Las horas pasaron, y nosotros no nos dimos ni por enterados. La hice mía una vez más, provocando sus gritos, hasta que quedó casi disfonica, y la hice tambien reír a las carcajadas por un ataque de cosquillas. Ahora, más exhausta que antes, descansaba bocabajo sobre mi pecho, cubierta por las sabanas, con sus dedos acariciando mi pecho, mientras cantaba en susurros la canción de Christina Perri.
Miré el techo, haciendo un recuento de todo lo que había pasado desde que Magdalena me informó que ella vendría a la entrevista de trabajo. Como nuestras vidas se entrelazaron irremediablemente. Y deteniéndome en todo lo que Alicia hizo para separarnos, sin lograrlo finalmente. Mi hadita estaba conmigo y nada ni nadie la arrebataría de mi lado.
--¿En qué piensas?—la miré.
Su barbilla apoyada en los brazos.
--En lo hermosa que eres—le robé un beso.
Sonrió con timidez.
--No, en serio. Siento que te preocupa algo—acarició mis labios con un dedo.
--A la que preocupa algo es a ti. Te lo he notado todo el día—traté de cambiar de tema.
--Charles. No me cambies el tema, amor. ¿Qué pasa?—
No me quedó más remedio que contarle toda la historia.
--Recordaba cómo nos conocimos, y todo lo que pasó hasta ahora—sonrió.
--y lo fácil que fue seducirte. Conté casi tres chistes y caíste a mis pies—se burló.
--No. Lo fácil que nos separaron. Y que no fueron los medios—frunció el ceño, ladeando la cabeza.
--¿entonces quién?—sin decirle nada, lo descubrió—fue tambien Alicia—
--Fui yo—
--¿Por qué tú, si eras el que más deseaba que no nos separáramos?—
Se lo dije todo. Como empecé a alejarme de Pembroke, por lo mucho que ella me empezó a atraer, y como la rata de Alicia me chantajeó para que no siguiera con Marian. Pasó de la duda al entendimiento.
--¿Por qué nunca me lo dijiste?—me sujetó con ternura de la mejilla.
--¿y que ella cumpliera sus amenazas, y tú te fueras? No podía permitirlo. Te amaba y te amo. Haría lo que fuera por protegerte, aunque eso significara que me odiaras—escondió el rostro en mi pecho— ¿qué pasa?—sorbió por la nariz y vi que lloraba—oye—se las sequé— ¿porque estás llorando?—negó.
--Que se me acaban de aclarar las cosas, es todo—sonrió—tantas veces que pensé que de verdad me odiabas, que no querías verme nunca más, y solo tratabas de protegerme—
--¿Odiarte?—bajó de mis brazos, recostándose junto a mí. Su rostro a centímetros del mío. La tomé de las mejillas—solo Dios sabe lo mucho que te amo—abrió los ojos todo lo que le dieron.
--¡Lo mencionaste!—fruncí el ceño.
--¿el qué?—
Aunque ya lo sabía.
--A Dios—
--un error de mi parte—me hizo verla.
--Sé que en el fondo crees en Él—besó mi mejilla
--¿en el cielo? Tal vez. Puede que si exista y que Susana y tus padres si estén allá. Lo único que sé y de lo que estoy seguro más que nada, es que te amo más que ayer, y que mañana te amaré más que hoy—soltó una risita, echándome los brazos al cuello.
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POR SIEMPRE MÍA. L2 DE LA SERIE "SIN ESPERARTE"
Romance¡Se fue! Así sin más. Hace dos meses. Cuando más convencido de tenerla en mis brazos estaba. Desde entonces, mi vida ha quedado sumida en la oscuridad y el dolor. Una que ya he sentido antes, una que conozco bien. Pero tambien una que toleraré solo...