Palabras clave

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Después de unas horas conseguí abrir los ojos, me encontraba en unas sábanas blancas e hipnóticas cuando el viento zarandeaba las cortinillas de la misma. Me habían inyectado suero y la preinscripción se encontraba justo a mi derecha con los resultado de mi análisis de mi llegada. No quise ni mirarlo, me dediqué a incorporarme pero al hacerlo la cabeza me dolía. Escuché la puerta abrirse, era una enfermera encargada de la escuela quién se dirigió a mi con una sonrisa.

-Por fin despiertas... - Comentaba mientras miraba el suero.

-¿Qué hora es?

-Las clases ya terminaron hace media hora, solo hace falta que te relajes al menos por una hora para que te de la baja.

-Entiendo. - Respondí mientras entrecruzaba mis dedos y miraba a otro lado.

-Te ha dado una arritmia de menor grado, quería hacerte una preguntas porque me preocupa que ésto pueda ocurrirte más adelante. - Asentí inconscientemente.

-¿Comes bien? - La enfermera entró directo al grano.

-Últimamente no he tenido mucho apetito.

-¿Haces deporte?

-Comencé a practicar con un compañero hace poco pero lo acabé dejando hace una semana. - respondí entristecida.

-¿Duermes bien?

-Probablemente 4 horas al día, casi no puedo dormir

-¿Has tenido mucho ajetreo últimamente?

-Creo que estoy haciendo lo normal en mi día diario.

La enfermera lo apuntó todo al pie de la letra, no tuvo una pregunta más así que se fue por la puerta diciendo que me recuperara lo antes posible y que mañana fuera a su oficina para poder darme la conclusión de los resultados. Deduje que me diría que tenía que descansar.

De nuevo entró alguien por la puerta, di por hecho que era la enfermera que se le había olvidado algo pero para mi sorpresa no fue así, corrió las cortinas drásticamente dejando ver una silueta masculina tras de ella. Mis ojos tardaron en focalizar, cuando por fin pude se me encogió el corazón. No dijo nada, se dedicó a sentarse a mi lado mientras me miraba con el ceño fruncido. Tardó un poco en pronunciar palabra, para después comenzar respirando hondo, miró la preinscripción, abrió los ojos como platos para después dejarla en su sitio casi tirándola y mirándome a los ojos.

-¿Se puede saber en qué estabas pensando? - Murmuró para no levantar sospechas en la enfermera que estaba fuera. No le dije nada, en ese momento parecía mi hermano que me estaba regañando por haber hecho algo mal. - ¿Qué narices te pasa? -Cómo siempre sin tacto alguno, me acongojó que me dijera eso. - _____, no puedes seguir así, te ha dado una arritmia por la rutina que llevas: No comes bien, no haces ejercicio y no duermes, además que las veces que lo haces es en la biblioteca del colegio. - Me quedé impactada, no sabía cómo es que sabía eso. - Me lo comentó la bibliotecaria, te vio una vez pero no quiso despertarte... Ahora te has desmayado y te dolía el corazón en clase ¿Me equivoco?

-Estoy bien, no es nada...

-¡¿Pero cómo es que estás bien si te acaba de dar un ataque al corazón con la edad que tienes?! - Levantó la voz pero no me exalté. Se hizo el silencio, arrugaba las sábanas intentando liberar tensión pero no podía más, estaba a punto de explotar en aquel momento. - Makoto estuvo aquí cuidándote. - Serenó su voz por unos instantes. - Y no sólo ella, Ann y Ren han venido a verte también, están todos fuera. - Señaló la puerta.

-¿Pero por qué? Si no he hecho nada para merecer...

-Deja de decir tonterías. - Me interrumpió Ryuji. - Somos compañeros y sé perfectamente que te encuentras mal desde el caso de Kamoshida . - Escuchar su nombre me aterraba, bajé la cabeza y ya no pude más, mis lágrimas salían sin permiso afuera. Pequeños sollozos formaban y Ryuji se dio cuenta cuando me miró.

Persona 5 & RoyalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora