~Ni Siete Ángeles~ [SEGUNDA TEMPORADA] - NR

Circunstancia Inevitable

Narra Escritora

Xx: ¡¿Líder?! ¡¿Líder?! -tras no recibir respuesta alguna de la líder, el mafioso supuso que los enemigos tomarán todo el área Norte en cuestión de minutos.

A lo lejos se escuchaban balas inútilmente disparadas. Los aliados estaban al borde de la locura tras no poder defender ni la mitad de su territorio.

Xx: ¡Retrocedan! -gritó un mafioso sin el poder para decir lo dicho. Los únicos que podrían gritar órdenes eran los co-capitanes o seguidores del capitán de mafia, pero no simples tipos con las lágrimas apunto de estallar.

Pero aún así, aunque los mafiosos tuvieran gravado en las venas la clara orden de no obedecer a otros, todos le hicieron caso al momento. Retrocedieron diez metros, solo antes de volver a caer.

La formación era la siguiente: las grandes puertas de cinco metros eran la simple entrada a la mansión. Minutos antes de que empezara toda la batalla, cada área tenía una sección asignada: ataque, inteligencia, sigilo y el innecesario rescate. Lloyd Hale había dado la clara orden de mantener estables todas las áreas, exceptuando el punto A, ya que ella iría personalmente al área Norte y lo defendería con un co-capitan y su escuadrón.

Algo falló, y Lloyd aún no llega al campo de batalla. No hay registro alguno del porqué de la ausencia del co-capitan, y sus seguidores no tienen órdenes algunas.

¿De quién será la culpa? ¿Lloyd por no llegar? ¿El co-capitan por no responder? ¿O de ellos por no saber actuar?

La resonancia de una bala directo a su cara hizo que el mafioso esfumara todo pensamiento y se concentre en el campo de batalla.

Él para "pensar mejor la situación" (o por cobardía) decidió irse hasta lo más profundo de la guardia de sus aliados, evitando totalmente el frente donde se encontraban los enemigos.

Xx: ¿Q-Qué hacemos? -preguntó otro cobarde al primer compañero con misma cobardía.

El pequeño temblaba en su lugar, sudaba mares, no podía mantener en arma en manos ya que ésta se resbalaba, y por último: miró a todos los lugares para saber porque no le respondieron su pregunta.

Miró hacia si derecha: tres mafiosos alzaban la cabeza sorprendidos por algo que volaba en el cielo, atónitos totalmente.

Miró hacia su izquierda: dos mafiosos abrieron la boca a más no poder, y se quedaron petrificados en su lugar.

Miró hacia atrás: cuatro mafiosos miraban con sorpresa el cielo. Uno tragó saliva pesada, dos no pudieron ni moverse y uno alcanzó a sonreír histérico.

No le quedó más remedio... El pequeño mafioso no quería ver como masacraban uno a uno a sus compañeros, no tenía la valentía suficiente como para ver cómo les quitaban cinco metros de territorio cada segundo.

Pero no le quedó de otra más que mirar.

Con lentitud iba girando la cabeza hasta toparse con un momento que le marcaría de por vida: Lloyd Hale se lanzó sin miedo al campo de batalla...

Todo pareció en cámara lenta: ella se encontraba en la parte superior de un risco no muy alto. Corrió con su mayor velocidad, se quitó el arco en su espalda pero no sin antes tomar una flecha... Y con más huevos que todos los mafiosos, saltó de ese risco al campo de batalla.

Por la cantidad de cabezas que bloqueaba su vista, el mafioso no pudo ver más que el derribo de 15 enemigos por el simple salto de la líder.

Los enemigos se detuvieron para concentrarse en la chica... Un parpadeo del mafioso y pudo ver a lo lejos que con solo quince segundos de la presencia de la líder, y ella ya eliminó a veinte.