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¿Esto es amor? ¿Acaso esto que tengo guardado y duele es amor? quisiera saberlo, quiero saber la respuesta, solo así tomaré una buena decisión, sin embargo, no puedo quedarme, tengo una vida, tengo una misión, si me quedo no durará, pero si me voy, lo único que durará para siempre será mi lamento. Que debo hacer? corresponder a este beso o... pero aún no tengo la pócima, si actúo ahora no servirá de nada, mejor no, ¡Dios! que debo hacer.

Contra todas las advertencias de mi conciencia correspondí el beso, ¿Por qué no podía hacerlo? un beso no cambiará nada, seguiré el plan y nada más, aunque una pequeña parada le viene bien a cualquiera, estoy cansada de negar esto, me gusta, más de lo que se supone que me debería gustar, tengo miedo de que esto salga mal, de que esté haciendo algo incorrecto, claro que...--¡SU MATE!. Apoyé mis manos en su pecho y lo empujé hacia atrás consiguiendo que quedemos a un paso de distancia. Volvimos a mirarnos a los ojos, ¡¿cómo pude olvidarme de algo importante?! él aun no encuentra a su mate, quien soy yo para querer quedarme con ese puesto.

Yo, yo no soy nadie en este mundo, ellos tienen sus vidas y aunque duela no puedo entrometerme en ellas, Matts me mira con intriga, lo que acabo de hacer seguro levanta sospechas pero no quiero que esté con Giselle, quiero que sea feliz y si eso se logra cuando él encuentre a su mate pues tendré que aceptarlo.

-Me prometiste que buscarías a tu mate... ¿Acaso te has arrepentido?-. En lugar de una protesta, eso parecía más un ruego y en cierto modo era lo que estaba haciendo, le estaba rogando que abandone a alguien que no lo amaba y que busque a su mate. Pero su respuesta la verdad no me lo esperaba.

-Te tengo a ti Giselle, no quiero a mi mate-. Si él no la busca significa que no tengo tiempo para seguir en este juego, la boda está a dos semanas de llevarse a cabo y no voy a poder llegar ante Freya a tiempo.

-Me... me lo prometiste-. Era tiempo de sonar dramática, el dolor que sentía por no poder tener a Matts lo usé para transformarlo en un dolor fingido por no cumplir su promesa. -Me prometiste que la buscarías una última vez.

-Giselle...-. Se acercó y colocó sus manos en mis hombros. -Te tengo a ti cariño, hemos estado juntos por mucho tiempo y me he enamorado de ti-. Cada palabra dolía, era una mezcla de odio y desesperación porque soñaba con que esas palabras fueran dirigidas a la verdadera yo, a Mira... pero también estaba su mate, aquella loba debe estar muy sola.

-¿Y qué pasará con ella?-. Dije mirándole a los ojos mientras sentía como mi voz se quebraba y mis pupilas se iban llenando de lágrimas amenazando con salir en cualquier momento. Matts me miró confundido, creo que debo ser más clara, así quizá logre convencerlo más rápido.

-¡¿En serio crees que tu mate ya se rindió y no te está buscando ahora?!-. Quité sus manos de mis hombros y lo miré con dolor. -¡¿Enserio crees que ella no te está esperando?¡; ¡Y tú!¡estás a qui con alguien a quien no amas en realidad, a punto de casarte y de romper el corazón de alguien que juró encontrarte!-. Las palabras eran firmes, así como el mensaje que quería que el entendiera, ¿Cómo es que llegamos a esto? Ya es tarde, debo terminar con lo que empecé así esto termine muy mal.

-Giselle... yo... no pensé que-. Pero antes de que dijera alguna otra palabra lo interrumpí, había logrado que dude de la decisión que había tomado y eso era bueno.

-¡NO!-. Si iba a ser dramática, iba a serlo muy bien. - TÚ no pensaste e nadie más que en ti, tu mate está ahí afuera-. Señale la ventana que había al final del pasillo, la cual daba a la otra parte del bosque que rodeaba la estancia. -Y si te casas con migo no la vas a encontrar jamás, ¿Es eso lo que quieres?

-¿Por qué ahora?-. Su rostro expresaba dolor, no me gusta verlo así, definitivamente no me gusta pero que más puedo hacer, todo es por su felicidad, espero que algún día sepa comprender el porqué de todo esto.

-Porque al fin entendí que no puedo amarrarte a mi, no de esta forma-. Bajé la mirada cierto es que hablaba en nombre de Giselle pero dolía, cada palabra o gesto, ya no era actuación.
-Tu... tu debes ser feliz... y no lo serás si te casas con migo.

-Giselle yo te amo-. Esa fue la gota que derramó el vaso, iba a cancelar esta boda a como de lugar, ya no por la pócima o por Freya sino por Matts, él merecía ser feliz.

-Tú no me amas-. Mi miraba seguía baja, si tan solo pudiera decirle lo de la pócima de amor todo cambiaría, él comprendería lo que hago.

-Claro que si. ¡te amo Giselle! ¿Porqué dudas de este amor?-. Él estaba muy confundido y cada vez la distancia entre la mentira y a verdad se iba haciendo más corta.

-No me amas Matts-. Lo miré directamente a los ojos y una lágrima escapó por accidente. -Todo esto ha sido una mentira, a la única a la que amas es a tu mate, a nadie más.

-¿Por qué crees eso?

-Porque es verdad, tus sentimientos por mí no son amor, nunca me amaste.

-Giselle...

-Porque yo...-. Me detuve de golpe y mi respiración se aceleró en segundos, Bajé la mirada hacia su pecho, no quería decirle la verdad pero tenía que hacerlo si con eso le hacía comprender todo.

-¿Giselle?

-Porque yo...-. No podía, no podía seguir con esta farsa, pero tampoco sabía como decirle que todo este tiempo fue engañado por a persona en quien más confiaba.

-Porque yo usé una...-. El sonido se una sirena invadió todo el lugar, era muy fuerte y tapé mis oídos para soportarla. Para cuando terminó teníamos a un hombre en frente de nosotros, Tessa me mostró una foto de él, era el beta de la manada.

-Alpha, nos están atacado-. La sorpresa que me llevé al escuchar eso fue demasiado grande.

-¿Quién ataca la manada?-. Matts dejo su dolor por completo y su voz era firme.

-Son vampiros señor, vienen del bosque oscuro y son demasiados.

-¿Cómo es que han llegado hasta aquí?

-Aun no lo sabemos señor, pero creo que las manadas que limitan con el bosque también está siendo afectadas-. Escuchar eso era algo aterrador, por lo que sé, los lobos y los vampiros nunca se han llevado bien, pero hubiera preferido que los ataques se hubieran dado cuando cundo ya me haya apartado de aquí, nunca corro con suerte. Matts me miró como buscando que terminara con lo que iba a decir pero ahora la manada era lo más importante.

-Ve al refugio con Kara y esperen ahí, volveré pronto-. Iba a correr pero lo tomé de la mano, él volteó a verme y le dediqué una pequeña sonrisa.

-Cuídate y vuelve a salvo... por favor.

-Lo haré, no te preocupes-. Se soltó del agarre y en unos segundos se perdió bajo las escaleras. De nuevo la sirena sonó, esta vez más fuerte, volví a taparme los oídos, lo que no le mencioné a Matts era que yo no conocía ese bendito refugio. Me asusté al escuchar como algunas mujeres comenzaron a gritar, sabía que afuera todo era un caos y no pensaba en salir por nada del mundo. Corrí a mi habitación, entré y cerré el cerrojo, me apoyé en la puerta si encender la luz y no hice ningún ruido pero analizando la situación, esta era la oportunidad perfecta: podía ir a por la pócima del rey.

Luna Perdida (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora