Capítulo 30

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Alex volvió con mala cara del café por lo que nos fuimos antes de que Alexander llegará, nadie se atrevió a hacer preguntas o decir algo simplemente nos despedimos y salimos de regreso a casa.

Ya cuando estábamos en nuestra habitación me atreví a preguntar.

- ¿Vas a decirme qué pasó entre ustedes o vas a seguir actuando tan raro? - estoy sentada en la cama y él me mira, aún con el ceño fruncido, se pone entre mis piernas haciendo que me recueste. Pone su sexo presionando al mío.

Me besa, con ira y enojo ¿Qué le está pasando? Le sigo el juego, rodeó su rostro con mis manos y abro más mi boca para darle más lugar a su lengua.

Sus manos viajan a mí pantalón para abrirlo y bajarlo junto a mi ropa interior, dejando toda la ropa en mis tobillos.

El comienza a quitarse el suyo y, sin cuidado alguno, me penetra. Se mueve dentro de mí con demasiada fuerza, me duele.

- Alex - digo pero no responde, ni siquiera parece importarle ya que continúa besándome y penetrandome.

- Alex, para - vuelvo a decir, pero es inútil. Lo empujó con mis brazos y esta vez gritó con más fuerza - ¡Alex ya basta! - haciéndolo por fin salir de mi cuerpo.

- ¿¡Me vas a decir que mierda te sucede!? - siento que voy a empezar a llorar, lo eh dejado llegar muy lejos.

- ¿Teo siempre te escribió tan cariñosamente? - dice al fin ¿Está celoso? ¿Por Teo ahora?

- Era un idiota, te lo dije, y termino con eso cuando le partiste la cara a golpes - digo volviendo a vestirme.

- ¿Y con Chris? El del gimnasio - dice subiendo su pantalón.

- ¿De verdad vas a empezar con esta mierda? - digo de muy mala forma.

- Evades mi pregunta, es interesante - dice haciéndose el pensativo.

- Nunca pasó nada con Chris, solo me trajo a casa - explicó quedándome sin paciencia.

- Sí claro, de seguro te tenía muy ocupada por eso no me contestabas el teléfono - dice y fue lo último, casi como acto reflejo le doy una cachetada en el rostro. Mis ojos están llenos de lágrimas que empiezan a caer por mi rostro.

- No sé ¿Quién mierda eres ahora? Por qué el hombre al que le dije que lo amaba hace unas horas jamás pensaría estás cosas de mí - al terminar de decir eso busco mi campera de abrigo y salgo de allí, con mis ojos llenos de lágrimas.

- Julia, espera - alcanza decir antes de que me vaya, pero ya es tarde, no puedo verlo y tampoco quiero hacerlo.

Camino por la acera envuelta en mi abrigo, sin mirar atrás, perdida en mis pensamientos en lo que me repito una y otra vez ¿Cómo puede hacerme esto? Pero entonces recapacitó, no es él era ella. De seguro le logró llenar la cabeza de mierda.

- Julia - Alex está detrás de mí, ni siquiera me percaté de que venía conmigo. No volteó a verlo.

- Perdóname, por favor, perdóname - dice casi al borde del llanto.

- Sé que no piensas eso realmente - digo con voz apagada.

- Amor...- no llega a decirlo ya que lo interrumpo.

- Pero, te dejaste llevar por sus palabras y eso significa que aún tiene influencia sobre tí - digo y ahora sí volteó a verlo.

- Yo lo... - vuelvo a interrumpirlo.

- Tú lo sientes pero, ahora quiero estar sola o por lo menos sin tí - digo y vuelvo a seguir caminando para alejarme de él.

- Julia - lo escucho llamarme pero lo ignoro y continuo caminando hasta que tomó un taxi y allí me voy.

Infinito (Alex Høgh Andersen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora