Una sola felicidad

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A la mañana siguiente me levanté un poco más tarde, tenía las llaves para poder entrar al instituto así que por ello no me preocupaba. Necesitaba encontrar el expediente de Maruki para ver las características más generales que podrían ser de utilidad, a pesar de ser un delito contra la privacidad.

Con bolso en mano me dirigí a paso rápido a las puertas de Shujin, escuchaba algunos gritos provenientes de las actividades deportivas, sin embargo, yo fui a lo mío. Subí las escaleras hasta la sala del director, una vez allí me dirigí a la zona de la sala de la limpieza para conseguir la llave general del instituto puesto que mis llaves tenían sus propias limitaciones.

Mirando a los lados me adentré en el interior del despacho donde los adornos de premios que antes había se esfumaron por completo, la ausencia de Kobayakawa en aquella estancia era notable, sin embargo, la información sobre los expedientes de los profesores aún seguían ahí.

Estuve dos horas indagando por todos los álbumes, carpetas y cuadernos para poder dar con aquel fichero de la información del profesor Maruki. Tras un tiempo se me vino la luz, en un cajón encontré los currículums y parte de información con notas del propio Kobayakawa. Cogí el de Maruki y salí con prisa dejando todo como estaba. De camino me encontré al profesor Ushimaru que extrañamente estaba más feliz de lo usual.

Ushimaru es el mejor lanzador de tizas a estudiantes despistados, a Ryuji y a mí nos cogió manía al principio pero tras un tiempo se cansó dando importancia a otros.

-¿La vicepresidenta rondando por la escuela en días de vacaciones? -Pensé que me echaría un sermón del cual no saldría ilesa hasta por la noche. -Parece que nos preocupan los estudiantes más de lo debido. -Aquello me sorprendió ... Más bien, tenía dos sensaciones distintas en el cuerpo, una donde Ushimaru siempre se comportaba así y otra todo lo contrario.

-Así es ... El trabajo del consejo estudiantil no es moco de pavo. -Desvié el bulto.

-Pensé que se redujeron vuestras labores hace tiempo, no veo muchos alumnos quejarse desde principios de año nuevo. -Comentó. -En mis tiempos mozos todo lucía más sencillo. -Sonrió. -Te dejo que tengo cosas que hacer. Había pensado dejar de hacer exámenes y pruebas en mi asignatura y solo mandar trabajos y proyectos para fomentar la unión entre los alumnos. -Se sinceró. -Sin embargo, tiene que ser aprobado por el consejo estudiantil. Espero volver a veros tan resplandecientes académicamente tanto a ti como a Sakamoto ... Ahora, si me disculpas. -Me despedí de él con una reverencia, era raro ver a Ushimaru ser tan amable, era raro y a la vez normal ... Sacudí la cabeza regresando a mis sentidos.

Salí de la escuela, justo en la puerta principal observé a Ren que se dirigía de nuevo al metro pasando en frente de mí. Quería saludarlo pero se notaba que tenía prisa así que no le retuve.

Al bajar las escaleras escuché unas risas de unos chicos que reconocía a la perfección: Nakaoka, Takeishi y... Ryuji.

-¡Oye, _____! -Me saludó el rubio primero.

-¿La futura presidenta de clase rondando por los pasillos del instituto? -Puntuó Nakaoka.

-Es mi trabajo favorecer la unión entre el alumno y el profesor, que no os extrañe. -Contesté. -He visto pasar a Ren hace un momento, parecía tener prisa.

-Pues ... -Titubeaba el rubio. -No es nada, tan solo me deseaba suerte para la competición. -Las caras de Ryuji cuando me mentía las conocía al dedillo. -¡Oye! ¿Te apetece ir a ver nuestra competición de atletismo? Hemos organizado una pequeña con los del instituto de al lado. -A continuación observé cómo Takeishi le daba un pequeño codazo y le susurraba un "bien hecho".

Era una situación atípica, el año pasado Ryuji había dejado el equipo de atletismo pero también me sonaba que había ganado hace poco los nacionales. No solo eso lo consideraba inusual sino que también tenía dudas sobre qué relación teníamos en aquella realidad. Recordaba que estábamos el uno para el otro en la otra y que pasaron muchas cosas antes de llegar a más de lo que una vez pensé que seríamos, sin embargo, en esta realidad notaba una subida de latidos de mi corazón cuando le volvía a ver ante mis ojos , era la misma intensidad que cuando no empezábamos a salir...

Persona 5 & RoyalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora