijo Eluney.

Daishinkan lo miro nada más y el hombre se fue.

-dos hombre y así los fusionara no haría uno decente-comento Daishinkan y luego suspiro con resignación.

-estoy de acuerdo-dijo Marcarita-ninguno de los dos se merece a la chica.

-¿no creen que nuestro padre se está involucrando demasiado?-preguntó Vados.

-sólo le tiene lástima a la muchacha-señalo Korn.

-eso ya es raro-indico Sour.

-¿por qué tenemos que observar a nuestro padre?-cuestiono Whis-me siento como un fisgón.

-son órdenes de Zen oh sama-señalo Cus.

Por la tarde fue a buscar a la muchacha a la escuela,pero como está no salía entró a buscarla. Se lo permitieron,aun no se retiraban todos los alumnos del establecimiento y Sayen se quedó con algunos de ellos,para darles algunos consejos sobre cómo hacer retros. Al ver llegar a Daishinkan lo saludó animadamente diciendo su nombre en voz alta y agitando sus mano. Tomo sus cosas,se despidió y se fue con él,que la recibió con una sonrisa amplia como la suya.

-¿que tal su día?-le pregunto el Gran Sacerdote.

-muy bien,extrañaba trabajar-le dijo ella.

-me alegra que le haya ido bien. Estaba pensando si le gustaría pasear conmigo por ahí para charlar un rato,como amigos.

-claro...por mi esta bien-me dijo Sayen.

-tenga,le traje su abrigo por si se nos hace tarde-le dijo el gran sacerdote.

-gracias que atento eres-comento la muchacha.

-oh no es nada.

-y dime Dai ¿estas soltero? Con tantas cualidades me sorprenderia que asi fuera.

-¿por qué lo pregunta?

-no lo sé...pareces tan solo a veces,como yo;pero de forma algo distinta.

Daishinkan la miró y se detuvo un momento a pensar en eso ¿realmente estaba solo?

InsensibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora