CAPITULO 39:

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Daban las dos de la tarde, cuando estuvimos delante de las puertas, de la casa Mitchelle. El ruido en las calles. En el interior, parecía reinar un frío silencio. Julieta apretó mi mano, mirándome.

--¿y si nos vamos sin que sepan? Diremos que nos cogió un atasco del tráfico y no tendremos que entrar—negué.

--Diciendo mentiras, no, cariño. Así no te he educado yo—volvió a mirar la puerta y al final se empinó, luchando por alcanzar el timbre.

--entonces acabemos con esta tortura de una vez—la alcé en brazos hasta que alcanzó el interruptor del timbre

Después del almuerzo, Marian arregló a Julieta, peinándola con trencitas y poniéndole su perfume favorito tambien. Ella se alistó para su clase de canto, y antes de que nos fuéramos, su amiga vino a recogerla.


FLASHBACK:

--¿Estás segura que esto es lo mejor? Pasaríamos el día los tres—la rodeé en mis brazos.

--Completamente segura. Que no se vaya a decir que mi novio es mala persona. Además, esta es la última vez. Si de verdad esa pobre mujer está agonizando, esta será la mejor forma en que puedes despedirte de esa familia—afirmé a regañadientes—aunque no me parece, que la relación con los Mitchelle deba acabarse. Los hermanos de Susana son al fin de cuentas los tíos de Julieta, y el señor, su abuelo—

--Nunca la han considerado parte de la familia. Porque nunca estuvieron de acuerdo con el matrimonio de Susana y mío. Así que no importa cuánto me acerque a ellos, nunca les va a interesar la presencia de mi hija y la mía—hizo una mueca triste.

--Pienso que eso ya no es tu culpa. Tú hiciste tu parte. Ellos deberían cumplir la suya. Y en ese caso, aléjate poco a poco. Tienes todo el derecho a rehacer tu vida—

--Contigo—sonrió radiante.

--Si lo deseas—la estreché en mis brazos.

--eso no se pregunta—le di un beso en los cabellos, y afuera de la mansión, se escuchó la bocina de un coche

--Esa debe ser Caro. Nos vemos a la noche—me dio un beso

--Diviértete en las clases—me abrazó, y cuando Julieta bajaba, la abrazó tambien

--te diría lo mismo de la salida a la casa de la suegra, pero dudo que se diviertan allá—

--nos divertiríamos si fueras—ladeó la cabeza.

--Lo sé. Pero no puedo. Ya verás que cuando menos pienses estarás de vuelta en casa y juntos. ¿De acuerdo?—me dio otro beso, y se fue

Lastimosamente tenía razón.

FIN DEL FLASHBACK


La puerta se abrió, con Victoria, delante, los ojos rojos e hinchados, de lo mucho que había llorado. Me recordó a cuando Susana falleció, y le di la terrible noticia a la familia.

--hola—susurró.

--¿Y bien?—negó

--Está muy mal, Charles. Tuvo dos infartos antes de caer en ese estado inconsciente en que se encuentra. El medico dice que ya no hay nada por hacer—extendió los brazos, y Julieta aceptó que la cargara.

--¿Crees que sea así? La última vez me llamaste porque iba a morir y volvió a pararse de esa cama a seguir fastidiando—negó.

--Esta... esta vez es diferente. Ven a verlo por ti mismo—

POR SIEMPRE MÍA. L2 DE LA SERIE "SIN ESPERARTE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora