Capítulo: 34 "Desahogo"

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Hoy es sábado por lo que puedo despertar un poco más tarde, aunque me he propuesto prepararle el desayuno a Dae Hyun.

Es raro pero él me deja vivir en su casa para no estar en peligro, al menos puedo alimentarlo bien y eso le hace feliz.

Me levanto de la cama y voy a darme un baño para después vestirme casual, al parecer aquí no debo vestirme formal lo cual agradezco.

Bajo a la cocina y no se escucha ningún ruido al parecer mi jefe aún no se levanta lo cual es extraño pero supongo que se quedó hasta tarde leyendo, he descubierto que ese es su pasatiempo favorito, es una persona tan sabía que cada cosa que llegues a cuestionar tendrá la respuesta.

Los días que llevo aquí me he dado cuenta de la persona que es Choi, sufre bastante por su hermano y por su familia, es triste ver día con día su vida llena de soledad y cada vez entiendo más su temperamento. Pasamos la mayor parte del tiempo juntos, todos pensarían que no se puede convivir con Dae Hyun pero para mi sorpresa sí.

Preparo omelette con espinacas, tostadas con jalea de fresa y café, es un buen desayuno ya que tendremos una carga laboral bastante pesada el día de hoy. Al parecer vienen unos inversionistas canadienses por lo que tendremos que salir a un club para comer con ellos más tarde, Choi no está muy contento con la idea de salir pero no hay otra opción.

Termino de servir el desayuno y Choi aparece a lado de mi y trae una corbata en mano.

—Soy un inútil en estos momentos... ¿Puede ayudarme? —Dice serio.

Parece que si la pasa mal por su lesión, además ha bajado de peso.

—Claro señor y no es un inútil. —Digo con una sonrisa.

Tomo la corbata color gris y la paso por su cuello.

—Necesito recuperarme muy pronto, me siento débil y eso no me gusta. —Dice aún molesto.

Termino de acomodar su corbata, Choi me observa detenidamente estamos cara a cara y siento mi corazón explotar.

—No es débil, es todo lo contrario presidente. —Digo dándole ánimos.

Acomodó el cuello de su camisa negra y me siento nerviosa al ser observada por mi jefe.

—Tiene ojos claros... —Dice mirándome.

Y por primera vez me detengo a mirarlo detenidamente en días, estamos mirándonos fijamente, sus ojos están un poco ojerosos y su cabello cae en su frente.

—Si... preparé el desayuno, debe recuperarse, está muy delgado. —Digo separándome de mi jefe.

Choi sonríe disimuladamente.

—Comeré bien señorita Park, se lo prometo. —Hace una reverencia.

Le sonrío y desvío mi atención al desayuno que he preparado, dejo en la barra dos platos con omelette. Choi se sienta frente a mí.

Ambos desayunamos en un cómodo silencio, nuestro silencio ya no es incómodo.

—He confirmado la reservación de lugar en el club, es a la una de la tarde. —Digo mirando mi tableta electrónica.

Choi suspira.

—Sólo lo hago por el bien de la empresa, pero en realidad carezco de ánimos para ver a extranjeros.

— ¿Y por qué no llama al señor a Kim Ho? Ambos podemos hacernos cargo de los inversionistas. —Digo.

Dae Hyun se pone rígido y me mira sin expresión.

¿Acaso dije algo malo?

—Señorita Min... El señor Kim Ho no trabaja más en mi corporativo. —Dice secamente.

No Te Enamores De Un Choi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora