Capítulo 33

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- Listo llegamos - dice y me quitó la corbata.

- ¿A la cafetería? - le pregunto sin entender.

- Sí, desayunaremos y luego te llevo con Alex - responde.

- Está bien - nos bajamos del auto y pedimos dos cafés con una dona cada uno.

Cuando al fin terminamos de desayunar volvemos a ponernos en marcha, por supuesto que tuve que volver a usar la corbata para tapar mis ojos.

- ¿Estás nerviosa? - me pregunta de repente.

- Demasiado - respondo, siento mis manos sudadas.

- ¿Qué te imaginas? -

- Pues no lo sé, es la primera vez que Alex hace algo así - digo sonriendo.

- Sabés que no voy a decirte nada ¿Verdad? - me dice luego.

- Lo sé, seguirás torturandome - digo haciéndolo reír.

- Pues esto es idea de Alex así que deberás reclamarle a él -

- Ya hablaré con él -

Luego siento como el auto se detiene.

- ¿Ahora qué sucede Marco? - pregunto impaciente.

- Bueno, no podrás sacarte la venda de los ojos hasta que yo lo diga - me responde.

Unos segundos después siento como abre mi puerta del auto.

- Dame la mano - dice y extiendo la mía, él la toma y me ayuda a bajar del coche.

- Bien cuidado que has escalones - me dice Marco y comienzo a levantar mis pies subiendolos uno a uno.

Luego me lleva dentro de un ascensor que sube varios pisos.

- Ahora estoy muy nerviosa, quiero saber que están planeando ustedes dos -

- Tranquila, ya casi llegamos - me dice riéndose.

La puerta del ascensor se abre y me hace caminar en dirección recta, abre una puerta y me hace pasar.

Siento olor a comida y a velas aromáticas, aún no puedo quitarme la venda. El suelo está muy limpio y parece ser de madera.

- Hola - me saluda una voz masculina que me suena de lo más familiar.

- Hola - digo y automáticamente se me dibuja una sonrisa en el rostro.

- Estás hermosa ¿Eso lo sabes verdad? - Dice acercándose a mí, sus manos se deslizan por mi cintura y se para detrás de mí - Quítate la venda - dice a mi oído.

Cuando hago lo que me dice, me quedo sin palabras. Estoy en el departamento que visitamos hace unos días.

- Bienvenida amor, esta será nuestra nueva casa - dice aún a mí oído, giro mi rostro para encontrarme con la cara de Alex sonriendo. Abro la boca y no puedo cerrarla.

- ¿De verdad? - pregunto sin poder creerlo.

- Sí amor, lo compre para nosotros tres - dice riendo dulcemente.

- Alex, esto es increíble - digo y volteó a verlo.

- ¿Estás feliz? - me pregunta mirándome a unos pocos centímetros de mí rostro.

- Muy feliz, aún no lo puedo creer pero ¿Podemos permitirnos esto? - pregunto algo preocupada.

- Por supuesto que sí, es nuestro regalo por estos  meses increíbles que vivimos juntos - paso mis brazos por su cuello y lo beso.

Infinito (Alex Høgh Andersen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora