veinte

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Importante para ella ¿quien era ella? Una humana vulgar e insignificante en la existencia. No,era única para él. Ella apoyo su cabeza en el hombro de Daishinkan y el recargo su rostro en la cabeza de ella. Era agradable sentirse acompañado, era agradable oír que era importante para alguien,aunque fuera una simple humana.

-¿quieres ir a la playa? Podemos beber algo...

-¿se refiere a licor?-le pregunto Daishinkan.

-si...un trago nada más,mañana tengo clases.

-por mi esta bien-le respondió y ella no le dió tiempo de nada más.

Lo tomo de la mano y la hizo ponerse de pie,para salir corriendo hacia la calle y correr cuesta abajo hacia la playa. Nunca antes alguien había tenido la osadía de hacerlo correr de esa forma,pero dejo de molestarle que ella se tomará esas libertades.

Terminaron en un bar,en la playa, sentados en una mesa en la terraza. La brisa marina agitaba el negro cabello de Sayen y la blanca blusa resaltaba el tono de su piel. Se veía triste como durante todo el día,pero había en ella,un aura de calma que dejó a Daishinkan,perdido en averiguar cuál era el motivo de esa paz. Sayen pidió un trago que le recordó a uno de sus hijos "Mojito" y a él le llevaron algo que ella le recomendó llamado "Vermouth blanco" tenía buen sabor,pero le resultó gracioso la coincidencia de los nombres. Se sonrió divertido y ella le preguntó la razón.

-no es nada-respondió el Gran Sacerdote.

-¿no es nada dices? Pues yo apostaría a que era algo muy,
pero muy divertido-le dijo Eluney apoyando una mano en la mesa y la otra en el respaldo de la silla de Daishinkan-¿por qué no lo compartes? Así reímos los tres.

Lo sintió llegar,pero no pensó que se aproximara tan atrevidamente,mas cuando lo vio ir hacia ellos no quiso sugerir retirarse,no tenía porque hacerlo,pero la actitud de Eluney, le molesto y su rostro lo reflejo bastante bien,además estaba incomodando a Sayen.

-buenas noches-le dijo el Gran Sacerdote-esta siendo inoportuno,porque no hace el favor de retirarse.

-¿inoportuno? ¿tú también crees que soy inoportuno,Sayen?-le pregunto y la muchacha sólo busco tomar distancia.

-insistó-exclamo Daishinkan- haga el favor de retirarse,su presencia está resultando incómoda.

Lejos de escuchar las palabras de Daishinkan que eran una clara advertencia,Eluney se sentó a la mesa y ordenó un trago,lo que hizo que Sayen, se levantara e intentará irse,mas él la tomo por la muñeca.

-necesito que me escuches-le dijo sin el tono arrogante de antes -sólo un momento...

-dejame en paz,no se que hiciste, pero no me gusta verte ¡no me gusta!-le dijo e intento soltarse.

Sabía quién era y vagamente tenía noción de que él, le había quitado algo muy importante. Sentía enojo y estaba indignada con él;no lo toleraba. No era un buen momento para hablar con ella,aun no estaba bien del todo y se alteraba fácilmente por eso Daishinkan intervino.

-¡tú no te metas! ¡No eres nadie para meterte en esto!

-tal vez no,pero ¿no se da cuenta que usted la está asustando?-le reclamo Daishinkan.

En efecto Eluney la estaba asustando y bastante. Al darse cuenta de ello la soltó.

-no sea egoísta y piense en lo que para ella es mejor y no en sus necesidades-le dijo Daishinkan y tomando a la muchacha por el antebrazo la saco del lugar-el señor de chaqueta azul paga la cuenta-le dijo el Gran Sacerdote al mesero.

-eso no está bien,Dai-le dijo Sayen.

-considerelo la forma en que el señor Eluney,nos compensa el mal rato-le dijo el Gran Sacerdote y ella se sonrió.

-eres muy listo-le dijo Sayen-astuto,culto y formal...dime una cosa ¿por que estás lejos de casa?

-mis jefes me dieron unas vacaciones,por así decirlo-le respondió.

-¿estas casado? ¿tienes hijos?-le pregunto la muchacha mientras caminaban por la arena.

-tengo hijos si...

-¿estan con tu esposa?

-no,yo no soy casado-le dijo con una sonrisa divertida al considerar responder honestamente.

-a que bien-murmuró la muchacha-digo...bueno...imagino que debe... olvidado.

-mi vida no es muy convencional-le dijo el Gran Sacerdote.

-ya veo...

Guardaron silencio por un rato mientras caminaban. El alumbrado eléctrico se fue encendiendo y algunos autos, bajaban por la calle que era de un solo sentido.

Llevaban juntos más de mes y medio y la mayor parte de ese tiempo Daishinkan, convivió con una mujer afectada por el dolor y la tristeza,pero Sayen llevaba todo ese tiempo con la misma persona. Sus sentidos no estaban tan trastornados como para no darse cuenta de lo que venía sintiendo por él,pero le era todo un misterio aquel hombre de actitud fría y distante,a la vez que preocupado y sensato. En medio de su sufrimiento él,era un bálsamo que la animaba a seguir y la guiaba de vuelta a la realidad. Su memoria estaba confundida,pero sus sentimientos no...

-Dai...-lo llamó Sayen,que se había quedado unos pasos más atrás.

Él se detuvo y volteo a verla.

-digame ¿que sucede?

La muchacha lo miro un momento. Después de entender que él,no era Nahuel se hizo unas vagas preguntas respecto a porque lo confundió con ese hombre y llegó rápido a una conclusión bastante sencilla.

-Dai...yo...

-la escuchó...

-yo te quiero,Dai-le dijo al tiempo que un automóvil se estacionaba a su lado,en la calle.

Daishinkan se quedó allí parado analizando esas palabras,luego le dijo:

-somos amigos es natural que exista afecto entre los dos. Yo también he llegado a estimarla, Sayen.

-no...no es ese tipo de afecto es algo más intenso que eso,Dai. Yo...yo siento algo diferente a lo que siento por Thala,él es mi amigo aunque se comporte como un idiota... pero esto que pasa aquí es diferente-le dijo con la mano en el corazón.

-sólo está confundida,Sayen. Lo comprendo. Estaba sola y aparecí yo a acompañarla,a cuidarla, consolarla y todo lo demás;pero lo hice por lo que usted llamaría humanidad y con el tiempo si le tome cariño,pero lo que usted esta diciendo es un total disparate.

-mis sentimientos siempre son disparates-murmuró Sayen y se hecho a correr cuesta abajo.

Daishinkan la llamó,pero ella lo ignoro. Camino tras ella,pero la vio subir a un taxi del que acababa de bajar una mujer. No iba a correr tras ella, sólo hizo parar otro de esos vehículos mientras el que se había estacionado junto a él hacia un viraje inapropiado para seguir el taxi de Sayen.

-yo creo que la quiere mucho-dijo uno de los Zen oh sama.

-yo dijo que no,sólo le da tristeza verla así-dijo el segundo.

-entonces ya demostró que tiene sentimientos-dijo el primero.

-si,pero esto está divertido que se quede un poco más-dijo el segundo.

InsensibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora