CAPITULO 2:

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--No puedo siquiera imaginarme como estará Juli—miró el vino de su copa, mientras sentados en mi oficina, yo terminaba la cena.

--No quiso comer. Dice que no tiene hambre. Y me preocupa mucho, prima—afirmó—recuerdas lo que ella hizo de pequeña. ¿Y si la tristeza de perderla, hace que cometa una locura?—

--¿crees que sea capaz de volverlo a hacer?—miré el plato casi vacío.

--Ya no sé qué creer, Cata—la miré— ¿puedo confiar en ti?—

Lo que Marian había dicho, daba vueltas en mi cabeza.

--como si fuéramos hermanos. Lo sabes—me tomó la mano

--despedí a Magdalena—alzó una ceja.

--¿La antigua ama de llaves y tía de Susana?—afirmé.

--Marian me dio a entender un nuevo punto de vista, días antes de irse. Dijo que notó al ama de llaves, muy rara con Julieta—tragué con dificultad—cree que fue ella la que trató de matar a Julieta a los cuatro años. No que mi hija iba a quitarse la vida—frunció el ceño—le tiene el pánico a Magdalena. Yo mismo se lo he visto—

--no lo había analizado de esa forma. ¿Y tú crees que sea posible?—

--me parece más factible que la otra versión de que iba a salvarla—

--entonces que Julieta intente algo, en ausencia de Marian, no es una opción. La pequeña ha sufrido cosas peores y lo sabes. Y aún sigue en pie, igual de valiente a ti. Si hay alguien que quería hacerle daño esa era la tía de Susana—miré la mesa— ¿Qué se hizo esa mujer?—

--¿me puedes creer que no lo sé? Y la verdad tampoco me interesa—

--pues debería, Charles. Si es cierto lo que te dijo Marian y lo que has visto, esa mujer podría pensar en vengarse por el despido. ¿Y por quién iría?—

--Por mi hija—

--Exacto—

Tenía que proteger entonces a Julieta. Y eso incluía... cambiar los seguros de la casa. De las ventanas. No dejarla sola.

--protégela a ella primero, y ya podrás hacer otras cosas después—

--¿otras cosas como que?—alzó las cejas.

--¿Cómo recuperar a tu chica? ¿Has pensado que vas a hacer? No puedes quedarte como un tonto aquí sentado—

--no responde a mis llamadas, Cata—puso los ojos en blanco.

--y entonces solo por esa nimiedad, te vas a echar a morir. ¿Por qué no vas a buscarla a casa?—

--No sé dónde vive—

--Pfff. ¿y eso es un impedimento para ti? Has descubierto cosas de ella que puede que incluso ni te haya dicho. Busca la forma de averiguar donde vive. Llama a su amiga, pregúntaselo a las del servicio, contrata a un espía—

--estás queriendo que sea un acosador—gruñó.

--¡No! Lo que quiero es que dejes de poner la misma cara de tristeza que todos en la mansión. Sabes conquistar a las mujeres. Y ahora que Alicia no está fastidiando cerca, no vas a perder la oportunidad de buscar a Marian y amarrarla a tu vida. ¿O sí? Julieta la necesita más que tú, y lo sabes—

--papá siempre me dijo que a las mujeres era mejor dejarlas estar—se puso de pie, suspirando de forma cansina.

--Sí. Y eso lo dice un idiota que no es capaz de hacer feliz a Zu. Tu madre no lo ha dejado porque la pobre lo quiere mucho—terminó el vino— ¿sabes qué? Has lo que quieras, primo. Pero cuando tu socio te la quite para siempre, no te lamentes—

POR SIEMPRE MÍA. L2 DE LA SERIE "SIN ESPERARTE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora