CAPITULO 10:

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Dos días después...

El día en que mi dulce chica regresaría a mí, por fin había llegado. Después de estar contando las horas y desesperando de ansiedad. Era domingo en la mañana, y esta tarde con seguridad, ella volvería a mí, y esta vez no la dejaría escapar.

Por decisión propia y con apoyo de mis padres, no había ido a su hacienda de fin de semana. Quería estar en casa por si llegaba en cualquier momento. Quería ser el primero en recibirla, en saludarla. Quería ya tenerla conmigo.

Me di un baño completo, busqué el mejor atuendo de casa y me preparé para bajar a desayunar. Tenía un anuncio importante que darle a los del servicio. Por eso tenían citación. Y habría sido el día anterior, de no ser por la memoria de Jonás. Me miré una última vez en el espejo y salí del cuarto para el desayuno con los empleados. Julieta tambien salía del suyo, con un dibujo en mano. Lo miraba, sonreía, lo apretaba contra el pecho, y vuelta a empezar.

--Cielo—levantó su cabecita castaña, muy sonriente

--hola papi—no dejaba de sonreír, como si le hubiesen dado la mejor noticia de todas.

Y en realidad si era así. Se la había dado yo el viernes, cuando confirmé que su mamá regresaba.

--¿puedo saber que es el papel que abrazas con tanta devoción?—me acerqué más a ella

Lo volvió a mirar y al final me lo entregó.

--¿recuerdas que te dije que para mí era más fácil convencer a mami de volver con nosotros? ¿Qué tenía una especie de as bajo la manga? Esto se lo daré cuando venga. Léelo—miré el dibujito de dos personitas.

Ella de blanco, y el de traje negro. Era una pareja a punto de casarse, y lo acompañaba un poema.

Hoy estoy feliz,

Mi casa está de fiesta.

Porque mi linda mami Marian,

Por fin está de vuelta.


La quiero mucho, mucho

Porque ella es sin igual

Y porque de ahora en adelante,

Nada ni nadie nos va a separar.

Sonreí.

--¿Crees que le guste? A mami Susi le escribí el poema que recité en la escuela, pero mami Marian se merece otro tambien. Se merece que yo la quiera, como ella me quiere a mí—me arrodillé frente a ella.

--estoy seguro de que le va a encantar, mi amor. ¿Qué cosas de ti, no le gustan a ella? Si te ama tanto como te amo yo—besé su mejilla.

--Y yo la quiero... más de lo que te quiero a ti. Perdón papi, pero es la verdad—negué con la cabeza, poniéndome de pie otra vez.

--Bien. Me alegra que la quieras más que a mí. Le diré a Maurice, que cero nutella por un mes—soltó un grito, siguiéndome, mientras yo bajaba las escalas.

--¡Papáááá! Era broma, los amo por igual. Pero más a ti que a ella. No se lo digas—no pude evitar reír, mientras seguíamos bajando.

--Me alegra que me quieras ahora, más que a Marian. Pero eso no me hará cambiar de parecer. Porque entonces amas menos la nutella y no te hará falta ese mes—tiró de mi brazo, evitando que fuera en busca de Maurice.

POR SIEMPRE MÍA. L2 DE LA SERIE "SIN ESPERARTE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora