POR SIEMPRE MÍA. L2 DE LA SERIE "SIN ESPERARTE"

CAPITULO 63:

La miré dormir, con el pulgar en la boca, y acostada en posición fetal a mi lado.

Había quedado agotada del cansancio.

Después de salir del restaurante, fuimos a una caseta de música, cerca de la playa, a bailar un poco. Caseta Caribe se llamaba. Ponía música de todo el Caribe. Salsa, Champeta y hasta bachata. Bailé con mi chica un rato, y cuando ya tomábamos refresco en una mesa, se nos acercaron los Ford.

Habían venido tras nosotros, al saber que vacacionaríamos en Hawaii, y todo porque Gabriella quería pedirle disculpas a Marian por como la trató, después de que ella fingió ser Paulette Fontaine. Hablé mientras con Jeremy de cómo iban las cosas con la multinacional, y justo cuando ya pensábamos irnos, mi ex apareció de nuevo, queriendo revancha. Y sí que no la tuvo. Al ritmo de Soltero, del cantante Gusi, mi chica la dejó sin opciones, y hasta tirada en el suelo sin poder seguir sus pasos. Con ella no podía nadie. Y luego de que se fuera, con la moral por el piso, Bailé un poco más con mi esposa.

FLASHBACK:

—De saber qué bailabas así, habría ido a todos los ensayos a la sala de baile—me echó los brazos al cuello, empezando a bailar, tirando de mi

—Tú te lo perdiste bombón—la sujeté de las caderas, mientras ella las movía de forma insinuante.

Darla nos miraba a lo lejos, bebiendo una cerveza. Sabía que estaba dolida, pero ese ya no era mi problema.

—Lo qué puede hacer la envidia—ella tambien la miró.

—Creo que la dejaste fuera de combate—sonrió

—No sabía qué era una ex novia tuya—insistió.

— ¿Ella te dijo?—asintió—fue algo corto. Seis meses. Terminamos por qué le pareció poco lo que yo le daba—mi mano descendió hasta la zona lumbar, mientras ella movía las caderas

—Ahora qué tienes tooooodo lo qué ella quisiera, ya no puede—me hizo girar, para que yo no la viera.

Mi celosita al ataque.

—Es mi turno de aprovechar—la besé, para dejar las cosas claras entre mi ex y mi esposa.

—Y hasta qué estemos secos como pasas—dejamos de hablar, disfrutando de la buena música.

No dejaría ir a mi hadita, a menos que la muerte me la arrebatara en la vejez.

FIN DEL FLASHBACK

Ahora, veíamos las dos películas de Lilo y Stitch, pero ella estaba tan cansada, que sin más, cayó profunda en mitad de la numero dos, dejándome a mí solo con el tazón de palomitas y la divertida trama de ese animal azul.

Me incliné dándole un beso en la frente.

--Eres la segunda oportunidad más bonita que me ha dado la vida—se sonrió entre sueños

Y sí que la sabría aprovechar.

Días después...

Pasaron las semanas, y la luna de miel terminó. Hicimos más cosas en Hawaii, nadamos, fuimos al spa y conocimos toda la isla. Pero ahora era momento de volver a la normalidad. Y ya veía que no la tendría fácil con mi esposa. La miré darme la espalda en la cama.