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Al cambiarme de ropa podía sentir el suave algodón en mi piel, suave y delicada y las sandalias eran cómodas, mis ampollas ya no molestaban. Todo este tiempo guardamos silencio, Giselle parecía estar en otro mundo, de seguro tenia cosas en las que pensar, no era conveniente romper el silencio con nada. Me volví a quitar las sandalias y me recosté en la cama queriendo descansar un momento.

 -La reina Freya ha solicitado la presencia de la señorita Mira-. Parecía escuchar esa voz a lo lejos, ¿Enserio tenia que venir justo ahora? ¡Cielos, quiero dormir! Me levanté y coloqué las saldalias a la velocidad de la luz dispuesta a seguir al que según parecía, era el mayordomo. Miré a Giselle y ella también se había quedado dormida, suerte la suya.

Luego de volver a ir por un laberinto de pasillos llegamos hacia donde estaba la reina, miraba por el ventanal del pasillo, es el primero que veo, me miró y mi cuerpo se tensó nuevamente, maldije mil veces a mis nervios.

-Caminemos juntas-. Sonaba más a propuesta que a orden, el mayordomo se retiró por donde llegamos y seguí a la reina a lo largo del pasillo. Caminamos unos dos minutos y comencé a ver lienzos pintados como en la casa de Matts, solo que estos eran mas grandes, había una familia de elfos, un rey, una reina y una pequeña niña. De seguro era la familia de Freya, ¿Quién más podía ser?

-Mis padres murieron hace tiempo, ese lienzo es lo único que me queda-. Di un pequeño salto debido a la impresión. Permanecí en silencio puesto que no sabía que decir, seguí caminando y vi a un lobo negro pintado en el segundo lienzo, tenia los ojos café, era muy hermoso.

-¿Acaso sabes quién es él?-. La voz de la reina volvió a asustarme, pero esta vez con menor intensidad.

-No su majestad, no se quien es ese lobo.

-Él fue Francis Coin, el ultimo Alpha del Norte, murió hace veintiún años, mientras intentaba proteger a su luna y a su hija-. La forma en la que dijo eso, parecía como si le doliera lo que pasó con ese Alpha, la miré, pero ella seguía mirando el lienzo, tal vez no era coincidencia que la pintura de un lobo estuviera aquí, tal vez la reina los conocía. Había un tercer y ultimo lienzo, pero estaba cubierto por una tela negra, supuse que era para evitar el polvo.

-¿Sientes curiosidad por levantar el manto?-. Sinceramente si, pero como es la reina, debo fingir que no. -Ese lienzo es el más valioso que tengo, la pintura del ser que más amé en esta tierra-. Su voz cambió, no era la misma voz autoritaria, era una voz de dolor.

-Si es tan importante para usted, no es correcto que yo me atreva a verla-. Pero antes de intentar retirarme, ella me interrumpió.

-Laisa Coin. Ella era la Luna de Francis-. Giselle no habló mucho de la luna de Coin. Las preguntas caen a montones en mi mente, ¿Por qué hay un lienzo de la difunta luna del norte en este lugar? Tal vez tiene un parentesco con la reina. 

-Cuando era niña, mis padres fueron asesinados por los elfos oscuros en un intento de conquista, subí al trono y derroté a todos, recuperé el honor y perdí todo lo demás, Laisa me ayudó a evitar la invasión, ella era una loba huérfana que vivía en los bosques oscuros, luego de restaurar mi territorio ella se convirtió en mi hermana, creció como una princesa pero su destino era otro muy diferente. Cada día me arrepiento de haberle permitido irse a vivir con ese lobo, si la hubiera detenido aquí, ella seguiría con vida-.

 Posó su frente sobre el lienzo de la luna, podía sentir su dolor y arrepentimiento. La rebelión de las manadas del norte solo ocasionó dolor y destrucción, ahora está a punto de suceder de nuevo.


Luna Perdida (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora