CAPITULO 55:

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Al llegar a casa, todo estaba en silencio, quizás los del servicio organizando todo para la cena en el comedor. La miré cuando se quedó de pie delante de la puerta, mirando el interior y las escaleras.

--¿Qué pasa?—le tomé la mano.

--No sé. Es raro volver aquí después de lo que ocurrió. Siento...—se le llenaron de lágrimas los ojos—siento miedo aun. Tuve mucho miedo ese día—

--Igual que el que tuve yo—me miró—y más cuando te despediste de mí. Eso me rompió el corazón—

--No sabía que me encontraría al entrar, ni lo que me sucedería intentando salvar a Julieta, tenía que cerciorarme de que supieras lo mucho que te amo, por si no nos volvíamos a ver—extendí mis brazos y ella se refugió en ellos, sorbiendo por la nariz.

--Ahora todo ha pasado, y no volverán a separarnos. ¿De acuerdo?—afirmó—y tampoco le harán daño a nuestro bebé—hinqué una rodilla en el suelo, dándole un beso en el vientre, ya soñando con tener a ese pequeño o pequeña en brazos

Me sonrió, poniendo su mano encima de la mia. Un gritito de niña nos llamó la atención.

--¡¡Papi!! Oh, papi. ¡¡¡LE ESTÁS PROPONIENDO MATRIMONIO A MAMIIIIIII!!!—Corrió hacia nosotros escalas abajo, dando saltos después—es el día más feliz de mi vida—saltó más.

--En realidad...—Marian le sonreía con ternura.

--Tu padre solo me daba un besito en el golpe, como hago yo cuando te lastimas jugando—dejó de saltar.

--Oh—su ánimo decayó—y yo que quería que fueras mi mami—

Yo la tomé en brazos para que pudiera estar a la altura de su mamá, sin necesidad de agacharse ella, o que la levantara en brazos.

--Pero si ya soy tu mamá, mi amor—le acarició las mejillas.

--Pero no mi mami oficial. La abue dice que eso solo sucederá cuando papi se case contigo—se cruzó de brazos—se están demorando muchoooo—gritó.

--será pronto, cariño. Te lo prometo—le dije yo.

--¡¿Lo juras?! Júralo por el dedito. Quiero a mami como mi mami oficial. Cásate con ella y apúrense en darme un hermanito. Santa ya tiene mi carta—

Marian rió, dándole un beso en la mejilla.

Y ojalá no retacara por ello todos los días, porque su deseo venía en camino.

Al rato, los del servicio se unieron a nosotros, para darle la bienvenida a Marian, luego de todo el tiempo que estuvo en el hospital. La recibieron entre abrazos y gritos de felicidad. Y luego de eso, llegaron tambien mis padres a verla. Cenamos todos juntos, mientras ella les contaba todo lo de ese día y como se sentía. Yo la escuchaba mientras comía, aunque tambien pensativo en lo que había dicho Julieta.

Tenía razón al decir que estaba muy lento en hacer a Marian mi esposa. Mas, si quería dársela a Julieta como su nueva mamá. Le daba vueltas y más vueltas al plan que se me estaba ocurriendo en ese momento. Tenía que ser romántico y ya pensaba en usar la fiesta de navidad para declararme. Compraría el anillo y que nos casáramos quizás el otro año.

¿Pero cómo hacía una propuesta de matrimonio bien original?



Casi a las diez de la noche nos fuimos a dormir. Luego de despedir a mis padres, que el servicio se retirara, poner a dormir a Julieta, y mostrarle una de las canciones que había compuesto para ella.

POR SIEMPRE MÍA. L2 DE LA SERIE "SIN ESPERARTE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora