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En la última llamada que había recibiendo de su hijo, Neal le había contado que había conocido a una muchacha hacía más de un mes, y que con ella ahora estaba terminando la ruta de sus viajes.

Y el muchacho se escuchaba tan contento, tan feliz, que era imposible que Heather no compartiera su felicidad. Si su hijo era feliz, ella también lo era.

Además, eso significaba que el muchacho estaba superando a Martina, o quizás ya la había hecho. Porque no había rastro alguno de tristeza en el humor de Neal.

Pero lo que Heather no esperaba encontrarse, cuando Neal regresó, era una mujer como esa. Sabía que su hijo era un inexperto, pero comenzaba a pensar que tenía un imán con mujeres "problemas".

Era una muchacha preciosa, de eso no había dudas, pero se notaba que esa mujer sólo estaba con él por interés.

—Ma, quiero presentarte a Belén —sonrió, abrazado a ella.

—Un gusto Belén.

—Encantada, señora. Aunque suena extraño llamarla así, usted se ve muy joven —rio.

—Gracias —sonrió levemente.

—Belén y yo estamos juntos, es mi novia.

Heather intentó ocultar la sorpresa, pero fue imposible. Miró con confusión a su hijo, y luego fingió una sonrisa.

—Oh, felicidades, no me esperaba... Esta noticia.

—Y entonces mucho menos se esperará la otra —rio la joven.

—¿Otra? ¿A qué se refiere, cariño? —sonrió mirando a su hijo.

—Bueno, Belén tiene un atraso de una semana. Es muy pronto para hablar de un bebé, pero... Tampoco podemos descartarlo —sonrió incómodo, al ver la mirada de su madre.

—¿Hace cuánto están juntos? —preguntó ya dejando de fingir gratitud.

—Mm ¿Hace cuánto, cariño? ¿Un mes y medio? ¿Dos? —le inquirió la morena a Neal, mirándolo, antes de sonreír—. Bueno, no importa mucho eso. Tampoco es que estemos seguros que esté embarazada. Sería muy pronto para aceptarlo —rio.

—Claro, bueno, yo ya debo regresar a mi casa.

—Gracias ma por cuidar la mía.

—Sabes que siempre estaré para ayudarte —sonrió levemente, mirando a su hijo a los ojos.

Y eso significaba, evitarle otra decepción más. ¿Cómo se le ocurría no cuidarse estando con una desconocida? ¿Es qué ese muchacho no pensaba a caso?

No tenía sentido común, ese era el problema.

Y no, Heather no dejaría que Neal arruinara su vida. Esa mujer no era la correcta para él, y mucho menos, tendría hijos con ella.

***

L

uego de aquella presentación, Heather regresó en la madrugada para hablar con Neal, cuando su novia dormía.

—Ma.

—Hijo ¿Qué haces? ¿Me puedes explicar por qué no te cuidaste? ¿Qué es lo que buscas, Neal?

—N-No lo sé, cuando estoy con ella... No puedo pensar.

—¿Y qué se supone que harás si está embarazada? Neal, no la conoces hace nada, no puedes tener un hijo con alguien así. Esa mujer sólo quiere dinero, es una interesada.

—Pero me hace sentir bien, me hace feliz ¿No es eso lo que importa?

—Ya te equivocaste con esa chica, no busques cometer los mismos errores con otra. No está bien traer un niño sin amor, esa criatura terminará en medio de una relación fugaz, y dividido. Ella ni siquiera vive aquí.

Mío por derechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora