Serendipity I 🔭🧸[Trilogía Cielo amarillo] [TERMINADA✔] PRONTO EN FÍSICO

TRECE

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Trece.

Gota tras gota caían sobre el rostro de Park Jimin. La lluvia parecía no tener piedad de los corazones tristes en ese momento y el bailarín no dejaba de sentir que no era el único con ganas de llorar, el cielo también lo hacía.

Abrió su mochila intentando buscar un impermeable que le ayudará a sobre llevar la humedad, ese que su madre insistía dejándo dentro de sus pertenencias, porque sabía que su hijo en algún momento podría necesitarlo. Y si, tenía toda la razón.

Cuando removió sus cosas, su mano chocó con algo que golpeó un poco fuerte sus dedos. El chico frunció el ceño al desconocer ese roce. Si, él sabia exactamente cada cosa que había dentro de su preciada mochila amarilla y sin dudas eso que golpeó su mano no era de él.

Lo sacó y vio como al presionar un diminuto botón se abría un hermoso paraguas amarillo con dibujos de dinosaurios. Jimin no pudo controlar su sonrisa, ¡era hermoso!

De seguro había sido Namjoonie.

Cubrió su cabeza con el y miró por última vez hacía el departamento de Jungkook, a modo de despedida.

Sus emociones estaban mezcladas como nunca. Estaba feliz por el bonito paraguas que sostenía, pero a la vez se sentía casi quebrado tras su desicion de dejar ir a una persona que había robado sus más sinceras y hermosas sonrisas.

Cuando quiso avanzar en retirada, sus pies detuvieron el paso de inmédiato al escuchar la voz que le llamaba detrás de él.

¡No podía ser! y de seguro era parte de su cerebro dándole una mala jugada. ¿Desde cuándo se había vuelto bueno para alucinar?

Siguió caminando.

━ ¡Park Jimin! ━ insistió.

Los pies del bailarín se volvieron a detener, con temor de girar.

━ no te vayas por favor, Park Jimin... ━ se escuchó casi como un susurro.

De modo mecánico el chico giró sobre sus talones, encontrándose con el rostro empapado de Jungkook a algunos pasos de él. Este había salido corriendo a toda prisa de su departamento sin siquiera tomar un paraguas de precavido tras ver llover.

Jimin miró los cabellos mojados de Jeon bajo la lluvia, su ropa casi translúcida, sus manos quienes parecían cascadas dirigiendo el agua que caía, sus manos, ¡esas hermosas manos! Las que se habían convertido en su debilidad... y por último sus pies descalzos pisando el asfalto.

Desde el interior de Park nació la necesidad de cobijarlo y protegerlo. Jeon parecía un pequeño cachorro desvalido de ese modo. Alguien por quien correrías a poner tu pecho frente a las balas.

━ ¿e-estas loco? E-estas mo-mojado, to-toda tu ro-ropa esta-

Jungkook interrumpió esas palabras cuando Jimin se había acercado lo suficiente como para rodearlo en un fuerte abrazo impulsivo y desesperado.