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Sentadas en el filo de la acera, mientras apreciaba el hermoso paisaje cubriéndose por la lluvia y los relámpagos, le acababa de confesar a Ela algo que jamás le había dicho a nadie. Quería creer que guardaría mi secreto, pero no tiendo a confiar en las personas.

—¿Extrañas a alguien del orfanato? —preguntó mientras, mirando hacia el cielo, dejaba que la lluvia moje su pálido rostro.

—No lo creo —no estaba segura de mi respuesta, pero cierto es que, con mis amigos, el orfanato fue algo soportable, espero que, a diferencia de mí, hayan tenido unos padres adorables.

—Tienes ya veintiún años Mira ¿Enserio vas a aceptar lo que dijeron ayer? —no tenía otra opción. Cuando tenía 10 años ellos llegaron al orfanato queriendo adoptar una niña, todos nos paramos en la sala, uno al lado del otro esperando ser elegidos. "Gracias Dios" pensé, cuando la mujer me sonrió y me señaló, mi soledad había acabado, tenía la esperanza de comenzar una nueva vida, mi pesadilla apenas había comenzado. Por lo que pude apreciar, la mujer era estéril y los dos buscaban desesperadamente a una niña para hacerla pasar por suya, solo servía de adorno, pues jamás recibí cariño de su parte, el dinero nunca faltó claro, pero los billetes no te dan apoyo cuando estas triste o quieres un abrazo.

—¿Mira? —volvió a decir para que entrara en razón.

—Debo hacerlo, de una manera u otra ellos me han dado un lugar donde vivir cómodamente y debo pagárselos, aunque no quiera, aunque... ¿casarme? ¿estaba loca acaso? No quería casarme con el hombre que mis padres consiguieron para mí, es más, no quería casarme nunca, un matrimonio arreglado era lo único que faltaba para acabar de arruinar por completo mi vida, mi cumpleaños número veintiuno fue hace apenas cinco días y resulta que ahora debo fortalecer las relaciones públicas de mamá y papá.

Tras despedirme de Ela camino a casa, había olvidado que mis padres suelen volver del trabajo a las ocho en punto, mi toque de queda había pasado hace dos horas, quisiera tener la suerte de mi querida amiga, sus padres viajan todo el tiempo y solo los ve una vez al mes, eso sería muy reconfortable.

Entro en la casa sin hacer demasiado ruido, me quito las zapatillas y las dejo en la entrada, tomo un par de pantuflas para ir a mi cuarto si encender las lámparas, pero a mitad de la sala estas se encienden, había alguien en la sala, alguien además de mí. Mi madre estaba en medio de la sala, sentada en el sillón de piel, esperándome.

—¿Es correcto que la hija de uno de los empresarios más importantes del país camine sola por las calles tan tarde? —Dijo con voz intimidante.

—Necesitaba aclarar mi mente y salí a dar un paseo, pensé que podría tomar una decisión correcta luego de analizar la situación y al final he decidido aceptar tus condiciones. Se que es lo mejor para mi así que no reprocharé sobre su decisión.

—Al fin tomas tu primera buena decisión —bajé mi mirada, esta era una decisión irrevocable, la vi pararse y caminar hacia las gradas para subir a su habitación—. Vete a la cama, no quiero que tengas ojeras mañana.

Con la boda, mi padre cerraría varios negocios que lo harían entrar en la lista de los cinco hombres más ricos del mundo y no solo eso, sino que lo colocarían en el puesto número tres y eso, eso le fascinaba.

Caminé a la cocina por un poco de agua antes de subir al cuarto, había dejado de llover y los nubarrones se habían despejado un poco, podía ver las estrellas a través de las paredes de cristal que dan al patio de atrás. Hoy no había luna, hasta ella me ha abandonado.

No quiero casarme, había pensado seriamente en escapar, pero si lo hago tendría que irme a algún país de bajos recursos para que no me encuentren o tal vez pagar algunas cirugías para modificar mi rostro, aun así, tal vez no funcionará, me encontraran y me arrastraran por el altar rodeada de cadenas, como un animal salvaje.

La resignación es mi mejor amiga ahora, ya que existía una esperanza, tal vez, y mi futuro esposo resulte ser un hombre respetuoso, inteligente y que me ame, tal vez no todo está perdido y resulte ser el, quien se convierta en mi verdadero hogar. Quiero saber su nombre, al menos eso.

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hola, soy Lluvia, espero que les haya gustado el capítulo número uno y puedan acompañarme en esta hermosa historia...

Bye ♥♥♥

Luna Perdida (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora