El Dictador De Masas

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Al día siguiente no fui al instituto, ya llevaba unos días y comenzaban a acumularse los mensajes por correo a pesar de haberles dado como excusa que había ido al hospital, sin embargo, ahora tenía otras prioridades. Comencé a vestirme y prepararme como solía y poco a poco iba de camino al Leblanc. Según los últimos mensajes, quedarían alrededor de las 17:30 y ya eran las 17:00. Me puse en marcha caminando por las verteginosas calles de Shibuya hasta que con el metro me dirigí a Yongen-Yaya.

La tienda seguía con el letrero que indicaba abierto, el café embadurnaba mi nariz y los recuerdos intentaron florecer para retenerme una vez más, sin embargo, me metí adentro a pesar de todo encontrándome con el sonido de la característica campanilla de bienvenida y el jefe fregando los vasos junto con Ren de fondo y Futaba.

-¿Pero mira a quién tenemos aquí? - Sonrió el jefe. - Bienvenida de vuelta.

-¡_____-senpai! - Gritó Futaba en mi dirección. Entre abrazos me recibió.

-Me alegro que estés de vuelta. - Se sinceró Ren que se secaba en su mandil.

-¿Quiere decir que nos ayudarás a derrotar a Shido? - Preguntó Morgana.

-Primero quisiera tener una palabra con todos. Jefe, ¿Podrías servirme un café bombón por favor? - Pregunté.

-Marchando. - Declaró mientras se ponía manos a la obra.

Los minutos pasaron y todos los integrantes se encontraron con la sorpresa de verme, entre ellas Makoto que parecía esbozar una leve sonrisa a pesar de desvanecerse tras cierto tiempo. Por último llegó Ryuji bajo su gran sprint y su apoteósica bienvenida al Leblanc.

-¡Así que al final has venido! - Sonreía mientras se sentaba en el taburete.

-Iré a comprar unas cosas mientras habláis de lo vuestro. - Se excusaba el jefe que salía de la tienda. Cuando lo hizo el silencio se hizo presente y sabía a la perfección que era mi turno en hablar.

-Yo... Siento haberos preocupado, siempre lo estoy haciendo últimamente... Sin embargo, mi mente piensa mucho más y nunca ve lo simples que pueden llegar a ser las cosas. Gracias a las duras palabras que me dijo Makoto ayer, pude ver con mayor perspectiva la situación y creo que ya es hora de dejar de quedarse con los brazos cruzados y ver cómo las nubes pasan. Pienso prestaros mi fuerza y acabar con ese político corrupto de una vez.

-¡Yay! ¡_____ despierta de su letargo sueño para ayudarnos! - Sonreía Futaba.

-Ha costado... Pero ha vuelto. - Se aportaba Yusuke el flequillo.

-Haremos un gran trabajo, ya lo verás. - Me animaba Haru.

-Será mejor que volvamos ahora al tema base. - Calmaba Makoto los humos.

-Vamos Makoto, sabes perfectamente que ayer estabas muy preocupada por _____. - Confesaba Morgana.

-¡Eso no se dice! - Gritó Ann.

-¿Puedo saber si tenéis planeado algo? - Pregunté.

-Lo vamos a pensar ahora. - Sonrió Ryuji.

-Sería inútil enviar el aviso a la dieta. - Comentó Yusuke.

-Y los medios no sabrán qué hacer si le damos esa responsabilidad. -Concordó Makoto.

-¿Entonces qué hacemos? - Preguntó Haru.

-Ojalá supiera... - Respondió el líder.

-Habrá que crear algo de gran expectación, algo con lo cual la gente pueda verlo en todas partes... - Comenté. Al acto Futaba rió. - ¿Qué propones?

Persona 5 & RoyalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora