veintisiete

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Sayen despertó sintiendo una mano en su abdomen y lo primero que hizo fue gritar con terror,luego empujó violentamente a quien la estaba tocando. Salto de la cama y se fue al piso. Un fuerte mareo la derribo sobre la alfombra y allí se encuentro con Daishinkan,que la miraba algo curioso.

-¿se encuentra bien?-le pregunto el Gran Sacerdote.

Intento tomarla del brazo,pero ella se apartó de él,cual si hubiera visto a un demonio. Estaba en pánico. Un hombre viejo le habló desde el otro lado de la cama y ella,lo miro sin dejar su actitud.

-tranquila-le dijo aquel individuo-soy amigo de Dai. Me llamó Lautaro. Fui médico hace años atrás y él,me pidió que viniera a verla a raíz de su desmayo. Tranquila,no va a pasarle nada. Nosotros no le haremos daño.

Sayen se calmó un poco,pero es que la sensación de ser tocada sin su consentimiento le hizo revivir esa noche. Quería salir corriendo al baño,pero ellos estaban ahí así que les pidió que la dejaran sola. Les dijo que estaba cansada y quería seguir durmiendo. Lautaro la miro atentamente y le dijo a Daishinkan que era mejor dejarla sola un momento.

-creo que sería conveniente que fuera a un hospital-le dijo el mayor.

-yo acabo de salir de uno-le dijo casi en un balbuceo.

Ellos bajaron a la sala y entonces Lautaro,le habló de sus sospechas a Daishinkan.

-algo muy malo le pasó a esa mujer-le dijo-¿viste su reacción? Estaba aterrada. Estoy seguro de que ella fue...

Lo que escucho de labios de Lautaro no era la especulación de cualquiera,si no de un doctor que trabajó años en un área ligada a esa clase de situaciones. Sabia de que estaba hablando. Daishinkan escuchó con atención,pues para él esa actitud en Sayen también fue llamativa. A medidas de que Lautaro iba sustentado su teoría el rostro de Daishinkan se iba volviendo más y más frío,tanto que cuando el hombre lo miro, instintivamente dio un paso atrás.

-gracias por venir-le dijo-yo me haré cargo ahora.

-esa mujer debe estarse tomando mínimo quince fármacos diarios.Procura que no deje de hacerlo, los dolores que esa enfermedad causa son tremendos. Me sorprende que ella se ponga de pie-señalo y se fue.

Daishinkan miro hacia arriba. Nunca la vio tomar ningún medicamento. Ella no se estaba cuidando apropiadamente,pero lo que en ese momento más le molesto fue lo que Lautaro le dijo. Daishinkan tenia que presenciar tantas cosas espantosas de parte de los mortales,que poco o nada le sorprendía,pero eso no quería decir que dejara de sentirse molesto por ellas. Los humanos eran seres demasiado remotos para Daishinkan,demasiado complejos en sus interacciones para tener un intelecto tan pobre. Si,los humanos no eran muy listos,no eran estúpidos ni nada de eso sólo que dentro del infinito universo habían especies con una intelectualidad superior, pero curiosamente esos seres se habían vuelto insensibles. Subió la escalera pensando respecto a cosas de esa índole,pero sus reflexiones se vieron interrumpidas por Sayen,que salía de la habitación. Lo miro con enojó y le pidió que se retirará.

-no lo haré,usted dijo que podía quedarme ¿lo olvidó?-le respondió calmadamente.

-fue producto de la discusión nada más,obviamente no lo decía en serio.

-no sea testaruda y déjeme quedarme. Usted no está en condiciones de estar sola.

Sayen lo miro un momento.

-así que es eso-dijo como pensando-te lo dijeron en el hospital,supongo,pues no necesito tu caridad.Llévatela a otra parte.

-no lo haré,me quedaré aquí a cuidar de usted porque debe ser cuidada y no hay nadie más que pueda o quiera hacerlo. Vealo como caridad si le desea,puesto que mís acciones previas no han sido las mejores o véalo como realmente es,una acción motivada por la preocupación que me provoca su persona.

-como no-murmuró Sayen y se cruzó de brazos.

-Sayen,usted me ha despertado afecto,mas no del que usted siente por mí.Lo que dije y escribí,lo hice buscando que se desilusionara y comprendiera que yo...

-aun si te decepcionas,los sentimientos no desaparecen de la noche a la mañana-declaro la muchacha dejando en silencio a Daishinkan-no importa lo que hagas o digas,no cambiará el hecho de que estas aquí por lástima.

-¡es usted muy terca!

-¡y tú un tipo acostumbrado a hacer su voluntad! ¡¿crees que tu palabras son suficiente?! Me lastimaste y me dolió muchísimo, pero adivina ¡me han lástimado peor! y no tengo tiempo para perderlo sufriendo por lo que él me hizo o lo que me hiciste tú. Quiero vivir en paz lo que me quedé,para morir en paz y tú no eres un aporte si no un estorbo, porque despreciaría la idea de que seas tú quien me cuide. Sería darte la razón. Entre no tener afecto y tener la piedad de un desconocido,prefiero estar sola. Vete de una vez y no vuelvas más,yo no te necesitó.

-¡me necesita! Me necesita más que nunca y sólo está en una obstinación que no le traerá ningún beneficio.¡Jamás he ofrecido mi ayuda a alguien! ¡nunca inclinó la balanza a la derecha o la izquierda! ¡lo hago por ti! ¡no te das cuenta o..!-se interrumpió.

mi padre alzó la voz!-exclamó Vados.

Los demás ángeles estaban anonadados.

-no puedo creerlo,nunca lo había hecho-dijo Mojito.

-un par de veces-dijo Cus-solo cuando realmente está enojado o...

Sayen lo quedo viendo algo desconcertada Daishinkan, mismo estaba desconcertado de su reacción. Se quedaron viendo un momento.

-quiero estar aquí-musitó Daishinkan,pero como pensando en voz alta -realmente quiero estar...¿aqui?...

-tú no entiendes nada-le dijo Sayen-no sabes lo que es estar en mi posición...mi enfermedad se transmitida a través de la sangre. Mi madre me la dió a mi y yo a mi hija,pero sabes cual es la peor parte. Yo no sabía que la tenía,no hasta que descubrí que estaba embarazada. De haberlo sabido hubiera sido más cuidadosa para no terminar con una vida dentro de mi...hay quienes nacen con suerte otros tenemos suerte de nacer y nos queda sólo hacer nuestro propio camino.Yo hice el mío sola y así lo terminaré. No temo a morir,pero así a lo que está antes de eso ocurra.A ver qué me miren con piedad,con lástima ¡desprecio a los que sienten lástima! ¡los detesto!

Hubo un momento de silencio.

-es fuerte y salió adelante usted sola,literalmente sin ayuda de nadie,pero las personas no valoran eso de usted ¿verdad? Incluso,después de todo lo que está pasando,es capaz de seguir de pie-le dijo Daishinkan-nadie valora eso,pero la critican.No le permiten un momento de debilidad. La acusaran de caprichosa,de pesimista,de buscar aprobación en otros,de derrumbarse por nada.Se acostumbran a que "ese",siempre sea fuerte,poderoso.Creen que es insensible...que nada lo afecta...

Daishinkan apartó la mirada como pensando mientras Sayen, se sentaba en el primer peldaño de la escalera junto a él.

-estás solo ¿verdad?

-si...muy solo...-le respondió y bajo la escalera para salir de la casa.

Un minuto después alguien toco a la puerta y Sayen fue a ver.

-buenas tardes-le dijo Daishinkan-mi nombre es Dai. Vivo a unas cuadras de aquí. La he visto algunas veces pasar y me preguntaba si querría almorzar conmigo...

Sayen lo miro.

-tú no aceptas un no como respuesta ¿verdad?-le dijo ella y el se sonrió.

-a mi nadie me dice que no.

-no quiero almorzar contigo-le dijo ella y le cerro la puerta en la cara.

Daishinkan se sonrió divertido y del otro lado de la puerta Sayen también. El Gran Sacerdote se dio la vuelta lentamente y del otro lado de la calle vio a Eluney, sólo que ahora llevaba una barba abundante y unas gafas oscuras.

InsensibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora