capitulo 9

418 27 0
                                    

Desperté y me encontraba sola en la cama, comencé a sentir el olor a café y salí disparada a la cocina.

Mi bello hombre estaba preparando el desayuno para ambos, mientras lo hacía tarareaba y bailaba "My favorite part" de Mac Miller, obviamente me quedé en silencio disfrutando de este maravilloso hombre.

- ¿Hace cuánto estás ahí? - dijo girando con ambos platos en cada una de sus manos y una gran sonrisa blanca. 

- Desde que comenzó la canción, cantas muy bien - dije sonrojada al ser descubierta.

- Me alegro que te guste por qué soy de cantar hasta en la ducha - dijo tomando asiento a mi lado.

El desayuno era café, huevos revueltos, tostadas y mermelada.

- Despertaste con hambre - dijo con cara de asombro.

- Si, la verdad que tenía mucha hambre y todo está muy rico - dije dando mi último bocado a la tostada.

- Bueno fumo un cigarrillo y nos vamos ¿Sí? - Alex ya estaba cambiado y listo para salir.

- ¿A dónde vamos? pregunté.

- Tengo una sorpresa para ti, ponte algo cómodo que vamos a caminar mucho - dijo con una hermosa sonrisa.

-Está bien, muchas gracias por esto - le di un tierno beso en la mejilla y fui a cambiarme.

Una vez lista me encontré con mi bello Alex terminando su cigarrillo en el balcón.

- Te ves hermosa en ropa deportiva - dijo al verme.

- Gracias - respondí y le di un beso en los labios.

- ¿Estás lista? - pregunta apagando el cigarrillo en un cenicero color blanco que siempre estaba en la misma mesita de su balcón, no podía faltar.

- Lista - afirme.

Subimos a su hermoso auto, en el asiento de atrás cargo una canasta que seguramente tenía comida deliciosa y salimos de viaje.

Subimos a su hermoso auto, en el asiento de atrás cargo una canasta que seguramente tenía comida deliciosa y salimos de viaje

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Luego de una hora de viaje llegamos a un pequeño bosque de altos árboles, entre ellos había un sendero bien marcado.

- ¿Te ayudo a llevar algo? - digo al verlo cargado con una mochila, la canasta y su cámara fotográfica.

- No, no estoy bien - dice tratando de cargar todo.

- Alex déjame llevar la mochila al menos - insistí, me da mucha pena que él vaya super cargado y yo sin nada.

- Está bien - me pasa su mochila, no estaba tan pesada.

Caminamos, caminamos y caminamos por el sendero. Alex tiene muy buen estado físico y yo no así que debíamos parar para que yo recupere el aire, necesito entrenar.

Luego de la larga caminata llegamos a una especie de península, el paisaje es un sueño, nunca en mi vida había visto algo tan hermoso como esto.

Infinito (Alex Høgh Andersen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora