Una brisa helada golpeó mi rostro con brusquedad, abrir los ojos en medio de esta tormenta de nieve era demasiado difícil, pero tenía que hacerlo, sentía una necesidad de volver a casa.
Tenía miedo... de pronto la escuché la canción de cuna que mi abuela solía cantarme todas las noches antes de dormir (Multimedia).
Se trataba de un canto nórdico que aprendió de su madre. Mi plan era seguir la canción porque sabía que, al hacerlo, la encontraría en algún lugar...corrí, corrí como nunca lo había hecho, pero no la encontré.Mi plan de perseguir el sonido fue en vano, la canción me llevó al norte y luego al sur, al oeste y luego al este, parecía que nunca iba a acabar, había una gran roca a lo lejos, podría subirme y ver el paisaje con mayor facilidad y así lo hice, pero todo el bosque se veía igual en todas direcciones y no podía ver nada más que la blanca nieve cubriéndolo todo como si de una gran alfombra se tratase. Un aullido de lobo resonó por todo el lugar y comencé a temblar de miedo, sabía que los lobos cazan el manada y de seguro había al menos tres lobos adultos.
Una tormenta avanzaba con una velocidad increíble, sin darme cuenta los nubarrones me habían alcanzado, los aullidos eran más cercanos y no sabía a dónde ir. Al cabo de dos minutos estaba rodeada por cinco lobos; dos eran blancos y los demás eran grises, y, aun en mi situación, no podía dejar de apreciar su belleza.
Mi abuela decía que nuestros antepasados vinieron de los lobos y nos contaba miles de leyendas de tribus que desaparecieron por guerras, el recordarla era placentero, ya que ella me brindaba su cariño y protección, además de ser valiente y siempre mostrarse serena. Después de la migración jamás volví a saber de ella.
Ahora, en mi posición, no podía temer, debía seguir su ejemplo, así que intento conservar la calma. Me pegué a un árbol, se me agotaba la esperanza, iba a morir, aquí, sola, como mi vida tras ser adoptada, quisiera despedirme de Ela, ella es todo lo que tengo, el dinero no es nada para mi comparado con su cariño, se volvió mi familia.
Tú, mi más anhelado sueño, la vida te ha preparado para el día en que todo comience. Eres una loba y tu deber está con los tuyos.
Escuché la voz de mi abuela antes de abrir los ojos... todo había sido un sueño, solo un sueño. Recordé que anoche dejé mi celular con la música de cuna que mi abuela me cantaba, pero nunca había tenido este sueño. Suelo escuchar esta melodía, que, por cierto, Ela me ayudó a grabar en un estudio, cuando extraño mi hogar.
Solo a ella le he podido confiar mi gran secreto, en realidad, nací en una aldea nórdica de escasos recursos, mis padres querían un mejor futuro para mí, así que decidieron migrar a la gran ciudad, mi abuela insistió que no era necesario pero mis padres embarcaron en un navío ilegal que llegaría a Estados Unidos y me llevaron con ellos. Pero a ese país no llegamos a otra cosa más que a conocer la pobreza extrema, a tal punto que me dejaron en la puerta de un orfanato al no poder ocuparse de mí, luego simplemente desaparecieron y no he sabido nada de ellos desde entonces. Estudié la escuela gracias al gobierno y pude ir a la universidad tras ser adoptada.
Cuando me despedí de mi abuela, ella me dijo que debía volver. Recuerdo mi aldea, a mi abuela y a mis padres dónde quiera que estén, quisiera volver a ellos y recuperar el tiempo perdido, pero no es posible, estoy a menor de un mes de casarme con un extraño y ni siquiera tendré su bendición. Lo único reconfortable es que estoy un poco más cerca de mi aldea. Reino Unido no está tan lejos de Noruega, aunque, pero mis padres no me dejarían ir ni de broma, ellos me adoptaron creyendo que era estadounidense, si llego a confesar mi secreto me odiarán aún más.
La tenue luz que entra por la ventana indica que es un poco tarde, enciendo mi celular, son las ocho de la mañana y la verdad no quería hacer nada especial, me cubrí con mis cobijas para dormir un poco más. No pasaron ni diez minutos y mi madre entró al cuarto.
ESTÁS LEYENDO
Luna Perdida (EDITANDO)
WerewolfUna joven ha estado viviendo en el mundo humano hasta cumplir los veintiún años sin imaginar su origen, en la búsqueda de sus raíces conocerá a muchas personas pero no se podrá fiar por completo de todas ellas. ¿Tienes idea de las dos caras que suel...