Kamoshida

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Los rumores se intensificaban concorde avanzaban los días, no sólo las mentiras con respecto Ann y Kamoshida. También los rumores de Mishima, Ren y Sakamoto no paraban de esparcirse. De nuevo clase de inglés y el eterno trabajo que se presentaba una semana después. Ryuji casi se duerme, a decir verdad desde hace unos días a parte de verle feliz con su nuevo compañero se le veía más empeñado en el trabajo, no sabía a ciencia cierta si era por la amenaza de expulsión.

Aquel día me quedé dormida en la biblioteca, la responsable me dejó las llaves diciendo que cerrara en cuanto terminara y sin embargo me quedé allí durmiendo toda la noche, llegaron las 5:00 de la mañana y me levanté con una gota fría debido a que tenía miedo de enfrentarme a las tropecientas llamadas de mi hermano, sin embargo aquello no ocurrió, no había ni mensajes ni llamadas.

-Supongo que se habrá quedado fuera trabajando. - Susurré. Escuché entonces una serie de pasos agigantados provinentes de los pasillos, me resultaba extraño que hubiese gente a esas horas, ni los profesores se encontraban tan temprano rondando por aquí, fui a echar un vistazo, corrí a la puerta de la biblioteca sin que se me escuchara, me adentré al pasillo el cual carecía de iluminación teniendo que andar como un pollo sin cabeza.

Llegué a la zona de publicaciones, daba miedo el hecho de estar en un colegio sin nadie a los alrededores, para colmo escuchaba pasos yendo a mi dirección, en ese entonces recordé algo de mi pasado, una habitación con solo un colchón y una especie de enfermeros acercándose. Cuando desperté de aquel flashback me encontré con una linterna apuntándome y un rostro conocido detrás de ella. Al principio no la distinguía bien, el cambio de luz me había cegado, fue el tono de voz quien delató al errante de los pasillos.

-¡¿Se puede saber qué haces aquí?! - Aquella vulgaridad de hablar...

-¿Ryuji? - Pregunté incrédula mientras mis ojos se adaptaban a la luz. - ¿Qué estás...? - Me tapó la boca para seguirle y encerrarnos en una habitación, al parecer no estábamos solos, Kamoshida rondaba por aquellos pasillos murmurando que aseguraba haber escuchado una voz. Cuando pasó el señor cabeza de mopa quitó su mano de mi boca y allí me di cuenta que no solo llevaba la mochila de clase sino que también una bolsa con copias de una tarjeta roja, me agaché para coger una del suelo. La leía en alto mientras Ryuji intentaba quitármela, sin embargo fui más hábil que él.

"Señor Suguru Kamoshida, el destacado bastardo de la lujuria, sabemos qué tan asqueroso eres y que pones tus deseos retorcidos en estudiantes que no pueden defenderse. Es por eso que hemos decidido robar estos deseos y hacer que confieses tus pecados. Ésto será hecho mañana así que esperamos que estés preparado

Por los Phantom Thieves".

-¿Qué es ésto? - Pregunté tímidamente.

-No es nada, es... ¡No es nada! - Protestó arrebatándome el papel.

-¿Vais a... Derrotar a Kamoshida? - Se dedicó a esconder el papel en la bolsa que traía desviando su rostro a un lado para que le dejara de interrogar. Me cansaba que mintiera tan mal pero un secreto es un secreto. - Dame la bolsa. - Exigí .- voy a ayudarte. - Con el tono en el que lo dije observé que Ryuji me tomó en serio suspirando pesadamente.

-Me niego, si Kamoshida te ve ahora conmigo y poniendo estas notas no saldremos vivos los dos. - Su mirada era electrizante, me ruboricé nada más lo miré.

-Por favor, terminarás antes si somos dos, yo tengo excusa del porqué estoy aquí, tú no. - No me lo rebatió, de hecho supuse que se preguntaba qué hacía aquí a esas horas.

Me tendió un taco de esa notas rojas y serio me soltó que siguiera viva hasta la entrada escolar. Llevamos a cabo la misión que tuvo un éxito rotundo, Kamoshida regresó a la sala de profesores de educación física y justo cuando salió notó un revuelo más fuerte de lo habitual.

Persona 5 & RoyalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora