Capítulo 37

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¿Sí me fui a dormir molesta con Alex? Por supuesto que sí, enterarme a altas horas de la noche que aún habla con Alicia y que lo hace a mis espaldas fue como liberar a la bestia.

Pero hoy es noche buena y por fin me estoy llevando bien con toda su familia, por lo que me parece mejor idea fingir (por el momento) que eso no pasó.

Me levanté temprano, raro en mí ya que por lo general las mañanas me juegan malas pasadas, me di una ducha y me cambié para bajar hasta la cocina y encontrarme con Charlotte preparando unas deliciosas galletas con formas navideñas.

Tomé un té de arándanos frente a la gran chimenea que tienen en la sala y conversé con ella sobre la infancia de Alex, también me contó sobre su lucha contra el cáncer de mama y de cómo Alex la acompaño en todo el proceso.

Thomas apareció más tarde, había pasado gran parte de la mañana cortando leños para poder avivar el fuego durante toda la noche y la mañana siguiente. Se nos unió en la conversación, pero solo con una lata de cerveza bien fresca.

Luego apareció Aila me contó que Alicia la llamó anoche y que estaba enfurecida por una conversación que había tenido con Alex, no quiso revelarme más y lo entiendo ya que son amigas, con sus palabras logro tranquilizar mi desarrollada imaginación que ya me había paseado por todos los escenarios posibles.

Por último, despertó él, mi novio, sin decir palabra alguna llego por detrás de mí y me abrazo. Trato de disimular la situación en la que habíamos terminado antes de irnos a dormir, hacía malos chistes de todo tipo y me recordó a nuestra primera cita.

Poco a poco la bestia se fue calmando, sé que en algún momento íbamos a tener una conversación sobre esto, pero no sería ahora. Así que me relaje y disfrute el día, conocí a su perro y tiene demasiada energía ya que se la pasaron jugando con Alex sin parar.

 Así que me relaje y disfrute el día, conocí a su perro y tiene demasiada energía ya que se la pasaron jugando con Alex sin parar

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- Alex, ya deja a tu perro tranquilo - lo reto mientras tomó asiento en unas escaleras que daban al parque trasero.

- Antes era peor, ahora está más viejo y se cansa más rápido - dice llegando a sentarse a mi lado.

- No me lo puedo imaginar - digo riéndome, en su frente apareció una leve capa de sudor.

- Oliver, ven aquí - lo llama y el can, a regañadientes, se levanta y se acerca a nosotros.

Me olfatea y luego olfatea mi pequeño vientre que apenas aparece debajo de los abrigos, lo mira a Alex como sí le quisiera decir algo, y me lame en vientre.

- Allí esta tu hermanito o hermanita humano, me alegra que tú también estés feliz - le dice comenzando a acariciarlo.

- Oliver - hago una pausa en la que pienso en lo lindo que se escucha ese nombre - Es un nombre hermoso -

- Sí es varón no le pondremos el nombre de Oliver, debemos pensar en nombres - dice advirtiéndome y debo admitir que me había gustado un poco la idea.

Infinito (Alex Høgh Andersen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora