Capitulo 20

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Abrazaba lo más fuerte que podía a mi mamá, ya habíamos terminado nuestras vacaciones en Argentina y debíamos volver.

- Te voy a extrañar mucho - dijo mi mamá con la voz rota.

- Yo también te voy a extrañar mamá - dije con lágrimas en los ojos.

- Es que pensé que ibas a quedarte, que este viaje iba a ser unas semanas y no toda la vida - iba a extrañar a mamá a su aroma, a su piel y su voz. Esos abrazos que me cargan el alma, me relajan el cuerpo.

- Salieron otras cosas mamá - respondo sin abrir los ojos.

- Ahora es tu turno de ser mamá y lejos de mí, sin que yo te pueda ayudar y cuidar -

- Alex va a cuidarme mamá y falta mucho para que llegue el momento - trato de calmarla.

- Está bien hija - me suelta de entre sus brazos.

Me terminó de despedir de mi papá y de mi hermana.

Una vez que subimos al avión, Alex me abraza.

- Sé que es muy difícil, pero vendremos cuando podamos o sí quieres te puedes quedar - dice dejando un beso sobre mi hombro.

- Lo sé, pero quiero ir contigo - digo mirándolo a los ojos.

- Está bien - responde.

Nos sentamos y nos acomodamos para comenzar el vuelo. Estuve acurrucada contra Alex todo el viaje y él me hacía cariño todo el tiempo.

 Estuve acurrucada contra Alex todo el viaje y él me hacía cariño todo el tiempo

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Llegamos a Dublín y al bajar del avión sentí lo frío que estaba aquí.

- Creo que ahora sí quiero volver a Argentina - digo entre risas.

- Mira cómo soluciono todo - dice sacándose su buzo negro y dándomelo.

- Gracias amor - le doy un beso corto y continuamos desembarcando.

Al salir del aeropuerto tuvimos que pedir un taxi, Marco estaba grabando a full y no podía ir a buscarnos.

Miraba a Alex conversar con el chófer y aunque no entendía de qué hablaban, me sentía completamente atrapada en los gestos de mi novio

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Miraba a Alex conversar con el chófer y aunque no entendía de qué hablaban, me sentía completamente atrapada en los gestos de mi novio.

Sus ojos azules que me miraban de vez en cuando con un brillo hermoso, su mano sobre mi rodilla que me daba una sensación hermosa en el cuerpo, su risa que escapaba de vez en cuando y se me contagian.

Infinito (Alex Høgh Andersen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora